El bosque

7 2 4
                                    

En medio del bosque del pueblo había una cabaña abandonada a la que nadie se acercaba. Nadie, excepto los jóvenes que se aventuraban en noches como aquella en busca de emociones fuertes.

-No sé si es buena idea entrar -comentó Alicia retrocediendo.

-¿Es que tienes miedo? -se burló Hugo.

-¡No! -contestó impulsivamente. Quería a su novio, pero aquellos gustos por lo macabro la ponían de los nervios. Además, si le notaba el miedo, haría lo posible por asustarla más.

-Entonces entremos -abrió la puerta, la cual chirrió de forma desagradable.

El interior de la cabaña estaba destrozado a causa del paso del tiempo y del vandalismo, pero aún se podía apreciar las marcas de la masacre que se llevó las vidas de sus habitantes décadas atrás.

-Los del pueblo comentan que, a las 12 en punto, puedes escuchar las voces de los niños pidiendo ayuda -Hugo recorrió la estancia lentamente.

-¿Crees que es cierto? -preguntó Alicia, quien se había quedado cerca de la puerta.

-Pues claro que sí -la miró divertido-. Son cerca de las 11:45, no falta mucho. Mientras esperamos, podemos hacer tiempo.

-¿Aquí? -Alicia observó nerviosa la estancia-. No sé yo, podríamos coger una infección.

Hugo se rio mientras se acercaba a ella. Cuando estuvo a su lado, le acarició la mejilla.

-Así que temes más pillar una infección que encontrarte con los fantasmas de unos niños muertos.

-Sí... -Alicia desvió la mirada. Era obvio: una cosa existía y la otra no.

En ese momento, empezaron a oír un sonido que provenía de la puerta: el pomo se comenzó a mover frenéticamente. Alicia, asustada, pegó un grito y se alejó de la puerta; Hugo se quedó paralizado unos segundos antes de reaccionar. Podía ser alguien intentando entrar. Posó la mano sobre el pomo para abrir cuando volvió a oír a su novia gritar.

-Tranquilízate, será alguien intentando entrar -se giró y pudo observar cómo Alicia parecía intentar evitar ser arrastrada.

La última velaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora