Capítulo 20

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Después de unos minutos de andar en auto, la casa de Ale se divisó y al parecer tendríamos la casa para nosotros solos, estaban todas las luces apagadas y ningún auto estaba estacionado afuera.
-Creo que mi madre otra vez salió, ya se le está haciendo costumbre eso de largarse a tomar cada viernes.
-No te cabrees, a caso ¿no nos conviene?
-Sí, pero me molesta que no actúe conforme a su edad, lo normal sería que yo hiciera eso, pero no es así...
-No, en lugar de irte a tomar prefieres quedarte conmigo haciendo cosas más interesantes- le dije con una sonrisa traviesa, me dio un codazo en las costillas mientras ambos nos reíamos.
Me estacioné en la entrada, bajamos del coche y mientras caminamos hacia la puerta de la casa Ale iba buscando algo en su bolso, o más bien, revolvía las cosas de su bolso. Siguió haciéndolo hasta llegar a la puerta; me volteó a ver asustada.
-¿Qué?
-No encuentro las llaves.
-¿Cómo que no las encuentras? Por ahí deben estar.
-Pues no las encuentro.
-A ver dame eso - tomé su bolso y me senté en el piso.
Al abrirlo, me encontré con todo un mundo dentro.
-¿Cómo es posible que metas tantas cosas aquí?
-Es solo lo necesario.
La miré incrédulo y sólo me sonrió .
-¿Hay algo que se pueda romper si se cae?
-Creo que no ¿por?
Dejé caer todo el "universo bolso" al piso.
-¡Pero qué te ocurre!
-Pues es que así es mas fácil buscar.
-Qué bruto eres...- se cruzó de brazos.
-¿Quieres tus llaves?
-Sí.
-Entonces no te quejes.
-Bueno.
Le lancé un beso al mismo tiempo que le guiñaba el ojo.
-Vamos a ver que tanto traes aquí...cartera...espejo...ligas...esmalte de uñas ¿de verdad?... monedas y nada de llaves- suspiré-¿qué hacemos?
-No se, todo debe estar cerrado.
-¿Y no podemos usar la llave que guardas bajo el tapete?
-No.
-¿Por qué?
-Sabes que eso solo pasa en las películas ¿no? Además ni siquiera tenemos un tapete en la entrada.
Bajé la vista y para mi sorpresa no había nada, juraría que alguna vez hubo un tapete ahí.
-Pues deberías tener uno.
-Ya olvídalo y ayúdame a ver si está abierta alguna ventana .
-Vale.
-Pero antes recoge mis cosas.
-Ahí se ven bien.
Me miró molesta.
-Está bien, ya voy.
Levanté todo y lo metí como pude al bolso, todo quedó desbordándose, pero ya no estaba en el piso.
-No se cómo puedes guardar todo en esta cosa tan mísera.
-Ya supéralo y ven.
Me puse de pie y fui tras ella.
Comenzamos a rodear la casa intentando abrir cada ventana que hay, su casa no es una mansión pero tampoco es nada pequeña; no hubo éxito.
Ale suspiró desganada.
-¿Y ahora?
-No se.

Y yo que no quería volver a pedir este favor... Saqué mi celular dudosa.
-¿Pensaste en algo?
-Llamaré a alguien.
Busqué el número de Javier en celular y le llamé; es el primo que siempre te ayuda y lo quiero aunque últimamente no hemos estado en contacto, sonó solo un par de veces y contestó.
-¡Hola gatito!
-¿Ale? ¡Gatita! Qué raro que me llames ¿pasa algo?
-¿Tan obvia soy? - Reí un poco.
-Pues hace tiempo que no escuchaba tu voz.
-Perdón- tenía razón en eso.
Javi debe haberse imaginado mi cara y se rió al teléfono.
-Bueno ya, no estoy enojado ni nada. Dime qué pasa.
-Ehhh bueno ¿Estas ocupado?
-Pues no mucho ¿por?
-¿Recuerdas aquella vez que tuviste que venir con las herramientas de tu papá a ayudarme a entrar a la casa porque mi mamá estaba de viaje?
-Sí... no me digas que te volviste a olvidar las llaves.
-Me conoces bien.
-Ale...
-No lo hago a propósito, de verdad que pensé que si las traía.
Se quedó meditando un poco.
-Ah- respiró profundo- bueno, voy para allá.

