Lilieth

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¡Oh, mi hermosa Lilieth! Tan deslumbrante como el primer rayo de sol asomándose por el norte de verdes montañas.
Tan exorbitante como el mismo universo.
Tan minúscula como la gota de agua que cae sobre el mar.
Tan desmesurada.
¡Oh Lilieth! Semejante a la rama mas grande de aquel árbol que parece tocar el cielo.
¡Oh Lilieth! Tan llena de poesía y la voz tan rota incapaz de declamar.
¡Oh Lilieth! Con mejillas sonrojadas y la mirada siempre perdida.
¡Oh Lilieth! Tan acompañada, tan sola.
Lilieth... mi hermosa Lilieth
¿Donde te has dejado las raíces?
¿Te olvidaste de regarte?

¡Oh Lilieth!
Sigues plantando esperanzas en cuerpos vacíos, y curando con manos torpes aquellos perdidos.
Sigues habitando en casas ajenas, nombrando hogar a cualquiera.
Sigues acompañando a desconocidos en su camino.
Sigues tocando puertas, asomándote por las ventanas.

¡Oh mi pequeña Lilieth!
Deja ya de echar raíces en tierras equivocadas, deja de perseguir, deja de esperar, que la parte más dolorosa de esperar es que siempre terminaras sin nada,
deja de intentar ser hogar y comienza por ser tu hogar,
deja de vivir entre los desordenes de otros entre catástrofes de memorias rotas, tazas vacías, y espacios que solo buscan un mueble para rellenar.

¡Oh mi pequeña Lilieth!
Aprende a escuchar, que eso que oyes pueden ser dos cosas, alguien tocando la puerta con ganas de habitarte como se habita una casa o los martillazos de alguien colgando su cuadro favorito entre tus costillas con ganas de habitarte como se habita una galería de arte, en uno vives en el otro buscas razones para vivir, porque mi pequeña Lilieth...te destruiste solo para serte llamada arte y el arte se admira, se siente, se vive.
Que entre aquel quien toque las grietas de tu piel y no busque tapizarlas con palabras oxidadas, quien te quiera para saberse acompañado en lugar para saberse menos solo.
Quien borre de tu lengua la palabra "soledad" y te haga olvidar su significado.
Lilieth... arráncate las raíces, corta las hiedras de tus pulmones que te impiden respirar, Lilieth, florece hasta que te vuelvas bosque, y asegúrate que tu naturaleza sea tuya, sin pertenecerle a nadie mas, florece hasta que toques el cielo.

¡Oh, mi pequeña Lilieth!
Y ojalá te aprendas a mirar con mis ojos y así jamas agaches la mirada, hasta entonces, crece, expándete, colapsa,, únete... desaste, rehazte, desde el suelo.

;Donde viven las historias. Descúbrelo ahora