Me despierto encontrándome en un claro en el medio de un bosque, miro a mi alrededor confundida, ¿qué hago en mi aquelarre? Este claro queda cerca de allí, y es el que solíamos venir con mis padres a hacer nuestro famoso picnic familiar. Vuelvo a mirar a mí alrededor y chillo de felicidad, a unos pocos metros se encuentran mis ellos, ambos con gigantes sonrisas en sus caras, esa que tanto había extrañado, y claro que enseguida me contagiaron su felicidad.
-¡Mamá, papá! – grito feliz, mientras corro hacia ellos, papá abre sus brazos para recibirme en ellos y mamá me abraza por mi espalda, haciendo nuestro famoso abrazo sándwich.
-Mi pequeña – me susurra mi padre y yo me aprieto más a él, siento lágrimas deslizarse por mi mejilla, no quiero despegarme de ellos, no quiero despertar de este sueño.
-Papi – le susurro. Mamá se separa de mí y papá intenta despegarme un poco de él, para tomar con sus enormes manos mi cara.
-Estás hermosa pequeña – me susurra con su gruesa voz mientras limpia mis lágrimas. Me separo lentamente de él y me refugio en el pecho de mamá.
-Los extrañé tanto – digo apretándome a ella.
-Nosotros a ti cielo – me dice mi madre con su dulce voz.
-No me quiero despertar – susurro cerrando fuerte mis ojos.
-No es un sueño cielo – me dice mamá separándome de ella, yo la miro frunciendo mi ceño – vamos a sentarnos – me pide y noto que en el césped está la manta que solíamos usar.
-¿Estoy muerta? – Pregunto incrédula, ¿justo muero después de hacer el amor con mi alma? ¿Tanta mala suerte tengo?
-No estás muerta pequeña – me responde papá riendo – Al menos no por ahora.
-¿Qué quiere decir eso? – pregunto con mi ceño fruncido.
-Aila, utilizaste mucha magia, agotaste todas tus energías, eso es peligroso cariño – me explica mamá mientras me peina el pelo con sus dedos, haciéndome suaves caricias.
-No podía dejar que les pase nada – digo mirando mis manos.
-¿Qué les pase o que le pase a ese lobo imbécil que tienes por alma? – me pregunta papá frunciendo su ceño, yo levanto mis ojos y lo miro con mi ojos bien abiertos.
-¿Cómo sabes del lobo?
-Hija, aunque no estemos contigo físicamente, siempre cuidamos tus espaldas – me dice mamá.
-Los quería cuidar a todos, esos lobos también son mi familia – digo, aunque sé que ninguno de los dos me cree, saben que la principal razón fue Anoki. Papá suspira y niega con la cabeza con una mueca divertida.
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Una Bruja para el Beta
WerewolfAila siempre esperó encontrar a su alma gemela, es una romántica empedernida. Pero sabe disfrutar de su vida mientras espera por él. Anoki nunca quiso encontrar a su mate, él ama estar con cuántas mujeres pueda, no quiere atarse a una sola mujer, l...