¿Con quién está hablando? ¿Cómo que gatito? De esta no se salva.
Se quedó un rato al teléfono y después de dar un grito de alegría de los que acostumbra, colgó.
-Listo, ya viene la ayuda- dijo con una cara de orgullo increíble.
-¿Ahora los gatos hablan?
-¿Qué?
-¿Con quién hablabas?- no se como es que no se da cuenta de lo celoso que me pone.
-Ah...¿Es por lo de "gatito"?
-Tú qué crees-la miré obvio.
-Es Javier, mi primo, te lo presenté una vez ¿recuerdas?
Ahora que lo pienso creo que si lo conozco.
-Qué celoso eres.
-Si ya lo sabes no se para que me provocas- con un brazo le rodeé la cintura y la atraje hacia mí mientras que con la otra le agarré la cara y la besé agresivo; cómo puedo quererla tanto.
Al separarnos suspiré al darme cuenta de lo tonto que fui. Ale me abrazó.
-No tienes por qué ponerte así.
-Es tu culpa- le revolví un poco el cabello y la solté - bueno y cuánto tiempo piensa tardarse.
-Ay tranquilo, su trabajo no está muy lejos y supongo que ha de traer herramientas en su auto.
-Bueno.
-Esperemos en la entrada ¿vale?
Asentí con la cabeza y una vez ahí nos sentamos en el pórtico a esperar.
-Mientras, dame mi bolso, no se cómo pudiste dejarlo así.
-Y yo no se cómo puedes traerlo así.
-¿Es ladrón o algo?
-¡Qué!
-¿O tiene llaves de tu casa o qué? ¿Cómo es que piensa ayudarnos?
-En serio tienes que buscarle lo malo a todo ¿verdad?
-No le busco lo malo, solo quiero saber.
-Bueno, te lo voy a tener que explicar;
Recuerdas que hace un tiempo mi madre se fue de viaje ¿no?
Asentí.
-Bien, pues uno de los días que estaba fuera, salí con unas amigas y se me cayeron las llaves en alguna parte, me dí cuenta hasta que llegué, incluso me regresé una buena parte del camino buscándolas pero no las encontré y ya se estaba haciendo tarde así que pensé que lo mejor era regresar, la casa de Javi queda de camino y cuando pasé por ahí, me vio y salió a saludarme, siempre ha sabido leerme muy bien y se dio cuenta de que algo me pasaba, a últimas le conté y terminó agarrando las herramientas de su papá y viniendo a ayudarme a abrir.
-¿Y de verdad piensas que te voy a creer que así como así vino y abrió la puerta? No creo que sea algo sencillo.
-Bueno es que...
-¿Qué?
Ale se rio algo nerviosa.
-¿Qué cosa?
-Es que cuando era mas chico era muy rebelde y mi tío es muy conservador así que cuando se hartó de que Javi llegara tarde en la madrugada, cambió la cerradura de la casa y lo dejó afuera varias veces, pero él no es fácil de derrotar, así que después aprendió a abrir cerraduras -volvió a reír - se que no es bueno, pero a veces funciona.
No pude evitar poner una cara de confusión e irritación.
-No quiero ni preguntar cómo aprendió. -Supongo que era algo normal ente sus amigos pandilleros jaja.
-Ya para.
O sea que este cabrón podría meterse como si nada a la casa de cualquiera, Ahh! Me hierve la sangre de pensar que puede meterse en casa de Ale, bueno es su primo, no debería preocuparme ¡pero es que no me da buena espina!
-¡Ah! Llegó.
Mierda... No se si me pueda comportar, bueno da igual; el muy imbécil se bajó de su auto agitando la mano y con una sonrisa de retrasado en la cara mientras se acercaba a nosotros.
-¡Javi! Gracias por venir, eres nuestra salvación.
Cuando me di cuenta Ale ya había corrido hasta él a abrazarle, y esa fue la gota que derramó el vaso.

Hacia bastante tiempo que no veía a Javi y no pude evitar abrazarlo, él sólo se rió y me respondió el abrazo.
-Hola hermosa ¿me tardé mucho?
-No, la verdad no.
Nos separamos y en ese instante sentí una presencia a mis espaldas que daba miedo.
-Ahh... ¿es tu amigo?- preguntó medio extrañado.
-¿Eh? Ahh sí, es...
Sentí que Carlos me rodeaba con su brazo y sin disimular ni un poquito, hizo que me alejara más de Javi.
-Soy Carlos, su novio.
Eso último lo dijo con una cara y un tono que desbordaban superioridad.
Espera ¡¿qué?! ¿Novio? Volteé a verlo con sorpresa y pronto sentí que mi cara se enrojecía.
Al voltear a ver a Javi, me asusté un poco, ambos se veían fijamente y si las miradas mataran, ya estaría llorando en el funeral de los dos.
¡¿Qué les ocurre a estos tipos?!

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Yay!!!! Después de mucho, terminé otro capítulo, no me maten (/ω\)
También estoy trabajando en un extra, así que si es que alguien sigue leyendo esta historia, espérelo pronto! Bye :3
Se aceptan comentarios y sugerencias ^^

Cómo resistirmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora