Capítulo 6: Desvencijados
Keaton estaciono su auto detrás del Ford Explorer verde de la mama de Dalila. Así que ya había llegado, bueno… obvio que ya lo había hecho. Se suponía que la fiesta empezaba a las ocho y eran las 9.40 pm. Después de todo Roy le había dicho a él, que no llegara antes de las nueve para que supiera darse su importancia.
Él tenía todos los ánimos de reconciliarse con ella, y aunque ella andaba actuando de manera extraña últimamente, era su novia y la quería bastante, y de cierto modo, él sabía que todo esto se le pasaría… o por lo menos, eso esperaba Keaton.
Él se bajó del auto y entro a la casa de Roy, su mejor amigo. Keaton estaba tan familiarizado con la casa que conocía cada entrada, escondite y donde estaba ubicada cada cosa; además sabía en donde habría y no habría gente cada vez que Roy hacia fiestas. El rubio de cabello ondulado entro por la puerta trasera de la cocina, tomando la llave de repuesto desde debajo de la alfombra.
El chico vio una pareja en pleno besuqueo mientras bailaban con sus cuerpos pegados de forma sensual; él tuvo que interrumpir y su sorpresa fue que la chica era Annie, su mejor amiga. El no hallaba que decir, mientras que la chica quería lanzarle algo posiblemente por la vergüenza que sentía que la encontraran en tal escena, este se escabullo como pudo para buscar a su novia o a su amigo. Quien estuviera más cerca. El miro hacia el piso de arriba, y más allá del barandal, había un resplandor amarillo, al parecer había una puerta abierta pero a los minutos se cerró.
Keaton tuvo un presentimiento extraño al ver eso, ¿Seria que había alguien ahí?... ¿Alguien que le interesase? Y el hecho que esa puerta se abriera querría decir que alguien acababa de entrar.
Keaton se apuró a llegar hasta arriba pero se topó con Roy. Y este lo detuvo sosteniéndolo por los brazos.--¿A dónde vas?
-Quiero ver que hay en el cuarto de tus padres.
-¿Estás loco? Ahí nadie puede entrar y lo sabes. —Le recordó su mejor amigo de manera seria. —Por cierto, Dalila esta mi cuarto por si quieres verla.
Keaton entrecerró sus ojos mientras notaba como su amigo se lo dijo de una manera bastante sospechosa. —Y yo que tu voy ahorita, puede que te necesite. Y no vaya a ser que después te arrepientas de no haberla buscado. —Agrego el chico que era unos centímetros más bajo que Keaton.
La única reacción que logro tener Dalila, fue quedar con sus ojos abiertos de par en par, debido a la sorpresa que le había causado ver frente a sus narices a un chico rubio, con su cabello despeinado y el ceño fruncido.
Mientras tanto, Astor seguía sin soltarla a pesar que observaba desde su posición como su enemigo, el actual novio de Dalila, los fulminaba con la mirada. No era nada un ataque de celos, el tipo estaba rojo y parecía estar hirviendo; solo faltaba que le saliera humo por las orejas. Este emprendió camino, ya que probablemente era empujado por varios sentimientos revueltos; y como un toro bravo embistió a Astor, empujándolo fuera de la cama y alejándolo totalmente de Dalila. El castaño cayó tendido en el suelo mientras el rubio estúpido de Keaton, o como sea que se llamase, se preocupaba ridículamente por Dalila, como si Astor fuese un violador o asesino.
-Dalila, ¿Estas bien? —Pregunto Keaton mientras Dalila seguía aun en shock. Ella aun no podía creer que su novio la hubiese encontrado en tal escena. Esto representaría un verdadero problema, y no sabía que le preocupaba más; si el hecho que los hubiese encontrado ahí en un cuarto a ella y a su ex o que hubiese reaccionado de esa forma tan extrañamente preocupada.
-Dalila, ¿Te hizo algo ese idiota? —Pregunto Keaton con vigor al mencionar el insulto, y al mismo tiempo señalaba a Astor, quien frunció el ceño y empezó a levantarse del suelo lentamente.
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Déjame Ir
Teen FictionDalila tiene un vida normal, estable y feliz. Su novio Keaton, quien la adora ha sido un apoyo incondicional durante los últimos 6 meses, gracias a el ha logrado ser una persona alegre de nuevo. Eso, hasta que recibe inesperadas visitas de su pasado...