-No me esperaba ese final -Sandra se limpió una lágrima con un pañuelo mientras le pasaba otro a Miguel-. Las historias donde hay niños son las peores.
-Se supone que iba a dar miedo -se quejó Hugo.
-No hay nada más aterrador que la desesperación -contestó Celia.
-¿Cuántas historias quedan? -preguntó Carlos, un poco aburrido.
-Dos -habló Diego-. Alicia, te toca.
-Bien... -se quedó pensativa-. La mía, más que de terror, es de misterio. ¿Sabéis cuando ha habido un crimen y lo suelen cerrar como suicidio sin ir más allá que las pistas visibles a primera vista? ¿Qué pasaría si se fijaran bien en aquello que pasa desapercibido?
El detective entró en la casa donde había ocurrido el crimen. El cadáver estaba colgado en medio del salón. La cuerda, atada en la lámpara. Sin embargo, bajo los pies del hombre, no había ningún apoyo que pudiese haber utilizado para ahorcarse.
El cuerpo llevaba aproximadamente dos horas muerto. Todas las puertas y ventanas estaban cerradas por dentro, por lo que no había nadie más con él en esa casa cuando supuestamente se ahorcó.
Pero el que no hubiese un punto de apoyo cerca de los pues del cadáver hacía que dudase de que se hubiese ahorcado él solo. En el suelo no había agua, por lo que el truco del bloque de hielo no había sido utilizado. Podría haber saltado de uno de los sofás, pero el centro del salón estaba completamente vacío, y el techo era bastante alto.
El detective fue en busca de alguna escalera de mano, no había ninguna. ¿Cómo llegó a atar la cuerda desde un lugar tan alto, y cómo pudo estar el cadáver a tal altura? Si se hubiese suicidado, los pies no se alzarían a más de un metro. Sin embargo, estaban a tres metros del suelo.
Parecía algo imposible, tanto si lo hubiese hecho él solo como si lo hubiese planeado otra persona.
El detective inspeccionó el piso de arriba. En la habitación estaba el teléfono móvil de la víctima. Mensajes de ira de parte de su mujer quien, según las investigaciones, tenía un amante. Posibles sospechosos.
Algo en una de las ventanas del salón llamó la atención del detective: un hueco y restos de cuerda. Una prueba de que no fue un suicidio.
La víctima se encontraba inconsciente cuando el asesino le ató la cuerda al cuello. Pudo haber un forcejeo, o una pelea. Entonces, ayudado de una escalera que a posteriori hizo desaparecer, pasó la cuerda por la lámpara y la ató de forma que pudiese estirar hasta que el nudo se cerrara y, a su vez, ahorcara al hombre. Tras cerrar puertas y ventanas desde el interior, pasó la cuerda por el hueco de la ventana y empezó a estirar desde el exterior hasta ahorcar a la víctima. A su vez, la cuerda, al rozar con la ventana, se iba deshilachando. Tras conseguir el ahorcamiento, cortó la cuerda y se deshizo de la escalera y del resto de cuerda, sin contar con los restos que habían quedado en la ventana.
¿Quién tendría las llaves para cerrarlo todo y quién la fuerza para estirar de un cadáver? La mujer de la víctima y el amante de ésta eran los culpables.
La undécima vela ha sido apagada.
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La última vela
HorrorEra la noche de Halloween y Diego, quien llevaba un buen rato en la supuesta gran fiesta del año, se empezaba a aburrir. Aquella noche estaba para pasar miedo, y él tenía mejores planes que beber y quedarse sordo con la música. En el transcurso de l...