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－Y dime, ¿Qué te parece?...
－Wow－ pronuncio sorprendido el Omega cuando entro por la puerta de madera, visualizando lo acogedora y hermosa que era la cabaña －si que es linda...
－Sabia que te iba a encantar－ presumió el Alfa, cerrando la puerta tras suyo y dejando los dos bolsos llenos de ropa en el piso.
－No se que me sorprende más, la cabaña o el hecho de que tus padres te dejaran venir faltando dos días a clases－ Taehyung se cruzo de brazos frente al menor con una sonrisa divertida en el rostro.
Jungkook también sonrió pero inocente, subiendo sus hombros en señal de que tampoco sabia que contestar, pero las risas le ganaron a ambos y sus cuerpos por si solos se aproximaron al otro solo para terminar besándose lentamente.
Obviamente que le pidió permiso a sus padres para usar la cabaña, pero se lo pidió específicamente para el viernes, solamente que fue decisión suya tener y jueves el lugar solo para estar con Taehyung a solas.
De por si, fue arrepentido y totalmente rebelde de su parte, eso lo podía notar el Omega al cual estaba besando, pero mentiría si Taehyung dijera que no le gustó la idea de estar a solas en un lindo lugar con su Alfa.
Los besos pronto fueron interrumpidos por sus sonrisas, sonrisas que fueron causadas por la euforia que le hacia sentir el contrario.
－Jungkook－ canto su nombre con diversión y cariño, pasando sus manos por la cabellera larga del chico －¿queremos disfrutar del lugar o queremos disfrutar del otro?...
－Mmm...－ fingió pensar rodeando con sus brazos la cintura del chico, besando su frente en medio de risas －creo que podemos hacerlo en ese orden, ¿Qué opinas?－ susurro lo ultimo haciendo reír mas al chico entre sus manos.
－Opino que nos estamos equivocando de orden－ susurro también, casi sonando como cómplices de una travesura mientras se toqueteaban de vez en cuando, al paso que retrocedían hacia la cocina del lugar.
－Estoy seguro que lo primero que se me viene a la cabeza es comer cada centímetro de tu cuerpo y degustar de tus labios acolchonados, mi precioso y exquisito Omega－ hablo exageradamente, alzando por los muslos al acanelado chico para posicionarlo en la alacena para proseguir a besar una mejilla sonrojada －pero también tengo hambre de comida...
La risa que soltó Taehyung, fue tan mágica que Jungkook juro estar en el cielo por un par de segundos que logro admirar ese precioso ser reír en cámara lenta, tan inocente como puro, era perfecto.
Se paciente campeón, será tuyo después del viernes y tendrá una hermosa marca en su cuello que gritara tu nombre.
Soltó un suspiro encantado, últimamente se estaba poniendo de acuerdo con su lobo en muchas cosas.
