Capítulo 9

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Nuestros labios se separaron.

Teníamos la respiración agitada y jadeábamos cuales perros. Me miró a los ojos y sonrió ampliamente.

-Espera un poco, iré por algo para lo que sigue- dijo Carlos mientras se dirigía hacia su ropero.

Llegó hasta él, abrió la gran puerta de madera que era casi del tamaño de la pared,  después  se arrodilló y abrió el cajón de hasta abajo; revolvió un poco las cosas hasta que sacó una pequeña caja, cerró el cajón, se levantó y vino hacia mi con la caja entre sus manos.

-Hace poco, compré esto por si en algún momento se diera la ocasión de estar contigo, no lo usaría con nadie más porque sólo te quiero a ti- me dijo seriamente- así que... con qué empezamos- preguntó al quitar la tapa de la caja.

En su interior había un paquete de condones, una botella de lubricante, un par de esposas, un lazo de seda negro y algunos vibradores de formas y tamaños diferentes.

Abrí los ojos como platos al ver tal cosa.

-¿Y bien?

Me ruboricé al imaginarnos usando todo eso.

-¿Ale? Si no me dices, decidiré yo.

Sonreí como tonta.

-Por mí está bien.

-Ok, si así lo quieres... - me contestó con un tono amenazador y sexy.

Rápidamente tomo las esposas y se avalanzó sobre mí; levantó mis brazos y me esposó a uno de los barrotes de la cabecera de la cama.

-¡Ey!- me quejé.

-Shhh- me sonrió.

Sacó el lubricante,  lo destapó y virtió un generoso chorro sobre mi vagina para después esparcirlo con su mano, dejando la mayor cantidad en mi entrada.

Grité al sentir el frío líquido.

-Tranquila, se que ya estas bastante mojada, pero es mejor que sobre a que falte ¿no?

-Si, eso... creo.

-Ahora, escoge con cuál  quieres empezar, no quisiera lastimarte- me preguntó alzando un vibrador pequeño color rosa que parecía esfera y otro azul con forma de palo alargado algo delgado en la mano derecha, mientras que en la izquierda tenia dos con forma de pene uno de color rojo y otro azul oscuro, cada uno de un grosor más alto.

Me mordí el labio mientras los veía.

-¿Por qué no vamos de lo más pequeño a lo más grande? A decir verdad, no se hasta dónde puedo aguantar.

-Me parece buena idea - respondió.

Devolvió a la caja los vibradores y sólo se quedó con el azul y delgado.

-¿Qué hay con el de color rosa?- le pregunté porque pensé que empezaría con ése.

-¿Tan pronto lo quieres usar?

-¿Eh? ¿ cómo que pronto? ¿que no es ese el más pequeño?

-Mmm si, lo es, pero ese es para otra parte.

¿Otra parte? No entendí a qué se refería.

Incliné mi cabeza hacia la izquierda y lo miré dudosa.

-No se te ocurre para dónde es ¿cierto?

-Ño- respondí haciendo puchero.

Carlos rió y me besó con ternura.

-Linda- sonrió y besó mi mejilla- quiero hacerte mía y quitarte toda tu virginidad- su cara bajó a mis senos y mordió mi pezón.

-Ésta - siguió bajando,  abrazó mis muslos uno con cada brazo y me levantó, pasó su lengua entre los labios de mi vagina, desde mi agujero hasta el clítoris, arqueé mi espalda al sentirlo.

-Ésta - qué estaba haciendo, siguió su camino, llegó a mi ano y pasó la punta de su lengua levemente sobre él.

-E incluyendo ésta...

Cómo resistirmeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora