Mew Suppasit de 31 años es un hombre frío y calculador. Es dueño de unas de las cadenas de centros comerciales más grande de Tailandia, ha pasado los últimos 6 años en soledad y problemas emocionales.
Traicionado por su ex prometida, se culpa por...
A la mañana siguiente, Mew se despierta y es cegado por los rayos del sol que entran por la ventana y el cálido cuerpo lo envuelve.
Sus ojos viajan al hombre que todavía duerme profundamente aferrado a él.
Él sonríe, Gulf nunca se apartado de su lado anoche, abrazándolo mientras lloraba con todo su corazón.
Plantó un suave beso en la frente de Gulf antes de separarse suavemente de él para salir.
Mew ve a la abuela de Gulf en la cocina preparándose para el desayuno.
—Buenos días abuela, ¿Puedo ayudar en algo?
La abuela de Gulf sonríe. —No es necesario, todavía es temprano. ¿Gulf todavía está durmiendo?
Mew asintió. —Abuela… gracias. Si no fuera por ti no hubiera podido ver a mi hermana por última vez.
—No hay necesidad de agradecerme. Puedo ver cómo ustedes dos se aman y estoy feliz de devolver la amabilidad y el amor que ambos le han dado a mi nieto.
—Abuela, por favor, no pienses de esa manera. No hay nada que pagar. Amamos a Gulf porque merece ser amado.
La abuela de Gulf se ríe. —Está bien, está bien. No quise decirlo de esa manera. He visto cómo lo amas y lo aprecias, pero permíteme decirte gracias. Nunca había visto a Gulf tan pacífico y feliz como ahora. Solía ser un niño feliz hasta ese incidente y se volvió callado y asustado. Creció solo y cansado de la gente. —suspira la anciana.
—Estoy muy contenta de verlo feliz. —junta las manos de Mew. —Gracias. Por favor, cuida bien de mi nieto.
—Abuela…. —Mew se había encariñado tanto con la anciana.
Ella le recuerda a su propia abuela cuando aún vivía. Y realmente trató de estar cerca de la anciana y que ella lo conociera.
La abuela de Gulf soltó otra carcajada.
Te lo daré antes de que puedas preguntar.
Mew sonríe antes de abrazar a la anciana. —Gracias, abuela.
—Ya no me preocuparé por él cuando esté en la ciudad.
—Abuela, ¿por qué no vienes con nosotros? Tengo una casa que está fuera de la ciudad, puedes quedarte allí con nosotros.
—Soy demasiado vieja para mudarme y crecí aquí. Aquí es donde está mi vida, pero sería feliz si ambos pudieran visitarme a menudo.
Mew asintió, se asegurará de que puedan visitarlo con la mayor frecuencia posible.
—Phi… un Gulf adormecido aparece en la cocina.
—Buenos días abuela. —saluda y abraza a su abuela antes de darse la vuelta e ir a los brazos de Mew.
—Podrías dormir un poco más.
El más joven simplemente niega con la cabeza y se acurruca más cerca, apoyando la cabeza en el hombro de Mew.
—Ustedes dos pueden volver a la cama. —se rió la anciana.
Gulf es un chico dulce, pero nunca supo que su nieto pudiera estar tan apegado y puede ver cómo Mew es de la misma manera.
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