Experiencias

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Cuando lograron abrir la puerta, Alicia cayó de bruces contra el suelo. Hugo corrió hacia ella para ayudarla a levantarse.

-¿Estáis todos bien? -Carlos fue el primero en entrar-. ¿Dónde están los niños?

Hugo y Alicia se miraron confundidos.

-¿Qué niños? -preguntó él-. Sólo estamos nosotros.

-Hemos oído a unos niños pidiendo ayuda -comentó Marta, turbada.

Esta vez se miraron todos, incómodos. Alicia todavía podía notar aquellas manos que la habían intentado arrastrar hacia una de las habitaciones; fue la primera en salir corriendo de aquel lugar maldito.

Los que se quedaron fuera se sobresaltaron al ver a la chica salir despavorida; no llegó muy lejos, ya que se chocó con alguien que se había acercado al oír los gritos.

-¿Qué ocurre? -Óscar cogió a Alicia por los hombros.

-No iremos a quedarnos aquí, ¿verdad? -preguntó Lucas, asustado.

-No -contestó Diego, cortante-. Esto no es nada; el lugar al que vamos es peor. Si alguien quiere irse a casa, que lo haga ahora, porque lo que hemos oído aquí es tan sólo el principio.

Sandra, Lucas y Alicia se miraron; estaban asustados, se podía notar en sus ojos.

-Venga ya, no iréis a rajaros ahora -se burló Celia-. Diego sólo intenta asustarnos para darle un poco de ambiente a la noche.

-Lo que ha ocurrido allí dentro ha sido real -dijo Alicia, quien estaba temblando.

-No dejaré que te ocurra nada -Hugo la cogió de la mano.

Al cabo de un rato, nadie se echó para atrás, y siguieron el camino.

Al pasar por el parque se encontraron con Miguel, quien se había sentado en un banco.

-¡Eh! -lo llamó Carlos-. ¿Qué haces ahí tan solo a estas horas? ¿Esperar a un amante?

Miguel no soportaba a aquel tipo, y no entendía cómo podía ser amigo de Óscar. Se levantó para contestarle, pero entonces se percató de la presencia de los demás.

-Qué estúpido eres -espetó Olivia-. ¿Te vienes? Vamos a la aventura, y esta noche más vale estar acompañado. -Aquello le recordó a Laura. ¿Dónde se habría metido?

-Claro, ¿por qué no? -Miguel se acercó a ellos y miró a Óscar de reojo; éste le dedicó una fugaz sonrisa-. Es mejor plan que ir a casa y ponerme una película.

La última velaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora