38: Nervios

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—¿Y qué se supone que debemos hacer?— un Jake aburrido veía como los dos menores daban vueltas y vueltas en la sala ¿Qué acaso querían hacerle un agujero al piso? Si seguían así, era probable que lo lograran.

—¿Solo ir? ¿Dejarlos plantados? ¿Cómo se supone que lo sepa? Es tu padre y tu decisión si aceptas su propuesta— Heeseung volteó alterado al escuchar tales palabras.

—Y mi suegro, no te olvides de esa parte, es muy importante— agregó.

—Bien, y tu señor suegro. Solo los invitaron a cenar, no es como si el mundo se acabara mañana—Lee calló a su amigo con una petición silenciosa, señalando disimuladamente a su novio.

—Yo... sé que lo he perdonado por todo, pero no sé si este preparado para ver a su nueva familia, no quiero ver por lo que me reemplazo todo este tiempo, no quiero— sus manos viajaron hacia sus ojos, haciendo presión en estos, tratando de evitar que se aguaran.

Heeseung permaneció quieto en su lugar, sin saber qué hacer, quiso detener a Jake cuando este se puso de pie y camino hacia Jungwon, acariciando suavemente su cabellera.

—Todo estará bien Jungwon, si eso es a lo que temes es porque lo estás viendo por el lado negativo, él no te reemplazó por ellas, solo son más personas que te amarán cuando te conozcan y te apoyaran, como Heeseung y como yo, si no te sientes preparado no vayas, está bien, puedes tomarte el tiempo que quieras, solo... no te presiones, todo lo que ocurra será porque tú lo decidiste así pensando en cómo te sientes, no en lo que pasará con los demás— el menor asintió y se arrojó a los brazos del más alto, en momentos así se sentía dependiente del contacto físico y la calidez que otorgaba.

—Gracias Jake, gracias por ser mi amigo y estar para mí— habló Jungwon ahogando su voz con el pecho del mayor quien soltó una suave risa.

—Gracias a ti por permitirme ser parte de tu vida Jungwonie— Heeseung solo observaba la escena desde un lado con los brazos cruzados y un adorable puchero en los labios.

—Claro, claro, Jake es el mejor ¿Y yo qué? Yo también estoy para ti y no te veo diciendo cosas cursis para mí— Jake y Jungwon se separaron al escuchar los reclamos de Hee, riendo por lo tierno que se veía haciendo tal berrinche.

Jungwon caminó a pasos pausados hacia su novio, acercando sus labios a su oído provocando que los nervios en el mayor se dispararan.

—Es que a ti te digo otro tipo de cosas amor—con esa última frase se distancio, contemplando el rostro enrojecido de Heeseung, quien parecía incluso no estar respirando.

—Ugh Jungwon, no te olvides de que sigo aquí— dijo Jake para luego rodar los ojos y simular una arcada.

Los tres rieron por eso, a Jake en realidad le encantaba la relación que llevaban sus amigos, eran tan lindos y melosos el uno con el otro, le recordaban a como era él con su novio Sunghoon, solo que... Sunghoon era otro caso.

[...]

—Heeseung, ya estamos decidimos que iríamos, no puedes retractarte ahora— al estar ya frente a la enorme casa de su progenitor, Jungwon volteó hacia su novio quien parecía querer salir corriendo en cualquier momento.

—Lo siento amor, solo, estoy muy nervioso— habló pausadamente, tratando de que ninguna palabra saliera entrecortada, Jungwon lo vio con una ceja alzada antes de darle un pequeño golpe en la cabeza.

—Se supone que el nerviosos debería ser yo, no tú, ahora si me permites, es hora— sin otra palabra tomó la mano temblorosa del mayor, uniéndola con la suya dándole un ligero apretón en señal de apoyo.

A pasos lentos se acercó a la entrada y tocó el timbre que estaba al lado de la puerta, tomando una fuerte respiración observó con detenimiento cuando la puerta fue abierta, dejando ver una cabellera castaña larga y cuidada.

—¡Mami, hay unos chicos afuera!— gritó la pequeña hacia el interior de la casa, de inmediato se escucharon pasos apresurados y una mujer de mediana edad apareció.

—Yeji, ya te he dicho que no debes abrir la puerta— reprendió a la menor, seguido de eso los vio a ambos con una cariñosa sonrisa— Lo siento chicos, pasen por aquí, Jeongin nos espera en el comedor— señaló.

—Claro, gracias— una después de una pequeña reverencia ambos chicos ingresaron al lugar, no perdiendo el tiempo en contemplar cada cosa que allí había. Bueno, ahora Heeseung comprendía como era que a Jungwon jamás le faltó nada.

Siguieron a la mujer bajo la atenta mirada de la niña, esta no apartaba su vista de sus manos unidas mientras hacía graciosas muecas.

—Jeongin, los chicos ya están aquí.

COLD (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora