Capítulo 26 [parte 2]

113 18 0
                                    

CAPÍTULO 26

Después de que Serena me lavara en cabello, yo lavé el suyo y optamos por recalentar un poco de pizza para comer. Ella no quiso ordenar el desastre porque dijo que la mujer de servicio podía hacerlo así que nos fuimos a la sala y lanzamos nuestros cuerpos sobre el sofá para ver la televisión.

Un capítulo viejo de The Big Ban Theory se reproducía en la televisión y aunque me sabía la escena completa de memoria, me hacía reír.

—¿Jugamos a las preguntas?

Con el trozo de pizza colgando de mi boca, miro a Serena. Mastico lo que tengo en la boca y trago antes de hablar.

—¿Quieres jugar?

—Sí. Quiero conocerte un poco más.

Me encojo de hombros y asiento. No tengo problemas en que ella me pregunte cosas, yo con gusto le responderé todas sus dudas.

—Muy bien, yo empiezo. — dice, pellizcando la masa de la pizza mientras piensa —¿Con quién y a qué edad fue tu primer beso?

—Esas son dos preguntas.

—¿Y qué tiene? Sólo responde lo que te pregunté, Bucky.

Serena cambia la televisión a un canal de música y Michael Bublé es quien nos hace compañía ahora.

—Uhm, mi primer beso fue a los trece con la prima de Zemo, Fara.

Sus cejas se alzan —¿En serio? — yo asiento en respuesta con despreocupación mientras mordisqueo mi tozo de pizza —¿Y qué sucedió entre ambos como para que se terminaran besando?

—El juego de la botella era muy famoso cuando yo era un niño— recuerdo —. Las primas de Zemo nos estaban cuidando y ellas hicieron una pequeña fiesta donde comenzaron a jugar a eso. Por supuesto, nosotros quisimos participar y les dijimos a las chicas que, si no nos dejaban jugar, les diríamos todo a los padres de Fara.

Ella ríe —¿Has sido amigo de los chicos desde hace mucho tiempo?

—Prácticamente, hemos sido amigos toda la vida. Antes, ellos vivían frente a mi casa, pero se mudaron.

—Ah...

—Muy bien, me toca...— le digo. Dejo el plato vacío a un lado y me froto las manos haciéndome reír. Intento no pensar en preguntar privadas así que opto ir por el lado trivial —. ¿Eres alérgica algo?

—Al chocolate.

—¿De verdad?

Ella hace una mueca —Sí. Y es deprimente, ¿sabes? Amo el chocolate con toda mi vida y cuando era niña lo comía a escondidas, pero mis padres se daban cuenta, sin embargo. Mi cuerpo completo se llena de feas ronchas rojas que pican mucho.

—Bastante deprimente, si me preguntas. Es un pecado para una chica ser alérgica al chocolate.

—Sí. ¿Cuál es tú comida favorita?

—Me gusta todo tipo de comida— le digo, encogiéndome de hombros —, pero la mexicana es muy buena.

—Oh, sí.

—¿El postre que te vuelve loca?

—Me gusta mucho, mucho la ensalada de frutas con helado.

—Vaya, eres una chica light.

Serena ríe —Realmente no lo soy. Si no te has dado cuenta, devoro la comida como un cerdo. Me la paso comiendo todo el día.

—Te he visto. Comes como un cerdo.

¿Este bebé es tuyo? | Bucky Barnes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora