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—Me he enterado de lo que decís de mi — cruzó los brazos enfadada mirando a los hermanos Haitanis que se habían vuelto a colar en su habitación.

—No es nuestra culpa — Senju alza una ceja —nos gusta mucho molestarte — rieron los dos.

—Ja ja ja, que gracioso — bufa.

—¿Y quién te lo dijo? — pregunto con curiosidad Ran.

—Mikey — los hermanos se volvieron a cruzar miradas.

—¿No te hizo nada? — sonaba un poco preocupado.

—No — los dos suspiraron —¿ tan malo puede ser? — ladea la cabeza —ni Sanzu, ni Takeomi me dijieron que tuviese cuidado — saco un helado del mini congelador.

—Es el jefe de Bonten, hasta nosotros a veces le tenemos miedo — contestó Rindou también sacando dos helados para él y su hermano.

—Mmmm puede que la primera vez si me amenazó con una pistola — dijo como si nada ya que estaba más centrada en su helado.

—Almenos no te mato — la albina asintió de acuerdo.

De repente se abrió la puerta de un portazo, dejando ver a un peli-rosa con mucha sangre, se molesto al ver a par de hermanos en la habitación. Senju fue corriendo hacia el recién llegado muy preocupada por la sangre que tenía encima.

—¡¿Estas bien, te duele algo?! — mirando por todos lados si tenía heridas pero solo tenía unos cuantos rasguños — estas lleno de sangre.

—Tranquila, la sangre no es mía — sonríe causando más nervios a la menor.

—Pero estas herido, entra y siéntate, te voy a curar — le guió hasta el sofa aunque puede ir solo — vosotros traerme un kit de primeros auxilios — les miro y Ran se levanto de mala gana y se fue de la habitación — bien tu siéntate, te quitaré la sangre — fue al baño a cojer cosas y luego salió, vio como Rindou también se había manchado de sangre.

Comenzó a quitar la sangre que tenía en la cara, teniendo cuidado con las heridas que tenía. Justo entró Ran con el kit, se acerco y lo dejó al lado de Senju. Al terminar de quitarle la sangre, limpio la toaya y se lo dio a Rindou para que se limpiarse también, después cojio el kit y comenzó a tratar las heridas de su hermano. Se quejaba alguna vez pero no le quito y eso es muy extraño bajo la mirada de los Haitanis. Sanzu nunca se dejaba curar, siempre se curaba él mismo. Ellos piensan porque son novios pero ellos negaron que lo eran.

—¿Enserio no son novios? — Rindou dejó la toalla y se ganó la mirada de ellos dos.

—Que no, porque no dejan de insistir — dejó de mirarles y siguió con su hermano.

—Sanzu no actúa así nunca — apunta Haitani mayor — se está dejando curar.

—Callaros ya — les miró mal — y dejen de entrar a su habitación.

Secret ~~ --- TOKYO REVENGERS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora