Wave
Un hamster, hoy tuve que operar a un hamster, y fue la cosa más espectacular que he hecho nunca. Ahora estoy agotada, me recuesto en el sofá por cinco minutos antes de dirigirme a mi habitación, pero mi corta y fugaz siesta es interrumpida por el ruido de un talado.
<<¿Quién demonios hace reformas a las 5 de la tarde?>>
Me levanto y me espabilo para analizar de qué lado del vecindario proviene el sonido.
La casa de los Owen ́s. Maldito Dorak, ¿cuándo te vas?Intento ignorarlo, pero es imposible cuando la cercanía de ambas casas es tanta
que cualquier mínima cosa puede oírse.
Rodak comienza a hacer sus sonidos raros mientras que Neow se tira a mi regazo
en busca de refugio. <<Tranquila, amiga, no se nos está cayendo la casa encima, aún.>>Por unos cinco minutos la casa es un caos por el alboroto, y en mi mente trato de encontrar el valor para levantarme y tocar a su puerta.
<<Si tarda dos minutos más, voy y le canto las 40>> Dos minutos después digo lo mismo. Hasta que Neow clava sus garras en mis brazos después de que Rodak se lanzara encima de ella reclamando su atención e intentando huir del desgarrador ruido del taladro.—¡Basta ya ustedes dos! Voy a ir allí y más le vale que apague el maldito aparato porque sino llamaré a la policía. —Bien, creo que puedo utilizar este mismo discurso para mi molesto vecino.
Salgo de la casa con cara de enojo. Repitiendo las palabras una y otra vez en mi mente. Se va a enterar Dorak de quién soy. Toco a la puerta, pero con el ruido no parece escucharlo. Doy tres toques más antes de entrar. Si no me equivoco el sonido proviene de la cocina, así que paso el salón y voy directamente a ella.
Te odio. Te odio, Dorak sin camiseta. No es justo, no.—Dorak... —No me escucha, no se da cuenta siquiera que estoy en su casa. Encuentro el enchufe y desconecto el aparato de la corriente. —¿Oyes eso? Es paz y tranquilidad a las 5 pm, como debe ser.
—¿Wave? ¿Qué haces aquí?—Está desconcertado por mi presencia, pero no tanto como yo cuando logro ver todo su torso desnudo. Los marines son... muy fuertes.
—Mi perro y mi gata odian los ruidos, al igual que yo. ¿No puedes hacer eso mañana en la mañana? Están muy alterados.
—Necesito trabajar, Wave. —Cada vez que pronuncia mi nombre tengo la sensación de que arde en sus labios.
—¿Eso es que no?—frunzo el ceño y él asiente. —Bien, haz tus ruidos, yo voy a llamar a la policía.
—¿Lo dices en serio?
—Son las 5 de la tarde, Dorak, haz otra cosa; ve una película, prepárate la cena, juega al domino, vuelve a la marina, todo menos reformas a esta hora.
—No puedo volver a la marina, me dieron de alta. —Me confiesa bajando la mirada.
—¿Qué hiciste?—pregunto asombrada y mi acusación parece molestarle.
—No hice nada, me disloqué el esternón.—arquea una de sus cejas y se cruza de brazos.
—Yo no te veo ninguna fractura o venda o cicatriz. —Intento no mirar a su pecho pero es imposible. «Estoy buscando su esternón.» Esa es la justificación perfecta.
—Fue hace cinco meses. Ya estoy bien, es solo que no me permitieron venir antes por mis obligaciones como capitán. —No sé si intenta impresionarme con sus altos grados de mando. No tengo tiempo para eso ahora mismo. Quiero que se marche.
—Ah. ¿Entonces cuándo te vas?—Mis pensamientos se escapan por mi boca y palidezco con lo directa y dura que soy al decirlos. Él también fue duro conmigo en el pasado, así que no he hecho gran cosa.
—No pienso irme, quiero que mis hijos crezcan aquí. —Recorcholis, la señora Fisher tenía razón. Para lo infeliz que fue en esta casa, no lo entiendo.
<<Ahora corazón tienes que ser más fuerte que nunca, no pierdas el camino a casa. >> Te odio, te odio, maldito Dorak y tu final feliz.—Bien por ti. Tú solo trata de no molestar más con tus ruidos. —me dispongo a marcharme pero su pregunta me toma desprevenida.
—¿A qué te dedicas?
—Soy veterinaria.
—Wao, eso es genial, Wave.
—Se me da mejor relacionarme con los animales que con las personas. —Le confieso y él sabe lo ciertas que son mis palabras.
—Tengo televisión por cable, están repitiendo esa serie de detectives que tanto te gustaba. Ya casi es hora de que comience. —¿Es esa una invitación?¿Dónde está su disculpa? Él no puede haber olvidado lo que sucedió entre nosotros. No pude tener tan mala memoria. ¿Por qué actúa como si nada hubiera ocurrido?
—Yo también tengo cable, Dorak. —me marcho sin despedirme, pensando en su mirada, su torso desnudo y en sus palabras. Tiene una familia, y yo aquí sola a mis 25 años, tratando de evitar que mi perro y mi gata se peleen. Que injusta es la vida, yo que soy buena persona.
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Todo está volviendo a mí (It's All Coming Back To Me.)
Novela JuvenilWave Scott y Dorak Owen tienen una historia del pasado incompleta, y aunque ninguno de los dos tiene la intención de volverse a enamorar el uno del otro, la pasión vibrante entre ellos los lleva a cometer ciertos errores. Después de 9 años sin verse...