Dejar a la gente curarse

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Dejar a la gente curarse.
Uno tiene que curarse primero,
La gente que anda obligando a dejar ir lo que hace mal, a caminar con las circunstancias, a dejar todo en manos del Dios o en quienes sea que crean para que suceda lo que deba de suceder,
Uno primero tiene que curarse,
Dejen de engañar a la gente rota, que todos sabemos que a nadie dejan de sangrarle las heridas por levantarse y agradecer, que a nadie dejan de llorarle los dolores solo con plantar los pies en el agua,
La gente espera magia para que no duela, y luego los ves por ahí con la culpa de no salir a bailar y reírse a carcajadas cuando acaban de enterrar un dolor entre el cuerpo,
La gente rota esconde pedazos de vida que necesita sanar, necesita de abrazos que se acomoden como mantas dispuestos a apretarles los cuerpos hasta que dejen de supurar,
Deben dejar de supurar, deben sanar, son gente herida, ya no necesitan que les digan eso que saben están tratando de hacer y no pueden,
A veces no se puede, a veces la vida duele, las pérdidas, los desengaños, los abandonos, los desencuentros, duele, todo eso duele,
Antes de plantar los pies en el agua, de agradecer, esa gente debe sanar,
y para sanar hay que saber frenar, ver lo que nos sacudió el cuerpo, lo que nos da dolores, y llantos, detenerse para ver y entender, para reconstruir y a veces para rematar,
Déjense ya de esa idea de que quien no se levanta no es valiente, déjense del cuento de que "mañana puede ser el último aliento"
Dejen de atormentar a la gente que está haciendo su duelo, que esta haciendo las paces con su dolor, que esta hallando su pena, sus soledades y sus vacíos,
Compadezcámosles, no les seamos mentirosos, todos hemos sabido por boca propia que a veces no se puede, sencillamente no se puede,
Esa gente está dándole la cara a sus fantasmas a sus males, a sus tormentas,
porque para salir a bailar con la música con el alma a todo lo que da, necesitan curarse, primero hay que saber curarse, eso es la vida,
Dar la cara es el primer paso necesario para pararse cuándo se pueda y cómo se pueda,
No apuren a la gente, dejen que les duela,
Dejen a la gente curarse,
Y después si, quizás sin tanto dolor, con la herida ya sanada, con el cuerpo un poco livianito que planten los pies en el agua, que agradezcan, que perdonen a quien deban, que salden esa cuenta, y si se les da por agradecer hasta al pan de mantequilla que desayunan por la mañana, que lo hagan, déjenles que se curen, déjenles sanar.

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