44: Jungwon un chico frío y Heeseung un chico cálido

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—Fue un día agotador ¿No crees?— Jungwon pasó uno de sus brazos por la cintura de su novio, atrayéndolo hacia sí mismo, Heeseung correspondió al acto moviendo uno de sus brazos para colocarlo bajo la cabeza del menor.

Ambos yacían acostados en su cama, abrazados como les gustaba, la distancia entre sus cuerpos no existía y era precisamente en esos momentos donde podían descansar en la compañía contraria.

—Lo fue, pero creo que valió la pena— Heeseung dirigió la vista hacia su pequeño, quien jugaba con sus piernas entrecruzándolas con las suyas.

—Jamás imaginé que Ryujin conociera a mi madre— detuvo por completo sus movimientos girando hacia Heeseung.

Encontraron sus miradas, los ojos de Jungwon permanecían un poco rojos e hinchados, pero aun así no dejaba de verse hermoso a los ojos del mayor.

La mano de Heeseung se apoyó en su mejilla peinando los traviesos cabellos que caían en su rostro, su tacto fue descendiendo, perdiéndose en la curvatura de su cuello, para luego recorrer toda la extensión de su brazo, dejando suaves caricias en el proceso.

Unieron sus manos, dándose el tiempo de sentir lo bien que encajaban, comparando lo levemente más grandes que eran las manos de Heeseung en comparación a las pequeñas de Jungwon.

—Es hermoso que estés recuperando a tu familia, lo mereces mucho, más que nadie, pasaste tanto tiempo solo y ahora vas a estar rodeado de personas que te aman... y te aceptan tal y como eres— las últimas palabras iban teñidas por un tono lastimero que Jungwon no tardó en notar.

—Cariño, sé que extrañas a tu madre... pero no está bien que sufras de esta manera— mordió su labio nervioso al no saber cómo continuar.

—Lo sé, es solo que realmente extraño a mi familia— Jungwon se levantó de la cama, impulsándose para tomar posición sobre el cuerpo aun recostado de su novio, quien al ser consiente del repentino movimiento se sentó, quedando con el menor sentado sobre su regazo.

—Yo puedo ser tu familia, la familia te ama, te cuida y te apoya, ellos no hicieron eso contigo... déjame ser la familia que necesitas, mi padre, Ryujin y Yeji están encantados contigo, lo sé sin necesidad de pregúntalo, porque puedo verlo... tú me has ayudado tanto y en el proceso perdiste algo importante para ti, quiero que me dejes compensártelo— Heeseung se acercó dejando un suave beso en sus labios, recorriendo los costados de su cintura con sus manos, disfrutando el sabor y la suavidad de sus belfos, dejando una leve succión al separarse.

—Te amo como no tienes idea, y está bien tienes razón, pero no digas que perdí algo por ti, porque al conocerte no he hecho más que ganar cosas gracias a ti, ahora soy más feliz, no tengo que fingir una personalidad forzada y estoy rodeado de personas que me valoran, me diste el valor que debí tener hace años para afrontar el daño que me producía todo... gracias a ti me enamoré de la mejor persona del mundo, gracias a ti finalmente encontré mi lugar, ya lo dije, te amo demasiado— una leve sonrisa apareció en el rostro del menor dejándose mimar por Heeseung.

Su corazón se aceleró y un tumulto de sensaciones lo envolvieron, sintiéndose tan familiar, conociendo lo que sentía y por qué lo sentía. Quiso reír al recordar cómo había comenzado todo, como a pesar de estarse sumiendo en su soledad Heeseung fue capaz de atravesar todas su barreras y colarse en su corazón sin siquiera intentarlo.

—También te amo Hee— Heeseung volvió a acostarse con suavidad, dejando recostado sobre su pecho a su pequeño, quien repartía pequeños besos por su barbilla.

Permanecieron así unos minutos, hipnotizados el uno con el otro, perdidos en la forma en que las comisuras de sus labios se elevaban por sus risas.

—Wonie— habló en voz baja el mayor, tratando de no romper aquella burbuja de intimidad que los rodeaba.

—Dime— la cabeza de Jungwon estaba apoyada contra su pecho, disfrutando el escuchar los constantes latidos de su corazón, sintiendo el leve sube y baja provocado por su respiración.

—¿Has notado que últimamente has sonreído más seguido?— la pregunta no tomó por sorpresa a Jungwon, quien solo sonrió nuevamente antes de hablar.

—El otro fui a una consulta con un psicólogo, había investigado lo que posiblemente podría tener y solo necesitaba confirmarlo, así que fui— los ojos de Heeseung se abrieron de sobremanera, pero no pasó mucho para que la preocupación lo invadiera.

—¿Y qué es? Dime, ¿es algo malo acaso?— la suave negación del menor logro tranquilizarlo un poco.

—Tengo Alexitimia, resulta que es más común de lo que creí, muchas personas lo padecen, según me explicaron es la incapacidad de expresar las emociones y se produce comúnmente por no saber identificarlas, después de la revisión me confirmaron que solo bastaba un tratamiento para poder expresarme correctamente— continuó.

—Oh... ¿estás en un tratamiento? ¿Cómo es?— la curiosidad en sus palabras era genuina, lo que causo ternura a su novio, levantándose para dejar un beso en su nariz.

—Estoy siguiendo mi tratamiento desde hace mucho tiempo, estar contigo, el psicólogo me dijo que era importante que aprendiera a identificar mis emociones de a poco y que también tratara de pensar en las personas que me las provocaban, una vez me acostumbrara a eso poder llevarlas a mi rostro no iba a costar mucho... y es exactamente lo que he estado haciendo contigo, ya lo dije antes, eres mi mejor tratamiento y mi mejor medicina, porque es gracias a ti que estoy descubriendo como puedo sentirme, estar a tu lado es una aventura y soy feliz de que seas tú quien me esta guiando por este camino— sus manos se movían con nerviosismo, mirando expectante la reacción que tendría Heeseung, quedando satisfecho al sentir como era rodeado y aprisionado con fuerza entre sus brazos.

El silencio reinó en el lugar, porque cuando estaban juntos no había necesidad de palabras, ambos lo sabían, estaban hechos el uno para el otro de una manera inimaginable.

¿El amor era difícil? Para nada, solo había que cuidarlo.

¿La convivencia era complicada? Despertar juntos era lo que animaba sus mañanas.

¿Preocuparse por el que dirán? No hay tiempo para eso, ellos eran felices así.

¿Podían afrontar todos sus problemas? Solo el tiempo lo diría, pero en ese presente, estaban felices de estar juntos.

Porque Jungwon era un chico frio y Heeseung la persona más cálida que podría haber, ellos juntos hacían la combinación perfecta y se complementaban de una manera única.

Fin


















No se me asusten que aún falta el epilogo.

COLD (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora