Capítulo XXIX

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POV ARIADNA

Después de que Eric y Eva desaparecieran "misteriosamente", entre comillas porque todos sabemos que están follando como conejos en su cuarto, Marcos se acercó a mí para tumbarse en la hamaca que había dejado libre mi amiga.

-¿Cómo está mi novia?-Sonreí ante su mote.- ¿Queda bien verdad?

-Joder, queda de puta madre.- Reímos.

-Te vas a bañar, ¿verdad?- negué con la cabeza.- Oh, claro que lo harás.

Se levantó rápidamente y antes de que pudiera hablar ya estaba dentro del agua.

-¡Llorente, cuando salga ya puedes empezar a correr porque te mato!- Me acerqué a la escalera para salir, pero un moreno de ojos azules bloqueó mi camino.

-Así que ahora estás con Marcos, ¿no?

-Oh venga Pau, ¿a qué coño viene esto?- Crucé mis brazos.

-¿Me pegas el polvo de mi vida en la discoteca y luego sales con Llorente?

-Joder Pau, ¿puedes superarlo ya?- Rodé mis ojos.- Sabes que el polvo fue un puto calentón, y también sabes que lo de Marcos en ningún momento ha sido un calentón.

-¿Y esa discusión que tuvisteis por mí? ¿Te crees que no sé qué mi nombre atormenta vuestra relación?- Se acercó a mí.

-Pau, ¿Quieres que hablemos de infidelidades? ¿Hablamos de como tienes a tu novia en Villarreal sin saber que te has liado conmigo?- Lo aparté.- Sabes que yo tengo las de ganar en esta discusión y si yo no he hablado con Paula es porque tengo la fe de que lo hagas tú, pero si no me dejas en paz, al final tendré que hacerlo yo.

Subí las escaleras dejando al valenciano allí, pasmado. Él no sabía que yo estaba enterada de su vida amorosa y obviamente que lo estaba. Al final mi trabajo es el que es, pero eso no quita que me sepa mal ser el cuerno de una pareja, y más cuando él es un capullo.

-Ferrán, ¿Has visto a Marcos?- Me señaló la escalera del edificio, así que corrí hacia allí después de agradecerle su ayuda.

Subí lo más rápido que pude cuando unas manos me agarraron por la cintura y yo no pude reprimir un grito.

-Shhh...No grites rubia.- Me giré para ver la cara de mi chico.- No hace falta que nadie se entere de que estamos aquí.

Miré a mi alrededor, una sala de jacuzzis e hidromasajes.

-¿Me explicas como llevo casi tres semanas aquí y aún no conocía esto?- Marcos encogió sus hombros divertido y me dirigió al primer jacuzzi.

Estuvimos un buen rato allí, riendo, hablando y besándonos. Sin duda mi gran descubrimiento del año tenía nombre y apellido, y era Marcos Llorente.

POV EVA

-Eric...-Le zarandeé un poco para despertarlo, el pobre estaba agotado después de darme hasta en el carnet de identidad.- Vamos, van a dar los convocados, debemos ir a la sala.- Un gruñido por su parte me dejó entender que no estaba por la labor.- Pues bajo sola en bikini.

-¡No, no! Ya voy.- Se levantó corriendo para vestirse y al ver que yo también lo estaba me miró indignado.- ¿Me has engañado para que me levantara?

-Deja de quejarte y ponte la camiseta, que nos están esperando.

Llegamos a la sala y Lucho estaba con la lista en la mano, preparado para darla.

-Muy bien chicos, semifinales y si dios quiere penúltimo partido de la competición.- Lo miramos eufóricos.- Sabemos quién es nuestro rival y no debemos tener miedo, pero sí tener claro la clase de oponentes que son.- Carraspeó su garganta.- Vamos allá, en portería estará Unai, acompañado en defensa por Jordi, Laporte, Eric y Azpi.- Miré a mi chico, que estaba con la boca abierta, ni se creía lo que estaba oyendo, y a mí ahora me debía unas vacaciones.- En la media tenemos a Busi, Pedri y Koke.- Miró al menor de los tres y sonrió.- Y por último a Ferrán, Dani y Oyarzabal.

Eric era incapaz de creerse que fuera titular y cuando me vio mirarle se dio cuenta de lo que significaba esto.

-¿Dónde piensas llevarme de vacaciones?- Rodeé su cuello con mis brazos.

-Quién sabe, puede que sea una sorpresa también.- Me besó y fuimos a la habitación a arreglarnos.

Estaba todo listo para despegar a Londres, la gran ciudad que acogería nuestro partido y, por supuesto, mi cita con un catalán guapísimo.

Tal y como llegamos, los chicos se fueron a entrenar y yo llamé a mi rubia para que me ayudara a arreglarme para esta noche, así que fui a su habitación.

-¿Vestido ajustado negro, entonces?- Ari asintió totalmente convencida.

No podía negar que con este vestido me veía cañón, pero los piropos de mi mejor amiga hacían que me sintiera mejor.

Llegó la hora y el chico de mi cita llamó a la puerta, dejándose ver con una camisa negra y unos tejanos que le daban un toque informal, pero no menos atractivo. Y por no hablar de su pelo totalmente peinado con un tupé y sin gafas. Vale, esta versión de él también me ponía cachondísima.

-Estás preciosa.- Me miró de arriba a abajo sin dejarse ni un hueco de mi piel sin observar. Sin pensármelo mucho, me despedí de Ari y agarré su brazo para salir hacia nuestra cita.

Eric se negó a contarme dónde íbamos, pero cuando vi el taxi parado delante de un restaurante con vistas al río y al famoso Tower Bridge me pareció precioso.

-Cuando estaba en Manchester y me tocaba viajar a Londres, adoraba estas vistas.-Me señaló el puente.- Siempre dije que traería a alguien importante para mí a este lugar.- Le abracé y fuimos directos a nuestra mesa.

Tengo que reconocer que fue una gran cita, reí muchísimo y me di cuenta del gran chico que tenía delante, sin duda era increíble que en tan poco tiempo y teniendo en cuenta el odio que le tenía ahora seamos tal para cual.

Salimos del restaurante y Eric me llevó al famoso monumento.

-Eva, creo que ha llegado el momento.- Lo miré totalmente enternecida porque sabía perfectamente qué iba a hacer.- Una de las grandes leyendas de este país cuenta que aunque este puente esconda tantas historias horribles, toda pareja que se forja bajo estas dos torres está destinada a estar junta siempre.- Miré sus ojos que brillaban como nunca.- Desde que apareciste esa noche en mi camino, has dado un giro de ciento ochenta grados a mi vida, tanto que sería incapaz de seguir sin ti a mi lado, y suena raro porque solo tengo veinte años, pero me he dado cuenta que no quiero estar con nadie más el resto de mi vida.- Cogió mis manos entre las suyas. -Eva, ¿Quieres ser la novia de este tonto?

No me salían las palabras, necesitaba besarlo como nunca, y así fue, entre lágrimas y te quieros, volvimos al hotel totalmente satisfechos por todo lo ocurrido esta noche.

LUJURIA/ Marcos Llorente y Eric GarcíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora