Quince

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            Malik me cede el control nuevamente, y yo aún puedo sentir el sabor de Aila en mis labios, sigo sintiendo las suaves caricias que nos brindó, unas incontrolables ganas de acercarme a ella y besarla me dominan, pero me resisto a ellas, ...

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            Malik me cede el control nuevamente, y yo aún puedo sentir el sabor de Aila en mis labios, sigo sintiendo las suaves caricias que nos brindó, unas incontrolables ganas de acercarme a ella y besarla me dominan, pero me resisto a ellas, no puedo ceder tan fácilmente.

Nos quedamos mirando a los ojos por unos segundos, tal vez minutos, y la noto tan frágil como nunca la he visto, parece que en cualquier momento comenzaría a llorar, se ve tan vulnerable, noto como muerde con fuerzas su labio inferior, como si intentara controlarse. Un dolor en mi pecho me golpea sin previo aviso, y las palabras de Malik resuenan en mi cabeza, ella no nos quiere lastimar, solo nos quiere amar, y a cambio nosotros la lastimamos a ella. Una gran batalla se está llevando en mí ser, mi corazón y mi cabeza luchan constantemente, de la misma forma que lo hacemos mi lobo y yo.

-Deberíamos regresar – la voz de Aila hace que mi atención regrese a ella, sé que debería de decir algo, sé que no debería de dejar que se vaya así, pero no puedo. Ella se gira y comienza a caminar lentamente, y yo me obligo a seguirla.

Cada paso que damos siento como mi pecho duele aún más, como mi lobo aúlla con más fuerza, cómo mi alma y mi corazón duelen. ¿Por qué no puedo enfrentar a mis demonios? ¿Por qué no puedo olvidarme del pasado y vivir el presente? ¿Por qué no puedo darle una oportunidad a Aila? Odio sentirme así, odio esta incertidumbre, esta sensación de estar dividido en dos, querer y no querer, o tal vez sea querer y no poder.

-Deberías continuar intentando reclutar, yo buscaré a Otto para que cuide de mí – su voz suave y apagada volvió a sacarme de mis pensamientos, se la escuchaba tan triste y eso hizo que mi corazón doliera aún más, yo soy el que está provocando ese dolor, y sin embargo no puedo hacer nada.

-Aila, yo...

-Tranquilo, no tienes que decir nada – sonríe de forma débil y se gira, alejándose de mí. Yo me quedo parado, mirando su imagen alejarse, mezclándose entre las personas, y con mis pensamientos martillándome una y otra vez.

-Así que eres el mate de Aila, ¡menuda suerte tienes hombre! – la voz de Oliver me sacó de mis pensamientos, y el recuerdo de sus brazos rodeando su menudo cuerpo hizo que me den ganas de matarlo allí mismo.

-Así es, así que mantente lejos de mi mate – le gruño, no sé exactamente de dónde salió eso, pero sé que no fue Malik, fui yo mismo.

-Tranquilo amigo – dice Oliver levantando sus dos manos en son de paz – No sabía que era tu mate, de todas formas solo somos viejos amigos.

-Te quiero lejos de ella – la amenaza en mi voz se puede notar perfectamente, Oliver me dio una sonrisa socarrona y asintió.

-Lo entiendo – asiente con su cabeza sin perder esa estúpida sonrisa, y es en ese momento que me recuerdo que en realidad no odio a Oliver, sino que somos amigos.

-Anoki – la voz de Einar hace que desvíe mi mirada hacia él - ¿está todo bien? – con esa pregunta sé que se refería a Aila y a mí.

-Todo bien – miento, y sé que él también sabe que miento, sé que puede leerme perfectamente, sabe cada uno de los demonios que me atormentan, sabe perfectamente la lucha interna que tengo desde el segundo en que vi a Aila.

-Bien – asiente con su cabeza.

-¿Y Aitana? – pregunto frunciendo mi ceño, la última vez que la vi estaba a lado del Alfa.

-Con Aila – y me señala donde la dos se encuentran hablando, veo como ambas se escabullen entre la gente hacia el bosque.

-Enseguida vengo – digo para comenzar a seguirlas, no me gusta la idea de ellas dos solas en el bosque, cualquiera podía atacarlas, una bruja y una humana, son un blanco perfecto para los lobos, y había demasiados desconocidos en la manada esa noche.

-Venga Aila, puedo sentir tu tristeza a pesar que aún no eres un miembro de la manada, cuéntame que pasó. Vi como Anoki te reclamó delante del Beta Oliver – la voz emocionada de Aitana y con ansias de saber se escuchaba desde mi escondite. Ambas se encontraban sentadas debajo de un árbol.

-Era Malik, no Anoki – la corrigió Aila, un suspiro nostálgico brotó de sus dulces labios – Me trajo hasta el bosque y me besó, nos besamos tantas veces y con tanto amor, me declaro completamente adicta a sus labios – ya somos dos – Pero era Malik, no Anoki, así que nuestra burbuja tuvo que romperse, y le pedí a Malik que le entregue el control a Anoki.

-¿Por qué hiciste eso? – La voz llena de incredulidad de Aitana resonó - ¡Tendrías que haberte aprovechado! – La carcajada de Aila hizo que mi corazón se acelerase.

-No podía hacerlo, solo me ganaría aún más odio por parte de Anoki – suspira con pesar y yo me vuelvo a plantear si ese supuesto odio es real o solo un escudo.

-¿Qué pasó cuando Anoki tomó el control? ¿Te lastimó?

-No pasó nada, solamente volvimos a la fiesta. Intento ser fuerte Aiti, realmente lo intento, pero su rechazo me duele, es un dolor que nunca antes había sentido, ni cuando mis padres murieron – su voz quebrada y el sollozo que le siguió me rompieron.

-Estás haciendo lo mismo que nuestro padre, la estás destruyendo y ella no se merece eso – escuché la voz de Malik en mi cabeza.

-Yo no quiero destruirla, no quiero causarle dolor, pero no puedo darle el amor que se merece. Lo mejor que puedo hacer, es rechazarla.

-¡No voy a permitir que lo hagas! – El rugido de Malik me deja levemente aturdido – Ella fue creada a nuestra medida, creada para ser nuestra, para que la amemos como se merece y para dejarnos amar. Ella es nuestra felicidad, nuestra vida, y sin ella no seremos nada.

-No puedo permitir que siga sufriendo así, si la rechazo, sufrirá, pero luego mejorará y se olvidará de nosotros.

-¿Y nosotros qué? ¿Podremos vivir sin ella? Yo no estoy dispuesto a tener una vida sin mí brujita – Malik cortó el link, negándose a volver a hablar conmigo, y lo entendía, claro que entendía por qué no quiere hablar conmigo, no hago más que lastimar a su mate, a él y a mí mismo.

-¿Sabías que escuchar conversaciones ajenas es mala educación? – La voz de Aitana resonó en mi cabeza y yo bufé, como si no tenía suficiente con todo, decidí no contestarle y girarme para volver a la fiesta - ¿Qué es lo que te detiene? – su voz vuelve a frenarme, me giro para mirarlas, Aitana tiene la cabeza de Aila en su pecho, mientras le deja suave caricias en su pelo, desde acá puedo escuchar perfectamente los sollozos de Aila.

-Sabes lo que me detiene, te conté mi historia.

-Pero sabes perfectamente que Aila nunca te lastimaría, por el contrario, tú la estás lastimando a ella y también a ti mismo. Déjate amar Anoki, es lo que te mereces – los ojos de Aitana están posados en los míos, y los míos no pueden despegarse de la pequeña morocha que solloza en el pecho de mi Luna.

-No estoy tan seguro de eso – cierro el link y me alejo de allí, sin mirar atrás, no sin antes pedirle a un par de guardias que tengan un ojo puesto en la Luna de la manada y en la Bruja que nos está protegiendo a todos, que nos está asegurando ganar la guerra que se avecina.

Una Bruja para el BetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora