Sentir, que era sentir... sentimientos una palabra hueca que carecía de significado. Esta frase hacia un largo recorrido por el cerebro de Dalila. Y había llegado un punto en el cual no le importaba más el hecho que estuviera en prisión, el hecho de la traición ni ninguna otra cosa. Un ruido se escuchó por afuera de su celda, talvez el gordo policía había tenido la desdicha de caerse boca arriba por estar reclinando la silla y apostando su suerte en un pedazo de madera. ¿Pero que más daba? Ya nada importaba.
De pronto una sombra hizo eclipse sobre la cara de Dalila impidiéndole seguir viendo el interesante suelo de concreto que tenía debajo de sus pies. La chica levanto la vista lentamente para toparse con quien menos imaginaba, y de cierta forma, la última persona a quien querría ver ahí parado frente a ella.
Esa misma noche un poco mas temprano..
Había algo que no iba a cambiar pasase lo que pasase. Era una noche oscura, no había ni una tan sola estrella en el cielo esa noche. & la luna... la luna parecía estar apagada, ya que era rodeada por una infinidad de nubes que matizaban su color en algo grisáceo combinando con el tono apagado que combinaba con esa noche tan silenciosa.
Él estaba cansado de ver hacia el cielo desde su ventana. Mientras yacía sentado en la silla de su escritorio. El prefirió apoyar su cabeza contra sus puños cerrados que servían como pilares para que su cabeza no se estrellara contra la mesa.
El tan solo se preguntaba una cosa... ¿Que estaría haciendo Dalila en ese preciso momento? No sabia exactamente cuanto tiempo había pasado desde el incidente en el parque pero el, de una u otra manera no conciliaba la paz; no podía divertirse a pesar que entre Sarah y Roy habían armado una fiesta en su propia casa. Keaton no lograba encontrarse entre las personas, ya que sentia que algo le faltaba que no andaban bien las cosas, y Dalila era la culpable de todo... Keaton prefirio optar por irse a su cuarto y dejar el holgorio atrás.
Tenia por lo menos veinte minutos de estar dándole vueltas una y otra vez en su cabeza a esa pregunta. Pero... Tal y como le decía Sarah. ¿Por qué tenia el que estar sufriendo por ella? Cuando era ella quien se había comportado como toda una lunática y además lo había dejado por irse con otro? No valia la pena....
Pero por mas que el se lo repetia en la cabeza, su corazón... Oh su testarudo corazón. No dejaba pasar eso. Pero su orgullo y dignidad lo detenían de cualquier movimiento que pudiese hacer, y de todos modos, era demasiado tarde... Ya la había perdido ante un recuerdo. Ante un espejismo y ante el pasado de ella. Keaton coloco su frente sobre las palmas de su mano, tenia ganas de gritar de golpear algo, sacarse esa preocupación y deshacerse de ese nudo que se había formado dentro de su garganta... Pero ya no podía hacer nada. Era demasiado tarde, y de una u otra forma, sabia que el le había fallado a Dalila cuando ella mas lo necesitaba. Le había dado la espalda cuando ella le pidio que no lo hiciera pero ¿Qué mas podía hacer?
El daba todo lo que podía para mantenerla feliz, pero nada parecía contentarla. Todos estos últimos días la había sentido aun mas distante, aun mas lejos de si... parecía perdida en otro universo como si el hecho que ella estuviese físicamente presente era solo eso, y su mente estaba hundida en un espejismo... en el pasado y hundida cada vez mas en Astor. El quisiera detenerla, sacarla de ello pero no sabia que mas hacer. Habia intentado todas las cosas posibles y con eso mas bien solo conseguia alejarla mas, pero muy dentro de si; el sentia que ya la había perdido contra Astor, desde hace algún tiempo.
Astor... A ese tipo lo odiaba. Apenas sabia de su existencia y el simple hecho de pensar en el o escuchar su nombre le revolvía el estomago y le daba ganas de golpear algo. Ese tipo... Ese tipo sin siquiera hacer algo. Sin siquiera estar ahí para ella; la ponía de girar, la volvía loca con solo el hecho de saber que el anduviera cerca o con solo escuchar su nombre. Antes Dalila ni siquiera pensaba en el ni lo mencionaba pero de un tiempo aca; al parecer, se habían estado viendo. Y no sabia, ni siquiera a que hora fue que el perdió el corazón de la chica ante un mal recuerdo.
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Déjame Ir
Novela JuvenilDalila tiene un vida normal, estable y feliz. Su novio Keaton, quien la adora ha sido un apoyo incondicional durante los últimos 6 meses, gracias a el ha logrado ser una persona alegre de nuevo. Eso, hasta que recibe inesperadas visitas de su pasado...