Treinta

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           El día llegó, el día que vamos a emboscar a los vampiros; brujos y lobos luchando contra ellos

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           El día llegó, el día que vamos a emboscar a los vampiros; brujos y lobos luchando contra ellos. La manada se encuentra revolucionada, todos van y vienen, he visto más de una persona llorando, despidiéndose de sus seres queridos, hay un aire nostálgico en toda la manada. Todos sabemos que no todos los guerreros que vamos hoy a luchar volverán.

-¿No hay nada que pueda hacer? – suspiro por enésima vez, no consigo la forma de convencer a Aila que no luche.

-Anoki, ya lo hablamos muchas veces, mi lugar es ahí, en el campo de batalla, no escondiéndome.

-Pero...

-Sin peros lobito – toma mi cara en sus pequeñas manos y deja un beso en mis labios, uno que me desarma completamente – Vamos a cubrirnos la espalda mutuamente, no estoy preparada para morir y sé que tú tampoco, aún nos quedan un montón de cosas por pasar juntos – apoyo mi frente sobre la suya y cierro mis ojos mientras suspiro, sé que su lugar es en la batalla, sé que ella es fuerte y sabe lo que hace, pero mi instinto de protección es más fuerte y necesito que esté a salvo.

-Odio esto – susurro.

-Todo va a estar bien lobito, vamos a estar bien – me asegura y yo asiento con pocas ganas.

-Perdón por interrumpir – dice Otto llegando a nosotros – Está todo pronto, solo falta el Alfa – nos informa y yo asiento, observando a Otto, últimamente está realmente extraño.

-Vamos a despedirnos de Aiti y Ki – me pide Aila y asiento con mi cabeza, mirando hacia Einar, debe ser realmente duro para él, está dejando a toda su familia atrás.

-Vamos – los tres nos encaminamos a nuestro Alfa y Luna, puedo escuchar los sollozos de Aitana y veo la mandíbula apretada de Einar, frustrado por no poder hacer nada por ella.

-Chicos – susurra Aila, ambos se giran a mirarnos mientras Aitana intenta inútilmente limpiar sus lágrimas – Todos vamos a estar bien Aiti, te prometo cuidar a tu lobo – le sonríe mi brujita y Aitana le da una débil sonrisa.

-Gracias – dice con voz ronca.

-Vamos Lunita, ¿Quién va a lastimar a semejante mastodonte? – le pregunto con gracia, intentando animarla, noto la mirada agradecida de Einar cuando Aitana ríe suavemente.

-¿Estás segura que no quieres que te duerma? – le pregunta Aila.

-No, tengo que cuidar de Ki y también del resto de la manada, a los que se quedan acá – sonrío feliz, Aitana es una excelente Luna.

-Tenemos que irnos – dice Otto, Aitana hace un puchero y sale de los brazos de Einar para abrazar a Otto, luego nos abraza a nosotros dos.

-Cuídense, si algo malo les pasa van a conocer la ira de su Luna, ¿me escucharon?

-Fuerte y claro, no queremos enojar a la embarazada – digo levantando mis manos en son de paz, pero recibo un puño en mi hombro de parte de Aitana.

-Y cuídenme a mi lobito.

Una Bruja para el BetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora