-¿Quién se anima a empezar? -Diego observó a los presentes.
-¿No deberías ser tú el primero? -preguntó Miguel.
-Me reservo para el final -dijo simplemente.
-Bien, pues yo misma -Laura se acomodó en el suelo-. ¿De qué podría hablar...? ¡Ya lo sé! Ya que hoy es Halloween, hablaré sobre sus orígenes, pero en forma de relato...
Como cada año, el pueblo celta apagaba los fuegos del hogar para evitar que los espíritus malignos entraran en las casas. A su vez, los druidas, al pie de las colinas, preparaban las fogatas para la última noche del año y que, al día siguiente, protegerían los hogares de los pueblerinos.
En el pueblo, las familias preparaban la mesa para cenar, poniendo un plato de más para el funesto invitado de aquella noche mágica. Por las calles, los más valientes iban ocultos en túnicas y llevaban máscaras terroríficas para espantar a los malos espíritus.
En lo más profundo del bosque, un grupo de marginales tenían otros planes para esa noche que ya ocultaba el pueblo sin luz. Animales como gatos negros y búhos se reunían alrededor de ellos, poseídos por espíritus malignos, y les susurraban cosas. ¿Qué pasaría si el fuego protector de las colinas se apagara? Esa noche lo averiguarían.
Aquellas personas, apartadas del pueblo por su dudosa reputación, se reunieron alrededor de la gran fogata, donde sólo se encontraba un druida, ya que los demás estaban todavía cenando en sus casas. No fue complicado acabar con él. A continuación, apagaron la fogata con agua que traían en unos cubos hasta que la colina quedó a oscuras, al igual que el pueblo entero. ¿Cómo se guiarían ahora los espíritus que vagaban guiados por esa única luz?
Samhain, el Dios de la Muerte, se enfadó tanto por el hecho de que los humanos deshicieran el ritual, que hizo que los espíritus quedaran atrapados en el mundo de los vivos durante más tiempo que tan sólo esa noche.
Los espíritus, al no tener un fuego que los guiara, vagaron por el pueblo en busca de un refugio, y este refugio era un cuerpo material, un cuerpo vivo.
Los primeros en ser atacados por la maldición fueron aquellos valientes que salieron disfrazados con máscaras, quienes empezaron a sufrir espasmos. Sus movimientos parecían una especie de danza ritual, y de ahí nacieron varios rituales paganos que incluían cánticos y danzas.
Las familias no se salvaron, y aquellos espíritus invitados a las casas, acababan ocupando también el cuerpo de un familiar, convirtiéndose éstos en los jefes de una nueva era que iba a comenzar.
Las últimas víctimas fueron aquellos seres marginales. Éstos fueron poseídos por aquellos espíritus malignos, quienes les concedieron varios dones por haberlos liberado, pero que a su vez los hacían ser más odiados por los demás. Así, lo que más tarde se conocerían como magos y brujas fueron creados y perseguidos por los jefes de los celtas, quienes querían hacer pagar a éstos por ser los responsables de la maldición.
Pero el cuerpo acaba marchitándose, y los espíritus debían buscar otro cuerpo cada poco tiempo. Estos espíritus han estado atrapados en nuestro mundo durante todo este tiempo. Quién sabe si nos encontramos ante uno de ellos en estos momentos.
La primera vela ha sido apagada.
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La última vela
HorrorEra la noche de Halloween y Diego, quien llevaba un buen rato en la supuesta gran fiesta del año, se empezaba a aburrir. Aquella noche estaba para pasar miedo, y él tenía mejores planes que beber y quedarse sordo con la música. En el transcurso de l...