Catorce

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            La ceremonia de la Luna estaba transcurriendo, miro con atención como Einar y Aitana saludan a los Alfas y Lunas de las diferentes manadas, y hablan con ellos, intentando encontrar más aliados

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            La ceremonia de la Luna estaba transcurriendo, miro con atención como Einar y Aitana saludan a los Alfas y Lunas de las diferentes manadas, y hablan con ellos, intentando encontrar más aliados. Por la cara de Einar vi como no está teniendo el éxito que pretende.

-¿No está resultando como esperaban? – pregunto a Otto, quien se encuentra a mi lado, cuidando de mí a pedido de Aitana, aunque ese no era su trabajo.

-Eso parece – suspira frustrado – No hemos tenido tiempo de hablar y conocernos como corresponde, pero me interesa saber cómo estás, ya sabes, con respecto a...

-Estoy bien – lo corto, sé que quiere saber lo que siento respecto a la indiferencia de Anoki, si bien duele, y mucho, intento estar lo mejor posible. Otto me mira durante unos segundos, intentando descifrar si le miento o no, hasta que suspira rendido.

-Ya va a abrir sus ojos – me asegura, yo le sonrío y me giro a mirar toda esa gente – Te están llamando – digo señalando una rubia de piernas largas.

-¿Te molesta si te dejo sola?

-Para nada, ve a disfrutar, yo iré por algo para tomar – le guiño un ojo y camino hacia la zona de bebidas – Pero si es el Beta – digo en tono jocoso cuando me encuentro a Anoki, él solo me mira y bufa, haciendo que yo le dé una sonrisa de suficiencia, aunque lo que quiero hacer es salir corriendo.

-Aila – me nombra con su mandíbula apretada.

-La Luna dice que cuides de mí, Otto lo estaba haciendo, pero tuvo que atender unos asuntos, así que Aitana me pidió que venga hasta ti para que me cuides, ya sabes, soy una bruja indefensa entre tanto lobo – esta vez no tuve que disimular mi tono divertido, es mentira que Aitana me pidió que venga a Anoki, pero sé que ella lo aprueba. Sentí un leve gruñido de parte del lobo que está a mi lado – Vamos, ¡anímate! No soy difícil de cuidar. Solo tienes que estar pegada a mí como chicle – envuelvo mis dos brazos en su tríceps derecho, abrazándolo, confieso que aprovechándome de la situación.

-A mí no se me informó nada – me dice con su mandíbula apretada.

-Puedes preguntarle a tu Luna – digo sonriéndole de forma inocente, sabiendo que Aitana me iba a respaldar. Y lo hizo, puso sus ojos en blanco, sé que está hablando con Aitana, la miro y ella tiene sus ojos sobre nosotros, yo le guiño un ojo y ella ríe asintiendo con su cabeza. Escucho el gruñido de indignación de Anoki y muerdo mi labio inferior para no reírme - ¿Satisfecho? – le pincho.

-Como sea.

-¡Vamos! Soy muy buena compañía, ya me gané el amor de tu manada.

-Solo cállate – me gruñó.

-Imposible, no puedo reprimirme. ¡Tengo una idea! – Digo emocionada, dando saltitos en mi lugar – Tú no tienes ganas de estar conmigo, así que deja salir a Malik, estoy segura que él va a estar complacido con mi presencia.

Una Bruja para el BetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora