Me pierdo en ti, en tu ternura y tu compasión, en tu paciencia, en tu dolor, en tus risas, en tus iras, en tus tristezas, en tus alegrías.
Mis sentidos se estampan en el aroma de tu piel que entra en mis narinas y me inunda de ti, de tu olor, dulce, amargo, embriagando cada rincón de mi buen juicio entonces mi cordura pende de un hilo, una hebra fina que se enredada entre mis dedos y entonces mis manos en tu cabello son dos pájaros revoloteando, nudos que deshacen y rehacen, un laberinto de jalones y caricias nobles, pronuncias mi nombre y la nobleza cesa; En un quejido sofocante me pronuncias, me arrebatas, como si yo a tus labios le perteneciera y los tuyos me descifran en un arrebato desencajado de movimientos tibios y delicados, una revolución levantándose en nuestras lenguas, agolpándose en un solo sentido un solo ajetreo de sensaciones donde nace tu voz, donde resuena mi nombre y me lo arrancas con soberana libertad, bajo el permiso que mis ojos te dan y entonces no soy mas mía y entonces estoy perdida; Respiramos una melodía y danzamos en medio de ese murmullo, agitado, apaciguado, ya desprendidas las suaves telas que adornaban nuestros cuerpos, nos vestimos uno a uno, tus brazos me enredan, tu piel me acaricia, tu aliento esta caliente, tus manos tibias, y ya no hace frío. Mutuamente nos abrigamos, mutuamente abrazamos, es por eso que te quema la espalda, es por eso que se asoman los trazos de arañazos desenfadados, gemidos, roces, desespero,tropezamos, en un seísmo tropezamos, y tú tocas, el epicentro de tan delicado holocausto esta donde tú tocas y somos sudor y somos risas, sudados, agotados, con tu sabor en mis labios, tu aroma en mi cuerpo desnudado, tus caricias en mis hilos desordenados, tu rostro en mi costado recostado, el recato reanudado, vuelve la inocencia, la ternura y me miras, de cerca me miras, es entonces que me veo nacer a tus ojos y morir a tus pies y es entonces que quizás no estoy perdida solamente de rodillas.
