Una Bruja para el Beta

Seis

 Siento dolor en cada uno de mis músculos, intento moverme pero no puedo, intento abrir mis ojos y tampoco puedo, oscuridad es lo único que veo. ¿Qué me pasó? ¿Por qué no puedo abrir mis ojos? ¿Qué es ese constante sonido? Agudicé más mi oído y solo escuchaba ese interminable bep, bep, bep.

Aitana. Los sucesos comenzaron a llegar a mi mente, estábamos escapando con Kilian y Aitana, tenía que mantenerlos a salvo, logré llegar al refugio con Kilian, pero ¿Aitana? Volví por ella, pero ya era tarde, había vampiros con ella, los enfrenté, ¿gané? ¿Dónde se encontraba Aitana ahora? ¿Estaba a salvo? ¿Logré mantener a nuestra Luna a salvo?

Necesito abrir mis ojos, necesito respuestas, necesito saber que nuestra Luna y el cachorro están bien. Hago un último intento más, pero las luces me encandilan, por lo que termino cerrando mis ojos nuevamente, cayendo en una profunda oscuridad donde un ensordecedor silencio me acompaña.

¿Esos son voces? Intento abrir una vez más mis ojos y me frustro al no poder, ¿por qué no puedo despertar? Necesito respuestas y dormido no voy a obtenerlas. Agudizo mi oído una vez más para escuchar la conversación de esas dos personas que no reconozco sus voces.

-Sigue igual, no hay señal de mejoras – escucho como una mujer dice, y luego escucho un fuerte gruñido.

-¡Es nuestro Beta! ¡Hagan algo para que mejore! – grita un hombre.

-Hacemos todo lo que podemos – aseguró la mujer, ¡hagan más! Intenté decir yo, necesito despertar, realmente lo necesito, estamos en guerra, soy el Beta, tengo que estar al frente de esta guerra, tengo que estar planeando diferentes estrategias con Einar y Otto. Tengo que averiguar cómo están Kilian y Aitana. La frustración está ganando, al igual que el sueño y vuelvo a caer en ese oscuro y silencioso lugar donde me encuentro atrapado.

Okey, no sé cuántos intentos llevo, ni cuantas horas, pero esto de únicamente poder escuchar me está realmente fastidiando, necesito despertar. Intento una vez más y al fin quedo enceguecido por la brillante luz de, lo que supongo, es el hospital. Pestañeo varias veces hasta que mis ojos logran acostumbrarse a la luz del lugar, suspiro con cansancio, ¿desde cuándo cuesta tanto abrir los ojos? Miro a mi alrededor sin moverme, efectivamente estoy en una sala del hospital de la manada, intento moverme pero el dolor en mis músculos es más fuerte, pruebo con utilizar mi voz para llamar a alguien pero mi garganta arde, ¡mierda! ¿Por qué todo es tan difícil?

-¡Beta! ¡Ha despertado! – una chica a mi lado luce feliz de verme con mis ojos abiertos - ¡Iré por la doctora! – intento detenerla con un sonido lastimero que sale de mi garganta y ella se gira para mirarme.

-A... gua – intento decir, y ella asiente con su cabeza, camina hasta una mesa y me sirve un poco de agua, la acerca a mi boca y doy pequeños sorbos, notando como mi garganta mejora casi al instante – Gracias.