01: Tan frío

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Sus ojos analizaban cada centímetro del inexpresivo rostro del chico castaño que estaba sentado unas mesas delante de él.

Y es que Heeseung no paraba de hacerse una pregunta.

¿Por qué no sonreía?

¿Estaría triste?

Bueno eso no se le haría extraño, el chico que se veía más joven que él estaba completamente solo.

Sus labios se fruncieron de solo pensar en que tal vez, no tenía ningún amigo.

Y eso sonaba horrible, él no podía vivir sin tener a alguien con quien hablar, o sin tener a alguien a quien abrazar.

Su mesa rebosante de personas hacia un perfecto contraste con la fría soledad de aquel chico.

Una idea fue a su mente como un repentino flash.

Pero claro...

Si se acercaba a él podría preguntarle por qué estaba triste.

No se detuvo a pensar ni un solo segundo.

Solo hizo caso a su impulso como siempre solía hacer.

Se levantó de su asiento llevándose consigo la bandeja donde reposaba su almuerzo, una sonrisa que parecía tallada en su rostro sin titubear ni un segundo.

El solitario chico levantó su vista de su propia comida para ver al intruso.

Como siempre su rostro permaneció inmutable, sus miradas se encontraron y Heeseung pudo jurar haber sentido una ventisca fría hacerse presente en ese lugar.

—Hola, soy Heeseung ¿Cómo te llamas?— sus palabras fueron ignoradas y observó como solo consiguió que el contrario bajara su mirada para seguir comiendo, con la misma tranquilidad que tenía desde antes.

Obviamente Heeseung no se conformó con esto y una tierna mueca decoró su rostro, apostaba que nadie se podría resistir a él cuando hacía alguna de sus rabietas.

Pero él no era como todo el mundo.

Aun vio de reojo como el chico ahora identificado como Heeseung se sentaba frente a él, mientras solo se restó a morder levemente su labio, cosa que hacía cuando se sentía incomodo.

—Hey, te pregunté como te llamas... ¿Acaso no me oyes? oh Dios, no eres sordo ¿o si?— Heeseung puso ambas manos sobre su boca, como si hubiese echo algo muy malo, pero se tranquilizó al ver como el desconocido levantaba su rostro para dirigirle la misma mirada que había mantenido desde minutos atrás.

—Jungwon— su voz neutra, tal como su rostro, pero era bonita.

—¿Qué?— se distrajo tanto por la voz de su acompañante que olvido completamente el contexto de su conversación.

Escuchó como bufó por lo bajo para volver a hablar.

—Preguntaste mi nombre, es Jungwon, Yang Jungwon, ahora que ya lo sabes vete— estaba perdiendo la paciencia, nadie jamás se acercaba a hablarle y era por esa aura oscura y gélida a su alrededor que él mismo creaba con este mismo propósito.

No le gustaba convivir con personas nuevas.

—No quiero irme, quiero ser tu amigo— le dedicó una de sus tiernas sonrisas, pero la mirada contraria no cambio.

—Pues yo no quiero serlo— sin nada más que decir se levantó para ir a tirar los restos de su almuerzo, gracias al niño bonito se le había quitado el hambre.

Heeseung se quedó solo con un puchero en sus labios.

Solo quería ser su amigo para hacerlo sonreír y que no estuviera triste.

¿Era malo acaso eso?

Según su cabeza no lo era, es más, para él era una gran idea.

Y él no renunciaría a ella.

Jungwon necesitaba un buen amigo.

Y él lo sería.

A pesar de que Won fuera... tan frío.

COLD (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora