Capítulo 34

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CAPÍTULO 34

El camino de regreso a casa se hace demasiado corto y en menos de lo que puedo darme cuenta, ya estoy deteniendo el coche en el garaje. Serena me da un suave apretón en la rodilla y asiente, diciéndome que ya es hora de enfrentar a mis padres. Creo que nunca ha estado más nervioso que ahora en toda mi vida. Estoy más nervioso que hace un par de años cuando le dije a papá que había chocado su coche nuevo o cuando tuve que decirle a mamá que del colegio la habían mandado a llamar porque había rayado las paredes del gimnasio. Esto es mucho más terrible.

Me bajo del coche y me encuentro con Serena en el camino a la entrada. Ella toma mi mano y me mira hacia arriba.

—Todo estará bien, ya verás. — susurra y yo saco las llaves de mi bolsillo.

—Eso espero.

Ingreso la llave en la cerradura y el pequeño sonido que produce me hace estremecer. Abro la puerta y le cedo el paso a Serena. Ingreso detrás de ella y me quito los zapatos, preparándome internamente para darles la noticia a mis padres y rogando que ellos acepten ayudarme. Yo no quiero dejar al bebé solo; las palabras de Serena han calado hondo en mi mente y he llegado a la conclusión de que él no estará en un lugar mejor que aquí, conmigo.

Mis padres están sentados en la sala, mamá acaricia el cabello del bebé que está sobre sus brazos, durmiendo. Ellos me miran atentos y yo solo niego con la cabeza, diciéndoles de esa manera que yo no soy el padre biológico del niño.

—Bucky...— Joanne susurra, en su rostro reflejándose la tristeza.

Papá se coloca de pie y yo muerdo mi labio inferior. Él se acerca a mí y me abraza, susurrándome al oído que lo siente mucho. Respiro profundo para contener las lágrimas que tengo en la comisura de mis ojos y me aparto, restregando mis ojos con una de mis manos.

—No quiero apartarlo de mí, papá. Por favor, tienes que ayudarme a conseguir su custodia. — le pido de forma desesperada—. Recurre a tus contactos y hagamos todo esto legal, por favor. No quiero que alguna vez alguien llegue aquí y quieran quitarme a mi hijo porque ya es mío, papá.

Papá respira profundamente —Bucky, ese niño no es un objeto. Tú todo lo describes tan fácil, pero obtener la custodia legal y física del niño cuando no sabemos quiénes son los padres es más complejo porque el tribunal puede enviar al niño al departamento de niños y familia.

—Pero...— me aparto de él y froto mi rostro —, algo tenemos que hacer, papá. Yo no voy a dejar que me quiten a mi hijo.

—Pero él tiene padres, Bucky— Marck intenta hacerme razonar.

—Si él tiene padres, ¿dónde mierda están? Porque yo no los veo por ninguna parte, papá. Ellos dejaron al bebé abandonado, ¿Qué clase de persona sin sentimientos hace eso? Yo lo encontré dentro de mi carro de compras en el supermercado, papá.

—Me gustaría ayudarte hijo, pero...

Gimo —Mamá...

—Tu padre tiene razón, Bucky. No podemos tomar a la ligera esta decisión. Si queremos que tengas la custodia del niño, esto tendrá que llegar a tribunales y ahí la cosa no se a pintar de buenas porque tú ni siquiera eres el padre bilógico del bebé. Sólo eres una buena persona que se está haciendo cargo del niño. Ningún juez va a apoyarte.

—Mi padre es amigo del fiscal.

Todos miramos a Serena y yo frunzo el ceño, confundido. Papá respira profundamente y se aparta de mí, escudriñando a Serena como si estuviera sospechando que ella está mintiendo. En cambio, yo siento una pequeña gota de alivio recorrer por mi frente.

¿Este bebé es tuyo? | Bucky Barnes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora