Capítulo XII

964 30 4
                                    

POV ARIADNA

Después que Eva me contara todo su drama con el catalán y yo la consolara, picaron a nuestra puerta.

-Buenos días bellas damas.-Morata asomó la cabeza por la puerta una vez abrí.-Os recuerdo que me toca invitar a comer, y vamos a ir ahora, ¿Os apuntáis?

Asentí, ¿Quién podía negarse a una cena con Morata?

Avisé a Eva y nos preparamos, era mi momento de enseñarles lo bonita que es mi ciudad.

Álvaro me hizo caso y nos llevó a un restaurante del centro donde hacen las mejores croquetas del mundo.

Cabe decir que los dueños fueron muy amables, consiguieron cerrar todo el local solo para nosotros y estuvieron atentos todo el tiempo.

Por otra parte, en la mesa me senté con Eva y Unai, los cuales no paraban de intentar imitar mi acento.

-Oye, otra palabra mal pronunciada en andaluz y os envío otra vez a Madrid de una patada.-Les dije, a lo que ellos rieron.

Miré enfrente, donde estaban Koke y Marcos, el capitán colchonero le estaba explicando cosas al rubio, pero este parecía más atento a nuestras conversaciones que a las suyas propias.

Una vez acabamos la cena, los chicos debían volver al hotel para preparase para el partido, pero yo decidí llevarme a Eva a dar una vuelta.

-¿Sabes? Creo que nunca he llegado a contarte porqué me fui a Madrid.-Ella negó con la cabeza.- Al principio fue una decisión de libertad, de creer que me iba a comer el mundo y que Sevilla se me quedaba pequeña.-La miré.-Después de un tiempo, aunque tuve la tentación de volver, me di cuenta que el hueco que un día dejé aquí se había esfumado. Nada era igual, y yo ya no pertenecía a aquí.

-Pero, ¿Y tu familia?-Preguntó Eva.

-¿Mi familia? Bien supongo, no lo sé, ellos dejaron que me fuera y siempre que he tenido problemas me han recriminado que fue una mala decisión.-Encogí mis hombros.-No siempre las relaciones familiares son sanas Eva, y yo lo aprendí a las malas.

-¿Los echas de menos?

-Sí y no.-Contesté.-Echo de menos tener un apoyo emocional cuando lo necesito, pero sé que ellos tampoco me lo iban a dar. Yo creé mi familia postiza en Madrid, y aunque adoro Sevilla, no me imagino volver a vivir aquí.

Eva paró en seco para abrazarme. Puedo asegurar que esta chica se ha vuelto como mi hogar, mi hombro para llorar, la espalda que me sustenta y la que ha hecho de todo este proceso una aventura divertida de vivir.

-Voy a estar a tu lado siempre, lo sabes ¿no?

Asentí y volví a abrazarla.

-Después de este momento melancólico, ven, vamos a comer helado.

Fue tan divertida nuestra tarde, compramos, comimos, reímos, pero sobretodo nos olvidamos de todas nuestras tormentas, que suficiente falta nos hacía.

POV EVA

Volvimos al hotel agotadas, y aunque no me había puesto tacones, mis pies pedían a gritos un respiro.

-Eva.-Me giré para ver quién era.- ¿Podemos hablar un momento?- Asentí y acompañé a Pedri a la zona de sofás del hotel.

-¿Todo bien, canario?

-Me he enterado de lo vuestro.

¿De lo nuestro? ¿A qué se refería?

Mi mente estaba yendo a dos mil por hora ahora mismo, ¿se refiere a nuestra conversación con Luis Enrique? o ¿A mi situación con García?

-Ferrán me ha dicho que ha hablado contigo sobre Eric, de verdad que no sé qué pasó entre vosotros dos, pero sí sé que hubo algo.-Me miró.- Y también sé que si habéis renunciado a vuestro trabajo aquí tiene que ver con esto.

¿Cómo este moco podía saber tantas cosas?

-Sé que Eric es una persona...Complicada de entender, pero dale la oportunidad de que se explique, ambos estaréis más tranquilos así.

¿Qué manía tienen todos con que arregle mis diferencias con García? Ni que fuera el centro del universo.

-Pedri ya está, he renunciado a esto, y si fuera por mí yo ya no estaría aquí con vosotros, y lo sabes perfectamente.

-Yo solo quiero pedirte disculpas por si te has sentido incómoda o...

-Pedri, no debes disculparte.-Le sonreí y cogí sus manos.-Sabes que al fin y al cabo los fantasmas del pasado siempre están presentes y era muy difícil para mí sobrellevarlo todo.

-Entiendo.

-Dame tiempo para aclarar mis ideas, para sanar y para acostumbrarme a todo esto.

Fuimos interrumpidos por un fuerte golpe, y cuando nos giramos vimos a un Eric furioso huyendo de la sala. Miré mis manos que seguían unidas a las de Pedri y me separé rápidamente.

-Debería...-Pedri todo avergonzado señaló el pasillo por donde el catalán acababa de desaparecer y se fue para hablar con él.

Suspiré pesadamente. Sin duda parece que todo lo queme envuelve está mal, ¿Qué tenía de malo que hablara con Pedri? ¿Qué mosca leha picado a Eric?

LUJURIA/ Marcos Llorente y Eric GarcíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora