El laboratorio [CAP 11]

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(Cualquier falta ortográfica, me avisan)

Las respuestas, mayormente no son lindas. No siempre nos dan un mensaje utópico.
Hay veces que nos dejan más perdidos de lo que ya estábamos.

Perdidos en el abismo.

Victoria s. Stanley

 Stanley

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Venus

Cuando era pequeña, tendía a desesperarme cada vez que un fragmento de sueño-realidad me atormentaba. Mi padre no entendía como afrontar tal situación y en varias ocaciones, lo encontré con una foto de mi madre en sus manos, pidiéndole ayuda, impotente ante los hechos que nos estaban atormentando.

Siempre me dijo que tenía el mismo coraje que ella y eso me parecía patético. Puedo decir que era indentica en cuanto a lo físico, pero siempre vivía con miedo. Y ese miedo con el tiempo se convirtió en ira.

Y no un odio externo, sino que me odiaba a mí por ser lo que era.

Hay veces que podía ver el sufrimiento de especies no terrestres, como si tuviese varios ojos en diferente sitios. También, tuve la oportunidad de poder ver cosas que ningún humano podría soportar.

Seres infernales, como si fueran creados por la mente más oscura e infame que un humano pudiera tener. Ellos me obcervaban y yo a ellos. Pero nunca se habían acercado tanto a mí como aquella noche y mucho menos parecían tener tendencia a querer hacerme daño.

Y eso no era lo peor, sabía que era vigilada por varios espectadores. En cualquier sitio me sentía obcervada y ahí entendí, que más que una locura, parecía tener una maldición.

Pero eso terminó, porque al parecer, estaba a punto de morir.

O eso pudo haber sucedido de no haber sido por un misterio que sólo recordaremos mi padre y yo. Mi cuerpo se tornó rojo carmesí y un grito de dolor salió de mis labios, mis carnes se empezaron a retorcer de manera infernal.

Hasta que al fin, todo acabó y la herida que había en mi pecho, ahora había desaparecido... pero eso no fue lo que había llamado nuestra atención, sino de la sangre que se convirtió en un líquido oscuro y espeso igual a la de aquella bestia que había matado justamente ayer.

-Tengo miedo pa- confesé intentando levantarme y sentarme en el borde de mi cama.

-Todo va a estar bien. Tenemos que irnos- la sangre se empezó a evaporar y me aterrorizó de alguna manera su rostro expresando tranquilidad.

-¿Hay algo que deba saber?- mi voz temblaba ante el miedo de saber cuál sería la respuesta. Aunque su silencio contestó mis preguntas -siempre vivo invadida de preguntas y tú... Sabías algo que tal vez podría ayudarme con esta mierda- apunté el espejo y por primera vez miré a mi padre con odio -¿sabes algo de aquellos seres?-.

-Mañana iremos a ver a alguien. Descansa bien...- su voz fué igual de inexpresiva. Nunca me había hablado de ese modo, pero no me quedaría aquí.

Una voz en mi cabeza, decía que debía huir, lo más rápido posible, correr por mi vida antes de que fuera demasiado tarde. No dudé en seguir aquélla corazonada que me había dado la suficiente fortaleza para preparame a un viaje que seguiría sola.

Me vestí completamente de negro y me puse mis tapones. Tape mi rostro con la capucha y agarré dinero de la billetera del que ahora no sabía quién era. Porque ya no confiaba ni en mi propia sombra.

Para salir de mi casa y ver a lo que aquella bestia esperandome en el techo. Sus ojos brillaban con la luz de la luna de un modo que parecían dos faroles ardientes capaces de alumbrar hasta la inmensa oscuridad del bosque.

-Siempre quisiste decirme algo ¿no es cierto?- me crucé de brazos y la bestia se bajó para quedarse a menos de un metro de mí, notando su gran altura que hizo que alzará mi vista para verla directamente a los ojos -¿ahora si vas a darme respuestas?- asentó de manera frenética -pues bueno. ¿A dónde iremos?-.

Tomó su forma humana y me dió un un collar que llevaba la misma forma de aquéllas mujeres del espejo.

-No tienes que irte- su voz ahora parecía humana.

-¿Por qué?- la idea era escapar, no quedarme...

-Como dije, las respuestas llegan a su devido tiempo- agarró el collar y recogí mi cabello para que pudiera ponérmelo -te llevarán con el Jefe y tu misión es encontrar la llave del multiverso-.

-¿Por qué me llevarán con él?-.

-Tu padre trabaja con ellos, con "El lugar de lo oculto", un lugar donde controlan cualquier tipo de misterio que pase en la tierra. Pero son peligrosos, han estado haciendo cosas inimaginables-.

-¿Cómo cuáles?- lo interrumpo, tenía miedo de saber en qué estaba metido mi padre.

-Experimentos humanos. Uno de ellos fué con Margaret- mi madre -no sé mucho sobre ella, pero creo que eso te motivará a ir. Tienes que encotrarlo... Y también ayudarme-.

-¿Con qué?-.

-Con los seres que se están infiltrando en la tierra, tenemos que destruirlos y de la única forma de cerrar la entrada del multiverso, es con la Llave-.

-Y luego ¿cómo saldré del lugar?- si me capturaban o algo por el estilo ¿qué podría llegar a hacer?.

-Solo encuentra un espejo y yo te sacaré de allí-.

-Perdón... ¿Te puedo hacer otra pregunta?- hizo gesto de que continuara -la primera vez que oí tu voz... Cuándo me digiste "te encontré", sonaba- femenina iba a decir pero el me interrumpió.

-No soy el único que te obcerva Venus- su voz sonó un poco más grave y hasta escalofriante. Pero no pude decir nada, porque el ya estaba tomando su forma monstruosa para penetrar el bosque.

Entré a la casa y me recosté en la cama pensando en todo lo que estaba pasando. Esa noche no dormí nada, solo miraba el techo analizando todo lo que debía hacer. Tenía cierto miedo.

¿Por qué mi padre me llevaría a ese lugar?

¿Por qué no lo hizo antes?

¿Por qué experimentarían en mi mamá?

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Bueno, esto se está poniendo intenso (demasiado)

Les mando un beso grande a todos los terrícolas!!!!

El corazón de una galaxia (Parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora