Cosas del trabajo

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Hordeano estaba cada vez más presente en la vida de la felina y aquello, en vez de entregarle alivio a Catra, la ponía de malas. Odiaba verlo llegar a su casa para cenar, detestaba salir feliz del trabajo y encontrarlo esperándola junto a su moto e inmediatamente amargaba su día encontrar mensajes llenos de corazones, bendiciones y buenos deseos. La morena agradecía desde el fondo de su corazón las restricciones de su religión y la devoción de Hordeano, pues gracias a esta, el joven no había intentado nada con Catra, mas que tomarle la mano y uno que otro veloz abrazo en cada despedida.

Hasta el momento, a la única que pareció importarle el nuevo novio de Catra fue a Shadow Weaver, quien tenía una actitud mucho más dócil con la morena... incluso eso lograba irritarla ¿Cómo era posible que un sujeto que llevaba menos de un mes en la vida de Catra significara más para la complacencia de Shadow que la propia muchacha? Estaba harta.

¿Razones para detestar tan a Hordeano? Objetivamente ninguna, subjetivamente millones. En sí, el peliblanco no tenía nada malo, era amable, era excesivamente atento, preocupado, educado y un largo etcétera, pero eran detalles los que molestaban a Catra: su insistencia, se sentía ahogada a su lado; su voz, aun lograba ponerle los pelos de la cola de punta... en un mal sentido; sus ojos, eran completamente vacíos, sin pizca de calidez ni frío; su rigidez, parecía un robot, como una máquina con funciones específicas... para Catra, parecía de todo menos una persona, sin mencionar que no lo encontraba un poquitito atractivo.

A pesar de lo anterior, no todo era desagrado en su vida. El proyecto y las investigaciones de Catra sobre Serenia estaban dando resultados positivos, la gente comenzó a visitar con más frecuencia el lugar y la demanda se volvió tan fuerte que las compañías hoteleras y de turismo consideraron con más entusiasmo la influencia de la revista, lo que trajo consigo mejores inversiones y reconocimientos para la morena, que estaba al borde del anhelado asenso por el que tanto había trabajado.

La revista "La Horda" era popular en toda Etheria y, en los años que Catra  y parte del equipo, como Bow, Trapta, Scorpia, Glimmer, Perfuma, Mermista e incluso Adora llevaban trabajando en ella,  se habían triplicado las ventas. Siempre encontraban novedades y hallazgos en el pequeño planeta que eran difundidos con eficiencia en los medios. No era extraño que se trabajara constantemente en equipos dependiendo del área de los periodistas, ni eran extraños los viajes por trabajo. En el último tiempo, Catra había investigado tanto sobre Serenia que fantaseaba con ir, deseaba escribir del lugar en el lugar, relajarse, conocerlo y tener la certeza de estar lejos de Hordeano por un tiempo. Por lo que, cuando Hordak llamó a Catra a su oficina, esta cruzó con esperanza los dedos.

Al entrar en la oficina de su jefe, la morena no pudo evitar levantar sus orejas con sorpresa, en primer lugar porque Hordak era casi idéntico a Hordeano y eso le daba náuseas y, en segundo, porque frente al gran escritorio estaba sentada Adora. Desde el día en que la rubia la sorprendió con aquellos cupones, Catra experimentó una serie de emociones que le eran francamente desagradables. Los primeros días no pudo dejar de pensar en ella, pero no como usualmente lo hacía, sino de manera agradable, comenzó a sonreírle en los pasillos, a fijarse en la ropa que la rubia usaba y celebrar su buen gusto, e incluso le había dicho verbalmente "hola" un par de veces. Cualquiera pensaría que esto eran cosas buenas o por lo menos positivas, pero Catra lo sintió como una distracción, Adora la distraía, ocupaba más tiempo pensando en los agradables encuentros, en los cupones, en la sensación de nervios que le generaba, en cómo la rubia combinaba su ropa o arreglaba la coleta de su pelo, y ese era tiempo perdido, de retraso en sus investigaciones, en sus notas, en sus artículos... en su asenso, por lo que de un día a otro dejó de sonreírle y se prohibió distraerse pensando en ella, tarea que se le había vuelto realmente dificultosa. 

Tempus Fugit - Catradora AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora