Capítulo X

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POV ARIADNA

Estaba insultando a los chicos cuando una mano en mi hombro me hizo girarme.

-Ari, ¿puedes venir luego a mi habitación?-Preguntó un avergonzado Pau.

-Jolín Pau, sabes que estoy aquí para eso.-Reí.

Pobrecito, estaba rojo como un tomate. Parecía tonto, como si no me hubiera metido la lengua hasta la campanilla ya.

Una vez acabó nuestro día de piscina, me dirigí a mi habitación a cambiarme y escribí a Pau para saber cuál de todas las habitaciones que tenía Las Rozas era la suya.

Fue rápido contestándome, pero yo más para llegar a su habitación.

-Hey, pasa.-Se apartó dejándome entrar.-Perdona el desorden, es que...

-Pau, vengo aquí a follar, no a ver cómo tienes la habitación.- Reímos.-Anda, saca esos nervios que pareces un flan.

-Es que nunca pensé que necesitaría una situación de estas.-Se sentó en su cama.

Con toda la confianza del mundo, apagué las luces y puse música en su altavoz, necesitaba que se relajara, o sino este momento sería horrible.

-¿Sabes? Ve a ducharte, te vendrá bien relajarte, yo acabo de preparar esto.-Le dije y él asintió.

Una vez oí el agua correr, entré en el baño. Sé que estaba muy nervioso y hacerlo así tampoco iba a ser de su agrado, así que intenté que fuera más inesperado.

Una vez dentro, sin que me oyera me saqué la ropa y me metí en la ducha con él.

-Ari, ¿qué haces?

-Sshhh.

Rodeé su cuerpo con mis manos hasta bajarlas a su notable erección.

Empecé a masturbarle, aunque él aún estaba nervioso, intenté que fuera lo más cómodo para él.

Acabó allí mismo y salí de la ducha, dispuesta a secarme y vestirme para volver a mi habitación mientras él volvía a ducharse.

Llegué y cuando abrí la puerta vi a una Eva totalmente cabreada.

-Eva tía, ¿qué te pasa?- Me senté en mi cama.

-Es un capullo tía, es un completo capullo.

-Necesito contexto, por favor.-Le dije.

-García, no para de recordarme lo de aquella noche en el local y lo del primer día en las rozas.-Suspiró.- Ya va siendo hora de que lo supere joder, ¡fue un puto polvo!

-Bueno, fueron dos.-Le rebatí.

-¿Pero tú de qué lado estás?-Me miró enfadada.

-Del tuyo cariño, pero tienes que admitir que si has vuelto a rayarte por ese polvo es por algo.

-¿A qué te refieres?

POV EVA

-Más claro agua, tía.- Me contestó.- ¿O acaso te crees que no nos damos cuenta como os coméis con la mirada?-Negué con la cabeza.- Eva, sigues cayendo en él porque te pone muchísimo, y te da rabia porque sabes que para él eres un polvo.

¿Cómo esta chica podía conocerme tanto? Está claro que desde el primer día él y yo tuvimos una conexión fuerte, pero nada más que sexo, o al menos eso creía. Fueron unas pocas veces la que nos vimos y aunque yo sí le recordaba, él parecía nunca acordarse. Pero el hecho no es ese, ¿a qué se debe el presumir que él y yo nos hemos acostado?

-Lo sé joder, lo sé.-Bufé.- Pero no por eso deja de dolerme.

Las primeras lágrimas amenazaban con salir, pero Ari fue rápida y vino a abrazarme. Sin duda, no sé qué haría sin esta mujer en mi vida.

Desde aquel día que coincidimos en una cafetería de la capital, fue imposible separarnos, porque en las buenas y en las no tan buenas, allí estábamos, la una para la otra. Ari estuvo en mis peores bajones, y era la que más me animaba a hacer lo que me gusta, y es algo que nunca podré agradecerle lo suficiente.

-¿Sabes qué vamos a hacer?- La miré intrigada.- Vamos a hablar con Luis Enrique, le vamos a decir que nuestra labor aquí ha terminado, y que si quieren de nuestros servicios, será solo como compañía y amistad para los chicos, ¿te parece?

-¿Nada de sexo, entonces?

-Nada de sexo, ni vínculos y mucho menos líos con ellos.-Asentí.

De verdad era lo que necesitaba, ya que este trabajo me quedaba demasiado grande y yo no sería capaz de sobrellevarlo.

-Ahora intenta descansar, que mañana será un día duro.

Mañana viajábamos a Sevilla para el primer partido de los chicos contra Suecia.

...

Fue una mañana muy estresante, todos corrían de arriba abajo y nosotras no éramos menos. Para colmo no nos sonó el despertador, y los golpes en la puerta por parte de David y Jordi fueron los que nos despertaron.

-¿Lo has guardado todo?- Me preguntó la rubia cerrando su maleta.

-Creo que sí.

Al fin y al cabo, no nos llevábamos muchas cosas, pero parecía que nos íbamos a mudar con todo el revuelo que estábamos montando.

-¡Chicas, nos vamos!- Gritó César desde la puerta.

Nos dirigimos al aeropuerto junto al equipo técnico de la selección y después de pasar todos los controles, subimos al avión.

Ari estaba muy emocionada, iba a volver a su ciudad después de tantos años en la capital. No solía ir mucho, y aunque no me comente el porqué, sé que su relación con su familia no es muy buena.

-Tengo muchas ganas de llevarte de paseo y enseñarte donde me crié.- Tenía los ojos brillantes cuando me hablaba de su Sevilla.

-Hey chicas, ¿cómo lleváis el viaje?

LUJURIA/ Marcos Llorente y Eric GarcíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora