Capítulo 38

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CAPÍTULO 38

Después de despedirnos de Lily, Serena y yo volvimos a mi casa. Cuando Lily me dijo que dará la custodia de Junior me alegré mucho, pero me fue inevitable sentir, luego, que ella me estaba tomando el pelo. Creo que estoy tan acostumbrado a desconfiar de las personas que, cuando ellas son sinceras conmigo, yo ponía en duda su palabra. Pero ella se mantuvo firme e incluso se despidió de nosotros con un abrazo, recordándonos al oído que debía cuidar a su hijo. Y lo haría con mi vida.

Serena aparca el coche a las afueras de mi casa.

—¿Quieres entrar? — le pregunto, desabrochándome el cinturón de seguridad. Ella niega con una suave sonrisa en los labios —¿Por qué?

—Dallas tiene prueba de biología mañana y me comprometí con mamá de ayudarla a estudiar.

Arrugo mi nariz y recargo la cabeza en el asiento del coche —Eso es un asco.

—Sí que lo es. — confirma y busca mi mano para entrelazar sus dedos con los míos —Estoy feliz de que Lily haya aceptado que te quedaras con el bebé. Por un momento pensé que ella no aceptaría.

—Yo también lo hice— confirmo —. ¿Hubieras sido capaz de golpearla?

—Por supuesto que no— responde riendo —. No soy partidaria de violencia, pero si ella se hubiera negado, yo la habría amenazado. Afortunadamente, ella se dio cuenta que no había un mejor lugar para su hijo que este.

Asiento en respuesta. Cuando estoy a punto de decirle algo, un coche se detiene detrás del de Serena y ella y yo miramos hacia atrás, percatándonos que es Zemo quien acaba de llegar.

—Bien, creo que es hora de irme. — anuncia ella y se acerca mí para besarme en los labios. Suelta mi mano y la mía se enfría de inmediato, extrañando su toque —¿Nos vemos después?

—Claro. Gracias por ir conmigo.

—No hay de qué. — dice.

Me bajo del coche y me agacho un poco para oír lo que ella dice antes de partir. Afirmo con la cabeza y me dice que salude a Ze de su parte y que les diga a mis padres que lo siente por no haberse quedado.

Me despido de ella con un movimiento de mano para luego ir hasta donde está Zemo y saludarlo con un choque de puños y un abrazo bien apretado.

—¿Cómo estás?

Me es imposible enconder la sonrisa —Súper bien.

—¿Y eso por qué? — su ceja izquierda de alza.

—Adentro de explico. ¿Quieres pasar?

—No, he venido a verte para que hablemos en el jardín.

Me burlo de él y caminamos hasta la entrada de la casa. Tanto Zemo como yo nos quitamos los zapatos y en cuanto pasamos por la sala, me encuentro con mamá.

—Hola, chicos.

—Hola, Joanne. — Saluda Zemo.

—¿Dónde está el bebé?

—Aquí está. — miro hacia la cocina que es de donde he escuchado la voz de papá.

Mientras Zemo conversa con mamá. yo voy hasta la cocina y me encuentro a Mark sentado en uno de los taburetes y a su lado está Junior con su boca y mentón completamente manchados de chocolate. Suelto una carcajada haciendo que el niño fije sus ojos en mí y sonría.

—He estado intentando que él me llame "abuelo"— informa —, pero lo único que consigo es que diga "papá" una y otra vez.

Sonrío emocionado —Eso es porque él me ama más de lo que te ama a ti.

¿Este bebé es tuyo? | Bucky Barnes Donde viven las historias. Descúbrelo ahora