Capitulo 26.

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-¿A que viene todo esto? - Comprendía la situación, pero quería escuchar las palabras contextuales de mi madre para reafirmar mis pensamientos y hundirme aún mas.

-Deja ir a Hoseok, deja a Sulli ser feliz y se una buena hermana, haz algo bondadoso. - Si hiciera eso, tal vez ¿Me querría mi madre un poco mas? Si el no siente nada por mi, y esta enamorado de Sulli ¿Por que estoy sufriendo?

Tengo sentimientos hacia Hoseok, pero si continuar con esto incluye el desprecio de mi madre, no quería seguir, pero en cierta parte me dolía increíblemente que ella prefiriera la felicidad de una joven cualquiera a la felicidad de su propia hija.

-Hija, comprende, ella siempre da y espero que esta vez también reciba.- ¡Para ya por favor! No puedo soportar mas palabras de su boca, mis ojos comenzaron a inundarse ¡Mierda! No puede verme así.

-Esta bien mamá, además, no estoy enamorada de el.

-Me alegra escuchar eso... Ahora volvamos a la fiesta ¡No quiero perder ni un detalle! - Dijo riendo como si nuestra relación fuese la mejor y sonrió como si las palabras que acabó de lanzar fuesen del mas puro amor maternal.

Entré al Salón nuevamente, la música sonaba mas fuerte que antes y todos comenzaron con un baile lento para iniciar la atmósfera.

Arrastraba los pies, sostenía una mirada perdida y mis ojos comenzaban a nublarse. Aquella noche perdí a mi madre y a la vez a Hoseok.

-¿Joy? ¿Sucede algo? - Preguntó Jhope tomándome del brazo con su mano.

-No sucede nada. – Respondí con mi mejor rostro de seriedad. Quería lanzarme a lloriquear en sus cálidos brazos, los cuales siempre estaban abiertos para mi, pero debí reprimir mis verdaderos sentimientos.

-¡Oye vamos a bailar! - Exclamó Sulli corriendo hacia Hoseok mientras lo tomaba de la mano, arrastrándolo a la pista. Aproveché ese pequeño momento para huir de el.

Las mujeres dejaban caer los finales de sus bellísimos y costosos vestidos largos, los cuales rozaban levemente el piso, y los hombres acomodaban sus corbatas a cada segundo.

Busqué a mi prima con la mirada, esta estaba en la pista de baile, junto a su novio. Colocó suavemente sus finas manos en los grandes hombros de Jin mientras se balanceaban lentamente al ritmo lento de la música. Ambos no dejaban de mirarse, pero utilizando aquel termino no me refiero a un simple ''Ver'' Sino a un bellísima forma de observar. ¿Algún día lograré aquella paz?

Tomé asiento en nuestra mesa, la cual estaba vacía. Aquellos míseros platos ya habían sido retirados, y todos los comensales estaban en la pista.

Dirigí una fugaz mirada a las inmensas puertas de salida y suspiré por el anhelo.

Estaba incomoda en aquel lugar y deseaba con todas mis fuerzas no estar allí, desaparecer, o tal vez solo ser invisible.

Era la única persona, junto con los ancianos, que continuaba sentada. Observé a Hoseok, sin comprender que me enojaba mas, que no me haya invitado a bailar, que estuviera bailando con Sulli, o el simple hecho de que en el caso de que sí me invitara debía decirle que no.

La situación era deprimente, busqué a mi madre con la mirada, esta estaba junto a Roger.

Uno de los peores sentimientos que puede sentir una persona es soledad, o saber que está resultando un estorbo, algo insignificante e irrelevante.

Me puse de pie, la soledad era abrumadora, no soportaba mas aquel aire pesado, ver a Hoseok, a Sulli, a mi madre, tenía ganas de huir.

Me dirigí a las grandes puertas principales, pero frené antes de llegar. ¿Saldría a las calles con un largo vestido de gala? ¿Debería arrancar la unión de la seda?

Corrí hacia el servicio, una vez dentro me sorprendió el hecho de que no hubiese nadie dentro.

