Pude sentir como una luz me encegueció y un estruendo provocó que perdiera el equilibrio, oía como las personas gritaban desorbitados ante el miedo. En pocos segundos mi rostro sentía la brisa cálida del verano en Buenos Aires. Una mano me ayudó a ponerme en pié nuevamente y al obcervar bien, me percaté de que no estábamos en el mismo sitio de antes… seguía oyendo el sonido de las llantas de la maquina intentar detenerse, los gemidos y gruñidos de horror. ¿Acaso penetramos el espejo que divide las dos dimenciones?
—¿Dónde carajos estamos?— pregunté junto a un bostezo que habrá desfigurado gran parte de mis palabras.
—Hicimos lo que tú nos habías dada como idea, sin embargo, no contemplamos la idea de que podría llegar a haber un maldito espejo encima nuestro— gruñó el hombre que aún tenía el olor a empanada y tabaco.
No entendí como es que podía estar de pié, aunque mi cerebro pareciese estar apagado, mis piernas estaban rígidas manteniendome así —me siento raro— expliqué, de nuevo con una voz somnolienta —como si algún tipo de sustancia recorriera mi cuerpo y ya se hubiera encargado de desactivar los pocos cables que me quedan.
Y en ese instante, el ruido parecía cada vez más escaso.
—Estos son los efectos de adentrarse en un lugar al que no perteneces —decía suavemente Miracle, componiendo cada palabra lentamente como solía hacerlo desde que la conozco —el corazón nos salvó, de eso no tengo duda, me encantaría entender qué es lo que quiere que hagamos. Me angustia su forma tan filosófica de desarrollar sus objetivos en la tierra, no cabe duda de que tiene todo… perfecto para ejecutar el plan. No obstante, ¿cuál es? Me encantaría que viniera aunque sea unos instantes y de sus propios labios surgiera una explicación que me salve del agobio.
—Deben de saber que tuve la oportunidad de conocerla y créanme, les dejará con más dudas con palabras que con acciones. Les advierto que no es una persona de carácter sabio… pero sí, es muy inteligente y sagaz— no sé si las palabras de el pibe eran para traerme paz, o el doble de dudas —por sus caras, veo que se vienen las cataratas de preguntas.
—Mientras pasa más y más el tiempo me percato de que camino con las manos vacías— dije en voz alta y me ví obligado a explicar lo recién dicho— he trabajado para un hombre que se convirtió en mi padre… podríamos contemplar tales hechos como si yo fuese su prole, uno que utilizaba para mentiras. Ciertamente seguí las reglas que reclamaba el famoso Lugar de lo Oculto. Nunca me detuve a pensar cuanta realidad había en las palabras que se me fueron dichas, no me interpuse ante la idea de que me decían siempre la verdad. Y ahora, me doy cuenta, de que no sé nada y mientras más sé… menos sé.
No entiendo la filosofía de un ser con el suficiente poder como para controlar una sociedad oculta, quizás hasta subterránea. Espontánea durante las horas en que los fragmentos de vidrios rotos cortan mi carne y perpetran mi alma en este sitio. No entiendo por qué seguí las órdenes de un cínico sin ni saber lo que hacía, no tener un objetivo aparente… pero seguir órdenes para seguir con vida. Pretendo entender, y sin embargo, se me es difícil cuando presiento que aquél ser me intenta hablar y yo no intercepto sus mensajes. Y ustedes sí.—Eso es este lugar, la democracia de las dudas… el sitio dónde los que abren los pueden llegar. Cumplimos las órdenes de un ser que quiere luchar contra los invasores —explicó el chico rápidamente con su acento argentino-europeo— no entender es lo que hace al humano… uno como tal. Hay seres allá afuera, cada uno con un propósito distinto, y a la vez igual. La tierra es parte de un cosmos de guerra, un conjunto de bulevares que se salvan de los demás… la ley del más fuerte. Entendí que cuando una especie contiene un nivel de conciencia intelectual elevado, se convierte en algo maligno y he aquí cuando nacen los corazones. Que mantienen la paz en todo el multiverso. No obstante, hace poco nos percatarnos de que alguien o algo a secuestrado a nuestro ser, y por ende, debemos salvarlo. ¿Ahora entiendes? Aunque sea tan solo un poco.
—Me sorprende como siendo mucho más joven que yo, puedas saber
tanto y dejar a mi cabeza recalculando por un gran rato— concluí de forma dramática.Nos quedamos en silencio algunos instantes, mientras observaba el paisaje que me rodeaba, sentía que estaba en el limbo. No había sonido alguno, además de nuestras voces claro… y particularmente odiaba momentos como éste. Resultaba agobiante sentirme así. Titubeante ante la idea de perturbar los hechos con otra pregunta, sin embargo, era casi imposible no hacer alguna… ellos parecían tan tranquilos y yo estaba al borde del colapso mental.
—Tranquilo, aquí no nos pasará nada— dijo Miracle —o bueno, tu tiempo se acaba… tenemos que encontrarla lo antes posible.
—Gracias por tu motivación, ahora me siento mucho más tranquilo que antes.
El pibe agarró una radio que se encontraba en su mochila y se dispuso a hablar con alguien, por el poco sonido en el ambiente… me vi obligado a oírlo.
—Te copio Cuauhtémoc— dijo el pibe —Planeta de los mil ojos es bello, ¿no?— su voz sonaba sarcástica e interprete que el sitio era una porquería.
—No soportaría esta tranquilidad un día más— espetó con gran drama, pero a la vez, dejando salir de sus labios grandes carcajadas. Aunque luego, su voz se adecuó a un tono serio —De Manuel aún no hay noticias. Creo que no quiere verme todavía— y ahí volvió su tono burlón —Sé muy bien que está cansado de que me ría de él y de su poder de hablar con la mente— ¿cómo que leer mentes?
—Espero solo una cosa: concretar el plan…
—OK. Cualquier cosa…
—... Te lo comunicaré— terminó por él —tan solo, ejecuta lo que debas hacer.
Realmente había sido la conversación más extraña que había oído alguna vez en mi locura de vida…
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El corazón de una galaxia (Parte 1)
Science FictionVivo en un mundo donde no pertenezco... ¿quién soy realmente? ¿de dónde vengo? ¿Nunca te has sentido ajeno a tú alrededor? Solo sé, que hay unos seres que me persiguen, me observan desde la oscuridad, saben algo y tienen miedo que lo descubra. Pero...