La Pincelada Perfecta [SeongSang][COMPLETA]

8. Su obra.

Una simple ducha no puede borrar nada, mucho menos aquellas cosas que no están precisamente visibles sobre la piel. ¿Cómo se borra una caricia y un beso? ¿Cómo se borra el deseo y el pecado volcado por alguien más? Seonghwa se fue del taller ese día dejando a Yeosang hundido en sus pensamientos y frustración, subió al taxi en dónde HongJoong le esperaba y le besó en los labios con un fervor que no le pertenecía, dejando a su novio un poco tonto en el proceso.

El descuido de sus acciones secretas estaban ensuciando una piel que nunca tuvo malas intenciones, porque los labios de Seonghwa estaban sucios al igual que sus manos y pensamientos. Estaba comenzando a manchar la confianza que su novio había depositado en él, sin embargo, él no era capaz de ver eso porque se sentía bien y a pesar de las cosas que había hecho, no vacilaba en sus sentimientos con respecto a su novio y en cambio, tomaba todo lo nuevo como un impulso para mejorar la relación que tanto tiempo habían acunado.

Por otro lado, Yeosang terminaba de organizar su taller antes de salir, se había demorado más de lo que había contemplado porque no dejaba de pensar en Seonghwa y lo desastroso que estaba resultando todo. Encontró los bocetos que había dibujado hace una semana atrás pero ya no significaban nada para él, de hecho no sabía cómo darle color o formas sensuales y las despreciaba porque eran hermosas, sin embargo, estaban sucias y olvidables, así que solo las dejó caer con cuaderno y todo al cesto. Tomó su celular y llamó al modelo con el que frecuentaba, este demoró un tiempo en responder, pero lo hizo, y extrañamente su voz le sacó una sonrisa. Fueron entonces a un restaurante y comieron juntos, solo para después terminar en el departamento de Kang.

Sabían a lo que iban, las caricias y los besos descarados en el ascensor solo anticiparon el resto de la noche y posiblemente la mañana. Yeosang abrió la puerta permitiéndole entrar como cada vez y el tipo se dirigía ya sin escolta hacia la habitación, mientras Kang se aseguraba de ordenar otras cosas hasta alcanzarlo, solo para encontrarlo acostado en una lado de la cama, siempre semidesnudo. Yeosang no se ponía exquisito cuando estaba con el hombre, ya que su mente era la que recreaba las escenas más sexuales al traer a Seonghwa, sin embargo, esta vez no vio a Seonghwa en esa cama, sino al modelo. Este se puso boca abajo y con paciencia y delicadeza abrazó la almohada bajo su rostro, esperando sentir los labios de Kang sobre su espalda.

—A veces pienso que todo el estrés del día vale la pena al llegar la noche...

—Lo sé y espero que lo digas por mi compañía—dijo Yeosang mientras le besaba los hombros, el modelo giró y se le quedó viendo sin una expresión concreta.

—Eso es obvio... ¿te sientes bien?

—No tengo ganas de hablar de eso—le acarició el rostro.

—Cuando tengas ganas puedes contarme.

—Ahora solo tengo ganas de pasar la noche contigo.

Era cierto, no estaba mintiendo, deseaba pasar la noche con él, porque quería olvidarse de todo lo que Park le hacía sentir y no se sentía mal por usar a otro como agua para intentar quitarse de la piel la esencia porque no sabía qué otra cosa hacer, estaba comenzando a volverse un poco loco porque, ya no quería fantasear con un tipo que nunca iba a ser suyo por completo, se había dado cuenta que ya no solo anhelaba su cuerpo.

Besó entonces los labios de su modelo y fue la primera vez que pudo percatarse de lo realmente suaves que eran esos labios, pudo notar el olor de su piel y su cabello. Se permitió ver a su modelo como algo más que su modelo, se permitió verlo como el hombre que a fin de cuentas estaba satisfaciendo su calor infernal. Esa noche tuvo sexo con él, y solo con él, eran sus hombros los que acariciaba y era su estrecha cintura la que sostenía mientras le veía danzar sobre él y se sentía bien y era agradable y al terminar se abrazó a ese cuerpo y lo grabó en el suyo buscando encontrar en esa piel algo mejor que en la de Seonghwa.