-¿Que haré contigo pequeño estorbo? - Susurré observando al vestido. Mi gran limitación.

¡Es muy costoso! No puedo arruinarlo. Pensé.

-Da igual, no fui yo quien lo pagó – Dije mientras arrancaba con gran fuerza la bellísima seda, dando lugar a un casual vestido corto.

Corrí hacia la salida, evitando preguntas y cuestionamientos, pero para mi gran sorpresa pude notar, que en aquel pequeño trayecto del servicio hacia las puertas principales, nadie fijo su mirada en mi, le importaba poco y nada a las personas que estaban allí, y era consciente de ello.

Una vez fuera el aire puro de la noche me embriagaba, por alguna extraña razón este tenía un aroma y peso diferente al de dentro. Fuera, un lucero brillaba en su máximo esplendor, lo miré fijo. El cielo era algo tan inmenso y yo tan pequeña, por lo tanto al verlo, mis problemas se volvían pequeños.

Si yo era un ser insignificante para tal inmensidad, mis penas también lo eran.

Observé aquella estrella hasta comenzar a ver las demás, todas le daban un toque mágico al cielo tan azul como una noche de verano, pero con un viento helado como el invierno.

Necesito a alguien, no puedo pasar ni un minuto mas sola ¿Todo va a estar bien? ¿Quien podría garantizarlo?.

Papá jamás comprendería mi situación, mamá la provocó, Hoseok es parte de la cuestión, y Sulli es el principal factor ¿En quien podría confiar ahora?

Solo había una única persona que desconocía en su totalidad el tema. Suga.

El parque donde el suele jugar baloncesto estaba solo a unas pocas calles, supuse que la preciosa noche influría en su presencia.

Corrí hacia aquel lugar, la soledad estaba carcomiendome, necesitaba a alguien, necesitaba una mano.

El ruido de mis pasos chocar contra el pavimento al correr era el único sonido que lograba escucharse en las calles. Era de noche y los faroles iluminaban pobremente, los negocios estaban cerrados, o por cerrar. La presencia de los gatos callejeros se hacía notar.





Ahí estaba el. Con un balón entre sus manos, respiración agitada, y ojos perdidos en el cielo nocturno. Me acerqué tragando saliva, tenía planeado vociferar todos mis pensamientos.

-Suga... - Cerré los ojos tomando el valor suficiente - ¿Estarás ahí cuando me sienta mal? Cuando necesite a alguien que me diga que lo hice bien, cuando esté tan sola que ni me encuentre en mi misma, cuando no tenga ganas de conversar con nadie y solo necesite tu presencia silenciosa a mi lado... ¡Pero que diablos estoy diciendo! Si no te preocupas por mi en lo mas mínimo ¿Por que te importaría mi bienestar? Si solo yo me preocupo por tí... Solo yo pienso en tí – Escuchar esas palabras en voz alta de mi propia boca me hicieron reflexionar.

No pensé jamás en decirle que estaba enamorada de el, solo había planeado hacer reclamos de atención, algo así tal como ''Si te estoy ayudando a ti ¿Por que tu no a mi?'' Luego de todo su maltrato siempre me mantuve firme junto a el, ayudándolo como si fuera mi obligación moral.

Una pequeña lágrima rebelde escapó de mi ojo, la sequé con rapidez y mientras me mordía el labio continué - ¿Que siento por ti Suga? Amor, obsesión, compasión o pena.- Hubiera sido muy bello que me lograra oír, pero soy tan cobarde que continué detrás de el, hablándole sin esperar ser oída, contemplando su nuca y oyendo el leve ruido que escapaba por sus auriculares.

Luego de esa pequeña pausa, volteó mientras botaba el balón. Pegó un pequeño respingo al notar mi sorpresiva presencia.

-Joy ¿Que haces aquí? - Preguntó quitándose ambos auriculares.

-¿Quieres beber algo? 

Los opuestos se atraen, las almas gemelas se unen | BTS J-HOPE / SUGA |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora