Capítulo 11

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Dorak 9 años atrás.

Hemos ido al doctor y me han revisado las heridas, además de recetarme algunos antiinflamatorios. Wave ha estado todo el tiempo a mi lado, y su mano ha acompañado a la mía durante todo el trayecto. El coche se ha inundado de un silencio enloquecedor, ni siquiera Kim tiene ganas de hablar en el camino al vecindario. Aún no tenemos ni idea de lo que haremos, sé que no les puedo pedir quedarme en su casa, sería demasiado, pero no quiero volver con mis padres. Eso sería un infierno. Si tan solo el abuelo estuviera vivo... Estoy seguro de que me dejaría quedarme en una de sus casas. Solo quedan 4 meses para que termine el colegio, y pueda alistarme para la Marina, es mi único escape. No veo la hora de marcharme, aunque eso signifique no poder ver a Wave por un par de años.
Kim detiene el coche de forma brusca justo después de doblar la esquina en nuestra calle. Está pálida y se lleva las manos a la cabeza murmurando palabrotas por lo bajo. Wave y yo nos miramos confundidos, pero en lo más profundo de mi corazón sé la verdad.

—Dorak, sal del coche y entra por la puerta trasera. —me ordena Kim antes de quitar una de sus llaves del llavero y entregármela.

—¿Qué sucede? —pregunto con un nudo en la garganta, y es cuando me atrevo a mirar al frente para entender lo qué pasa.

La policía está frente a la casa de las Scott's, y solo nos queda atar cabos para saber cuál es la razón. Todos los vecinos están afuera, expectantes, de seguro saben porqué han venido, y no piensan perderse el espectáculo. Wave ahoga un sollozo antes de lanzarse a abrazarme. Me quedo inmóvil, no puedo creer que después de todo mis padres hayan tenido el valor de llamar a la policía, de denunciarme por algo de lo que sabe, por lo menos mi madre, de que soy inocente. Esto es pasarse de la raya.

El calor de los brazos de Wave me cobija pero no es suficiente como para que deje de pensar en lo perdido que estoy. No pretendo darme a la fuga o esconderme. No puedo hacerlo, no me aceptarán en la Marina nunca con estos antecedentes, y puedo estar a punto de perder mi futuro.

—Gracias, Kim, pero creo que es mejor que vaya. —Al escuchar mis palabras Wave levanta la cabeza y comienza a negar. Creo que sabe que es inevitable, pero aún así quiere intentar retenerme. Me duele todo el cuerpo, pero ahora mismo eso no es importante.

—¡Joder, Dorak! ¡Es que no puedo creer que te estén haciendo esto! —Kim vuelve a llevarse las manos a la cabeza, y me conmueve de la forma en la que las dos se preocupan por mí.

—Voy a estar bien. —Es la primera mentira que les digo. Pero no puedo hacerles ver lo asustado que estoy.

—Nadie está bien allí, Dorak. —afirma Kim con tristeza. —Voy a llamar a un abogado amigo mío. Te sacará de allí lo antes posible, te lo prometo.

—Gracias. —susurro.

Wave no me suelta, aún me abraza cuando su madre pone de nuevo el coche en marcha. Temo de que pueda escuchar lo acelerados que están los latidos de mi corazón. No quiero que sepa que me estoy muriendo de miedo. Acaricio su cabello con una de mis manos y beso su frente antes de salir del coche.

—Has oído a tu madre. Volveré pronto. —Le digo al oído y ella asiente dudosa.

Salimos del coche los tres una vez que estamos frente a la casa. No hay rastro de mis padres pero está claro que ellos cumplieron su promesa.

—¿Dorak Owen? —Me pregunta uno de los oficiales una vez que nos acercamos a ellos. El más fuerte de todos.

—Sí. Soy yo. —Intento que mi voz se escuche firme y segura.

—Ha sido denunciado por robo y agresión. Queda bajo arresto. —El oficial me observa de arriba a abajo analizando mis heridas, pero no me mira con pena, ni me juzga, simplemente inspecciona cada uno de mis movimientos. Le ayudo en el proceso para que me coloque las esposas y sin mirar a Wave entro en el coche policial a la vista de todos los vecinos.

Todo está volviendo a mí (It's All Coming Back To Me.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora