Capítulo 35

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CAPÍTULO 35

Los siguientes días, me lo pasé holgazaneando en casa mientras Serena iba y venía reclamando en contra de su padre porque justo cuando quería verlo él decidió ir a Toronto a una reunión de trabajo. Mamá y yo salimos de compras con el pequeño cerdito porque ahora que él aprendió a caminar corre por toda la casa, mamá dijo que necesitaría muchos zapatos. Salimos de paseo con él también y lo llevamos al parque de diversiones y al parque acuático.

Un fin de semana, fuimos con Zemo a casa de Sam, pero nadie nos atendió. Intentamos llamarlo de nuestros respectivos teléfonos, pero él no respondía y ahora yo no era el único preocupado, sino que Zemo me dio la razón y admitió en voz alta que quizás le había sucedido algo a nuestro amigo. El problema era que ningún miembro de su familia estaba en casa y cuando intentábamos preguntarles a las personas del servicio, ellos nos cerraban la puerta en la cara.

—¿Bucky?

Alzo la cabeza cuando escucho mi nombre. Mamá está parada en el umbral de la puerta de mi habitación mirando como yo me entretengo jugando con un montón de coches de juguetes en el suelo con el pequeño James que habla sólo para él.

—Sam acaba de llamar y...

—¿Qué? — me paro de un salto y me acerco a ella —¿Cuándo llamó?

—Hace diez minutos atrás.

—¿Y por qué no me dijiste para ir a hablar con él? Llevo semanas buscándolo y llamándolo por teléfono para saber dónde está y ahora que llamó no puedes avisarme.

—Deberías esperar a que termine de hablar para empezar a sacar conclusiones, Bucky. — me reclama en voz baja —Sam llamó para decirte que quería verte esta tarde en la plaza Queen Mary. Le pregunté si quería hablar contigo, pero él me dijo que no, por eso no vine a decirte que él estaba en el teléfono.

Frunzo el ceño —¿Y cómo se escuchaba?

—¿A qué te refieres?

—A que, si él se escuchaba bien, mamá. No sé, afligido o enojado.

—Para nada. Él se escuchaba normal— me dice y se encoge de hombros —. ¿Por qué?

—Porque no he visto a Sam en las últimas siete semanas. Pensé que él podía estar enojado conmigo o que le hubiera pasado algo.

—Ya ves que no. Él está perfectamente bien y te estará esperando en la plaza Queen Mary.

Asiento y me regreso a mi lugar inicial para comenzar a ordenar todo y poder ir con Junior a ver a Sam. Cuando estoy a punto de cambiarle de ropa, mamá me pregunta qué estoy haciendo. La miro sobre el hombro, extrañado.

—Cambiándole de ropa para que venga conmigo.

—No lo lleves. Afuera hace frío y se puede resfriar. — aconseja

—No puedo dejarlo solo...

Mamá rueda los ojos de forma simpática —Yo lo cuidaré, no te preocupes.

Joanne se acerca nosotros y toma en brazos al niño. Le agradezco con una sonrisa y en cuanto sale, yo me cambio de ropa rápidamente y envuelvo mi cuello con una bufanda. Tomo mis documentos y salgo de mi habitación trotando. De la misma manera bajo la escalera y me despido de mamá y el bebé. Tomo las llaves del coche y me coloco los zapatos antes de salir dispuesto a oír lo que Sam tiene que decir porque, demonios, a Zemo y a mí nos debe muchas explicaciones por haber desaparecido de esa manera.

°°°

Cuando estaciono el coche cerca de la plaza de Queen Mary suelto un bufido. La cuadra está llena de turistas tomando fotografías y me costará mucho encontrar a Sam en este lugar de mierda. Me deslizo fuera del coche y activo la alarma antes de adentrarme en el mar de personas, mirando hacia todos lados en busca de mi mejor amigo.

¿Este bebé es tuyo? | Bucky Barnes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora