(Cualquier falta ortográfica, me avisan)
El detective
Me subí a mi vehículo junto Rachel que parecía estar igual de desconsertada que yo. Las llamas salían de las ventanas y aún no llegaban los bomberos... El fuego estaba propagandose demasiado rápido.
Gritos inundaron mi alrededor y yo me quedé quieto adentro del auto presenciando el espectáculo, sin darme cuenta de que Rachel intentaba llamar mi atención.
—Hey, Alessandro— al pronunciar mi nombre sentí como una especie de electricidad recorriera mi cuerpo —ya se están encargando del fuego.
—No—dije de manera un tanto agresiva —ese no es mi nombre— ¿desde cuándo no lo era?, tuve que cambiarlo hace años por algo que me sucedió... Y nunca le había dicho que ese no era mi nombre real. Pero el fuego, me traía sensaciones extrañas, mejor dicho, reminicencias de aquella vez... Del evento catastrófico para mi madre y padre —perdón... Todo esto es demasiado caótico y pasaron demasiadas cosas en muy poco tiempo, no quise ser grosero.
Luego de eso, continuamos con el viaje en busca de lo que hace literalmente un día anhelaba no enctontrarme nunca más... El monstruo que había visto en la ruta. Mi sed por querer descubrir cosas es lo que me hizo querer ser detective. Pero como dicen, "la curiosidad mató al gato". Hay veces que no hay que escuadriñar cosas y eso no lo supe hasta que fué demasiado tarde.
Tenía que resolver esto, si esa cosa era la responsable de las muertes de Rose Morris, Sol Ibarrez y Micaela Martínez, significaba que esto dentro de poco se iba a convertir en algo peor, seguiría matando... Destruyendo vidas inocentes. Salvar era lo que me motivaba a seguir adelante y dirigirme al mismo sitio de antes.
Al llegar, no había nada como me lo esperaba, sin embargo salgo del auto y me pongo a investigar la sona. Y ahí me percaté del bosque, tenía que adentrarme a él...
—Esperame aquí— digo mientras saco una pequeña linterna que llevaba siempre conmigo en mi bolsillo.
—¿A dónde vas?— más que una pregunta, parecía estar ofendida y tenía ciertamente razón de estarlo
—me dices que te acompañe y ahora me dejas en el medio de la nada junto a la caída de la noche— se acercó a mí y se dispuso a bajar por el cendero cubierto de plantas —te acompaño.—Estás loca— dejé salir de mi boca una carcajada que fué contestada con el dedo del medio de Rachel.
No sabía con gran exactitud a dónde estaba llendo, pero ya estaba agarrando mi pistola por si llegaba a aperecer aquél monstruo. La oscuridad nos complicaba cada vez más nuestra caminata por el frondoso bosque y de igual manera no paramos, yo porque el misterio me estaba matando y Rachel porque de seguro no sabía como volver.
Un olor nauseabundo hizo que tapara mi nariz, parecía oler a muerte y ahí apareció... Una cabaña cubierta de ladrillos y ventanas rotas. Aquél aroma provenía de allí ¿sería el hogar de la bestia?
—Creo que llegamos— sujeté la mano de mi acompañante y nos acercamos al lugar. El camino estaba lleno de piedras y musgo así que era fácil tropezar o eso me decía como excusa de tener nuestras manos entrelazadas.
—¿A dónde nos dirigimos?— me dice saltándose de mi agarre y dejando cierto vacío en mi interior.
—Creo que encontré el detonante de las muertes... Tengo que matarlo—
lo dije hizo que exaltara en gran manera.—Estás loco, ahora sí no te acompaño — antes de que se dirigiera por el camino del que vinimos la bestia apareció frente a nosotros.
Un hombre de unos cuarenta años de edad con una escopeta en la mano y la capeza de un animal en la otra nos enfrentó de manera repentina. Nos tomó sorpresivamente su aparición, aunque hubo algo que hizo que no durara en sacar mi arma y apuntarle... Sus ojos, brillaban de manera que me hizo recordar a aquél ser que había visto.
—Baja el arma— me ordenó pero yo no obedecí.
—Dime algo, ¿tú las mataste?— Rachel intentó calmarme y de igual manera la adrenalina recorría mí cuerpo dándome la suficiente valentía para disparar.
A continuación el sujeto tomó su forma verdadera y ahora me sentía demasiado pequeño frente a su altura y garras.
Tan solo me había convertido en un idiota que se había olvidado por completo cual era mi misión a seguir… el plan se convirtió en un escape cuando ella me agarró del brazo y me llevó por el bosque. Tropezamos con el barro pero me levanté y apunté hacia la bestia que de nuevo estaba frente nuestro, ésta vez disparé dos veces hacia su cabeza, estallando una bala en el ojo que se encontraba en su cien.
Cayó al suelo gruñendo y sujetando la herida, tomó su forma humana y gritos desgarradores llenaron el bosque. Era mi momento, le dí un golpe seco en la cabeza, desvaneció en mis pies y examiné que no estuviera muerto… pues, tenía varias preguntas por hacerle.
A pesar de la duda de Rachel, me ayudó a poner el cadáver en el vehículo.
—No quiero ir a la cárcel— dijo pateando una piedra con fuerza.
—No vas a ir a la cárcel, ya te lo dije diez veces— dí un largo suspiro y acomodé mis mechones rojizos como te pudiste dar cuenta, no es humano.
—La cosa que vimos no, pero la que está en tu auto sí lo es— se acercó a mí y sacó el cigarro de mi boca —¿y por qué estamos aquí en vez de actuar?
—Porque yo también no quiero ir a la cárcel— mi respuesta hizo que empezara a reírse, todo esto nos estaba convirtiendo en completos imbéciles.
Me subí al auto y continuamos con el viaje en silencio, teníamos que llegar a algún lugar donde pudiéramos tener la certeza de que no tuviera posibilidad alguna de escapar. En el medio del bosque a unos metros de un pueblo, encontramos una casa pequeña... Y por como se hallaba, nos habíamos percatado de que estaba abandonada.
No quise indagar en su mente en su propia casa, iba a ser mejor si no entendía donde estaba. Ante el peligro, somos capaces de seder a caulquier cosa y eso era lo que necesitaba, que nos diera la verdad.
Qué era y de dónde provenía.
-----------------------------------------------------------
Uhhh, esto se está poniendo intenso... Bueno, aquí TODO es intenso jajaja
Les mando un beso grande a todos los terrícolas!!!!
ESTÁS LEYENDO
El corazón de una galaxia (Parte 1)
Science FictionVivo en un mundo donde no pertenezco... ¿quién soy realmente? ¿de dónde vengo? ¿Nunca te has sentido ajeno a tú alrededor? Solo sé, que hay unos seres que me persiguen, me observan desde la oscuridad, saben algo y tienen miedo que lo descubra. Pero...