Inhala, exhala... inhala, exhala... Inhala, exhala... Inhala, ¿Qué seguía?
Estaba entrando en pánico.
Sus ojos contemplaban con nerviosismo la entrada de la cafetería.
Sus manos presionándose duramente en la mesa.
¿Había sido malo llegar antes?
Estaba tan nervioso.
Había pasado mucho tiempo desde la última vez que había visto al señor que se hacía llamar su padre.
Su cerebro resonaba con el incesante tic tac proveniente de algún reloj, el tiempo pasaba más lento para él, como si se estuviera burlando de él.
Sus ojos recorrieron el lugar buscando con desesperación el objeto que estaba a punto de lanzarlo hacia la locura.
Cuando la campana sonó, anunciando que un nuevo cliente había entrado.
El sudor frio recorrió su espalda y como si de una respuesta mecánica se tratase, alzó su rostro, que perdió el poco color que conservaba al hacer contacto visual con su progenitor.
Realmente no había cambiado nada, su altura era la misma, al igual que su complexión, su cabello ligeramente más canoso que antes, su ligera barba dándole un toque de madures, su rostro serio e imperturbable. Seguía siendo el mismo hombre que alguna vez lo despreció... Pero él ya no era el mismo.
Jungwon había cambiado.
Y era hora de que su padre también lo notara.
Ya no sería el chico que se dejaría pisotear
por cualquiera.
Si Heeseung había enfrentado a su familia por él, Jungwon también podía hacer lo mismo.
Los segundos en que se acercaba a su mesa parecían interminables, pero finalmente el mayor llegó allí, sentándose calmadamente en la silla frente a él.
Ninguno parecía querer comenzar la conversación, ambos sumidos en los pensamientos que implicaba el volver a verse, perdidos entre recuerdos y asimilando los cambios del contrario.
—Has crecido— Jungwon volvió de su ensoñación al escuchar a su padre romper el silencio, respondiendo con un sutil asentimiento de cabeza.
—Escucha, yo... quería hablar contigo porque...— miró en otra dirección tratando de encontrar las palabras para comentarle la situación que los había llevado a aquel encuentro, pero simplemente no las hallaba.
Se sobresaltó en su lugar cuando sintió una de las venosas manos ajenas posarse sobre las suyas, dándoles un suave apretón que no supo interpretar.
—Está bien, habla con calma y dime de que querías hablar— el mayor dio una suave sonrisa, Jungwon boqueó aun asimilando la situación, tal vez... más cosas habían cambiado de las que él esperaba.
—Yo... llevé a alguien a vivir conmigo— soltó de pronto, deshaciendo el agarre de sus manos, ocultándolas bajo la mesa.
—Oh, bien, ¿Se trata de alguna novia? ¿Acaso un amigo?— inquirió con curiosidad, en todo el tiempo que llevaba conociendo a su hijo jamás lo vio acercarse a alguien.
—De hecho...— tomó un tiempo para aclarar su garganta mientras tomaba algo de aire — estoy viviendo con mi novio— el señor Yang abrió sus ojos en demasía, procesando la resiente información.
El silencio reinó en su mesa por unos segundos, hasta que su padre se levantó acortando la distancia cada vez más entre ellos, cerró sus ojos ante la anticipación de algún golpe o brusco movimiento, pero lo único que sintió fue un brazo rodeándolo por los hombros con delicadeza.
—Está bien, yo... no lo esperaba pero, está bien... tal vez ahora podremos hablar de lo que yo quería decirte— dijo separándose para tomar asiento de nuevo, tomando su silla para ubicarla al lado de su hijo.
Jungwon lo miró, simplemente consternado, anonadado por aquellas acciones, sus ojos comenzaban a aguarse.
¿Era real lo que acababa de pasa?
¿Su padre lo acababa de abrazar?
¿Era eso lo que debía sentir?
¿Era así como se sentía ser abrazado por primera vez por su padre?
—Esto lleva mucho tiempo en mi cabeza, pero no había tenido el valor para acercarme a ti, cuando llamaste, de verdad lo interpreté como una señal y quise hacerlo de una vez por todas— tomó una breve pausa para luego continuar— sé que no he sido un gran padre, de echo creo que soy el peor, pero quería disculparme contigo, yo hace un año encontré una nueva pareja, ella tiene una hija y ver como la trataba me hizo darme cuenta de todo lo que no hice por ti, lo mal que te traté y el daño que te causé, solo quiero que me des la oportunidad de darte la familia que no pudimos ser, me arrepiento de mis actos en el pasado y comprenderé si decides no perdonarme, solo quería que lo supieras— eso fue todo, eso fue todo lo que Jungwon necesitó para quebrarse.
Tal cual no lo hacía hace mucho, las lágrimas salían como si de torrentes se tratara, sus sollozos moviendo su cuerpo con brusquedad, su rostro cambiando muecas y expresiones mientras trataba de controlarse en vano.
Su padre lo veía, atento, sin saber qué hacer en realidad, estuvo a punto de tocarlo cuando fue empujado en otra dirección.
Heeseung, quien pasaba por la calle, en dirección a su nuevo hogar vio por uno de los ventanales la escena y no tardó en correr hacia su pequeño haciendo a un lado a todo quien se le atravesara.
Sus brazos lo rodearon con desesperación, tratando de apaciguar lo que sea que estuviera sintiendo.
A Jungwon solo le bastaron unos instantes para notar que quien se encontraba a su lado era su novio.
Hundió su rostro en su cuello, tratando de calmarse con el aroma que este desprendía.
Heeseung lo presionaba contra su cuerpo, cuando de pronto su mirada se encontró con el hombre junto a ellos, quien suponía, había sido el causante del llanto de su amado.
Dándole una mala mirada siguió con su labor de tranquilizar a Jungwon, solo apartándose de este cuando los sollozos se volvieron más débiles y la cantidad de lágrimas escurriendo por sus mejillas eran mucho menores.
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COLD (Adaptación)
FanfictionDonde Jungwon era un chico frío... Y Heeseung la persona más cálida que podría existir. • Adaptación autorizada. • Todos los créditos a vkookshipperforever. Inicio: 24/02/22 Final: 26/07/22