La verdad [CAP 15]

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(Cualquier falta ortográfica, me avisan)

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Venus

Mi mente se derrumbó junto a toda mi vida, no tenía a nadie más que a él, ya no había nada, solo un vacío que sacó un poder consumido por odio capaz de destruir a todos los hombres que se encontraban a mi alrededor.

Jodidas sean sus vidas luego de haberse metido con lo único que me quedaba, jodidas sus almas

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Jodidas sean sus vidas luego de haberse metido con lo único que me quedaba, jodidas sus almas. No sentía nada más que odio, no solo por ellos, también por mí, por convertirme en este ser incapaz de controlarse cuando la ira consume mis funciones motoras que se vuelven capaces de destruir y matar. 

La justicia a veces debe ser empleada de la manera más mal vista por el hombre, la venganza. ¿No es de lo que se trata?. Si haces daño tienes que pagar las consecuencias, sufrir… tal vez no sentía nada por lo que estaba pasando en ese instante luego de que la bala se fundiera en el cráneo de mi padre, tan sólo estaba aturdido por una vida de sufrimiento que había estallado junto a la sangre que que hallaba como gotas sobre mi ropa.

Pude ver monstruos, y no hablo justamente solo de los humanos, sino de aquéllos seres que parecían ser sacados de una novela infernal. Lo que nunca dije, fué que yo también soy uno de ellos…

De eso me había percatado la noche anterior y ahora pude entender lo que me sucedía  mejor, los sonidos agudos destrozaban mi sentidos y provocan que un monstruo surja de mi interior. Aún no me había percatado de la escena que estaba presenciando, mi instinto se había activado y me decía debes asesinar, matar, destruir, sentir como sufres. 

Sujeté el arma homicida y la destruí sin mucho esfuerzo junto al brazo de quien había apretado el gatillo y destruído mi vida. No oía prácticamente nada, podría decirse que lo que lograba escuchar, era como si tuviese mis manos cubriendo mis oídos o estando bajo el agua oyendo algo proveniente de la superficie. 70% eso era lo que necesitaba para no atormentar mis oídos, los tapones podrían protegerme de un dolor infernal, pero no los gritos ahogados de personas corriendo por el laboratorio.

¿Esto había provocado yo? ¿De esto era capaz?.

Sí, de esto y mucho más, tan solo es una muestra de tu poder. El corazón te llama, tienes que proteger, mátalos antes de que lo hagan ellos -dijo una voz que sonaba a la de mi compañero salido de un espejo- encuentra a la llave, el jefe es el único que sabe dónde está. 

Mi brazo se tornó del mismo rojo que había tomado aquélla vez, un rojo intenso, que se interpusiera en la oscuridad y se camuflaba con la sangre que cubría mi cuerpo. Nunca antes había matado a alguien, o crees no haberlo hecho nunca, nunca sería capaz de destrozar una vida, aunque no lo pensaste luego de ver como destrozaban la tuya. No podía controlarme, no quería hacerlo… no los conocía y a la vez sí. 

La llave se encuentra en el laboratorio -su voz no sonaba amistosa, más bien, cargada de ira- ve Venus… sino será demasiado tarde. 

Corrí en dirección a las escaleras que llevaban al laboratorio que ahora estaba inundado de gritos y aunque pensaba que era por la sangre que danzaba a mi alrededor, me dí cuenta de que todo explotaría por los gritos de uno de los hombres que estaban allí.

Mierda, Venus… tienes que ser rápida. Investigaré cuanto tiempo queda -dice, mientras observaba su reflejo en los vidrios, pareciera que viviera en ellos… pero detrás había un hombre que reconocía como "jefe" , una bestia camuflada en un mundo surreal.  Su mirada se conectó con la mía, comenzando una batalla de la que no tendría piedad. 

Esa ira era completamente nueva para mí, nunca había odiado a un ser tanto como ésta vez, aunque sabía que él había planeado matar a mi padre, hasta considero la idea de que todos los que están aquí están manipulados de algún modo y él… no fué la excepción, el jefe estaba planeando esto. Su sonrisa y su mirada amenazante daban una respuesta, no entendí cuál era su cometido o qué era lo que quería. De igual modo, no me detuve más tiempo y decidí seguir con el recorrido. 

Ahí lo encontré, una voz me lo dijo, la llave estaba a punto de hacer volar en pedazos a cada persona que se encontraba aquí. El estallido abrazó mi cuerpo en llamas que me habrían devorado si no fuera por la bestia. 

De nuevo fuí salvada del calor infernal y agradecía estar viva, aunque aún seguía con varias preguntas que ahora se habían ido para siempre. No pude concretar el plan, todo había sido un fracaso y también, ya no tenía a nadie… ahora estaría para siempre sola. ¿Qué haré? Era la pregunta que me hacía una y otra vez, ¿tendría que irme de aquí y buscar algo? ¿Pero qué?. 

Cuando mis pies tocaron el suelo de un mundo que estaba a través de mi espejo sentí miedo, uno de esos que te quitan la voz y domina tu cuerpo. Uno que ya había sentido varias veces en poco tiempo… la presencia del ser que me había llevado hasta el jefe hizo que un grito de ira saliera como destrucción para mi entorno. 

-Ahora estoy sola, tendría que haberme ido sin mi padre- posó su mano en mi hombro pero yo seguí gritando, sentía que me transmitía cierta paz o seguridad para decir todas las mierdas que tenía guardada -y ahora tú no me vas a decir nada ¿no?, siempre fallo en todo, me arriesgo y no consigo nada- sus brazos envolvieron mi cintura y tan solo yo me entregué a su calidez. 

-Siempre tuviste las respuestas Venus, tan solo no sabes cómo entenderlas, pero si quieres… te ayudaré- se separó de mí y dió media vuelta -aunque hay algo que debes saber antes que nada- me observa por encima de su hombro y luego debía su vista nuevamente -no podrás quedarte quieta, ellos te observan y ahora que empiezas a ser tú, querrán destruirte… Venus- destruir, siempre me destruyeron de algún modo- eres la hija del Corazón y creo que ahora te quiere encontrar. Por mi parte, mi misión es ayudarte a la encuentres-. 

-Pero… mi madre murió cuando nací- digo de manera que parecía exigente, una necesidad por entender, obligaba a que me explicase cada una de las palabras que emanaban de sus labios extrañamente delgados y brillosos de un tono rosáceo. Sinceramente sus ojos no eran humanos, pero a parte de ello, parecía serlo… aunque su belleza era bastante notable para una bestia que hasta podría llegar a resultar infernalmente grotesca o extraña. 

-Venus- mi nombre sonó con un suspiro lento e indeciso -no eres lo que crees ser. Hay varias cosas que no podré decirte, y no porque no quiera, sino que no las sé… aún no entiendo qué es lo que quiere el Corazón o porque te trajo a este planeta, aunque tampoco me atrevería a cuestionar sus acciones-. 

-Entonces, mi madre no es la que yo creo que es- no fué una pregunta, sino una reafirmación de sus palabras. 

-No tienes padres Venus, nunca los tuviste, pero si tienes una creadora-. 

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Bueeeeeee La llaveeeeeeee jajajaaja

Bueeeeeee La llaveeeeeeee jajajaaja

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Les mando un abrazo grande a todos los terrícolas!!!!!!

El corazón de una galaxia (Parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora