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BELIA

12 de octubre, 2024

—Tamara Brooks ¿Acepta a Paola Suknin como su legítima esposa para amarla, respetarla y cuidarla por el resto de su vida?

Veo cómo una lágrima se desliza por la mejilla de Paola por la emoción y Tam se la quita con el pulgar mientras responde.

—Sí, acepto —Pao solloza y admito que retengo una risa.

—Paola Suknin, ¿Acepta a Tama...?

—¡Sí! ¡Sí! ¡Sí! —se lanza a los brazos de mi hermana que ríe y acepta el beso que le da—. Acepto —dice sobre la boca de Tam, haciendo que todos rían.

—Por el poder que me otorga la ley, las declaro esposas.

Los aplausos y el bullicio emocionado resuenan por todo el salón y luego de besarse, salen tomadas de la mano por el pasillo.

Las damas de honor, yo entre ellas, salimos detrás.


Luego que todos las feliciten, me acerco a ellas.

—¡Al fin! —les digo abrazándolas—. Estoy muy feliz por ustedes.

—La felicidad no me cabe en el cuerpo —dice Pao llorando, siempre va a ser muy sensible, y Tam le seca las lágrimas.

—Ahora toca la luna de miel —sube y bajas las cejas haciéndonos reír a ambas—. Me parece que hay alguien esperándote —me dice Tam señalando detrás de mí con la cabeza.

Cuando volteo, me encuentro con un Jacob de traje viéndome con fijeza.

—Ya vengo —les digo dándome la vuelta para dirigirme directo hacia él.

Hace casi dos meses que nos reencontramos luego de mucho tiempo.

Cuando nos vimos, no pude sorprenderme cuando supe que él era el chico que se había tatuado diseños míos, pero con otro compañero. Sus dos brazos estaban casi por completo cubiertos por mis dibujos.

No pudimos hablar mucho esa noche. Yo estaba muy agotada y él debía terminar de acomodar sus cosas ya que había vuelto y estaba su departamento lleno de cajas.

Pero al día siguiente, llegó para terminarse el tatuaje y si bien no hablamos mucho allí. Las manos me sudaban cuando lo tatué.


"—Jabón neutro y crema por dos semanas —digo mientras me quito los guantes.

—Lo sé —me responde y sé que me mira fijo.

—Sé que lo sabes, por eso no te doy el discurso de siempre, pero no puedo evitar aclarar al menos eso —lo miro y sonríe, haciendo que mi corazón de un vuelco involuntario.

—Si te invito a un tomar un trago ¿Aceptarías?

Me quedo viéndolo sin decir nada por unos segundos. Entre sorprendida y emocionada.

—No —frunce los labios—. Pero si me invitas un café, sí —ahora sonríe y asiente.

—Pues vamos.

—¿Ahora? —pregunto y asiente—. Pero estoy trabaj...

—Yo te cubro —me dice mi compañero llegando y prácticamente empujándome hacia la puerta."


Y así fue como terminamos es un café, poniéndonos al tanto de nuestras vidas. Hablando de mi vida como tatuadora y artista y la suya como jefe de mecánica.

Amor PerdidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora