Amor Perdido

Capítulo 4

25 de noviembre, 2021

El cielo está despejado y unas hermosas estrellas brillan resplandecientes sobre mi cabeza y la de todos aquí.

Abrieron una feria por el verano y hace unos días terminaron de colocarla. Hay puestos de juegos como tiro al blanco, el juego de fuerza, juegos con agua, una rueda de la fortuna, una pequeña montaña rusa y demás.

Lamo mi helado mientras camino y miro a las personas reír o concentrarse en algunos juegos para ganar el premio mayor.

—Viniste al final —veo a mi lado y Alice me sonríe.

—Así es —digo asintiendo.

—Lo sabía, nadie se resiste a pasar un rato conmigo —río suavemente y sigue caminando a mi lado—. ¿No te caigo bien? —la miro sorprendida.

—Claro que sí me caes bien ¿Por qué piensas eso? —toma mi brazo sutilmente y nos detenemos, frente a frente.

—Porque no respondes mis mensajes o lo haces un poco cortante y... no lo sé, siento que estás cerrada o no te caigo bien. Lo cual es súper raro ya que soy genial —dice sonriendo.

—No me caes mal, no te preocupes —digo volviendo a caminar con ella a mi lado.

—¿Puedo preguntar entonces por qué parece que sí?

Suspiro dejando lo que queda de mi helado en el cesto de basura.

—Digamos que mis antiguas amistades no salieron bien —sonrío al recordarlo—, nada bien.

—Me pasó lo mismo —dice un poco más bajo—. Por eso ahora sólo tengo buenos conocidos, más no amigos.

Nos sentamos en un banco viendo la feria.

—La última amiga que tuve, se folló a mi novio en ese entonces. Luego tuve un amigo gay y no me preocupé, pero...

—Volteó a tu novio.

—No éramos novios, pero estábamos por ese camino.

—Claro, eran exclusivos —asiento.

—No le importó e igual lo convenció de probar. Y esas sólo son dos, porque hay más, algunas peores —noto que voltea a verme, pero no la miro—. El único que sigue a mi lado con una linda y sincera amistad, es Fede, el resto siempre me traicionan o confunden las cosas.

Vuelve a mirar al frente por unos segundos y escucho que suspira.

—Te entiendo... me pasó lo mismo —esta vez yo la miro, sus ojos están un poco más decaídos viendo hacia el frente y el viento mueve suavemente su corto cabello—. También tuve de esas "amigas" —hace las comillas con los dedos y una sonrisa irónica bailando en sus labios— y como tú, me cerré, pero luego me di cuenta que no todas las personas son así de mierdas y hay algunas que valen la pena.

—¿Y cómo te das cuenta las que sí valen la pena y las que no?

—Pues con el tiempo, las experiencias, su forma de ser, sus actitudes...

Asiento, sabiendo que tiene razón. Pero no es tan fácil.

—Tú me agradas —digo haciendo que me mire y sonría.

—A todos les agrado —me guiña un ojo haciéndome sonreír y se levanta—. Tú también a mí, así que ahora vamos por algo de comer que muero por una hamburguesa.

Nos levantamos y vamos al puesto de hamburguesas a sentarnos y hablar de nuestras vidas.

—¿Entonces luego de la fiesta no estuviste con nadie más? —me pregunta y niego.