Capítulo XXIV

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POV ARIADNA

Salimos al escenario bajo la atenta mirada de Mario, quien no se creía que volviéramos a estar allí.

La música empezó a sonar pero yo no estaba al cien por cien, y todos lo sabían.

Echaba de menos a los chicos, a Las Rozas y a Marcos, que aunque no hubiéramos empezado nada, era peor el sentimiento de terminar algo que ni había empezado, que la propia sensación de irse.

Bailaba y bailaba, pero ni siquiera era consciente de que había gente frente a mí.

Llegó el primer descanso y bajé a la barra de Jaden.

-¿Un mojito?

-Que sean dos.- Dijo Eva colocándose a mi lado.

-Noche dura, por lo que veo.- Rio el camarero.- Anda, subid al VIP, os están esperando.

Lo miramos confusas y nos giramos a los sofás.

Allí estaba él, sentado en uno de esos sofás con una botella de agua en la mano. Sé que su presencia el día de hoy era un milagro, él no sale de fiesta antes de un partido, después sí.

Miré a Eva, quien estaba fijándose en su hombre, que estaba apoyado en la barandilla de la zona VIP.

Sonreí y subí a la zona.

-¿Qué hacéis aquí?-Le pregunté al rubio.

-¿Te pensabas que te librarías de mí tan fácilmente?- Se levantó para abrazarme.

-No, claro que no.

Al sentir sus brazos rodearme me quedé prendada. Aspiré su colonia como si me fuera la vida en ello y acurruqué mi cara en su cuello.

-Te quiero.- Me dijo en el oído.

-Y yo a ti, Marcos.

POV EVA

Corrí hasta él, que me estaba esperando con los brazos abiertos.

-Te quiero.- Salté rodeando mis piernas en su cintura y lo besé.

Me negaba a renunciar a su compañía, y puede que suene egoísta cuando aún no hemos pasado veinticuatro horas separados, pero me dolía tanto esta situación.

Eran ya las cinco de la mañana y yo me negaba a levantarme del regazo de Eric.

-Eva preciosa, debo irme.

-Lo sé, pero no quiero que te vayas.- Abracé su cuello.

-Yo tampoco quiero irme, pero mañana temprano despegamos a San Petersburgo.

Puse mi famoso puchero, sabía que él estaba triste porque no pudiera acompañarlo.

-Sé que vais a ganar, y que vas a jugar genial.- Le sonreí.

-Mañana no soy titular.-Dijo agachando la cabeza.

-Hey, mírame.- Sujeté su cara con mis manos.-Aunque mañana no juegues, sé que eres un gran defensa, y como tengo claro que vais a ganar a Suiza, sé que la titularidad de esa semifinal tiene tu nombre.

Volvimos a nuestro piso después de una dura despedida. Ari estaba dolida también pero puede que ella sea más fuerte que yo y no lo diga tanto, pero la conozco y sé que lo está pasando mal.

Fuimos directas a la cama, la noche tan intensa que habíamos tenido y el cansancio de las altas horas a la que nos íbamos a dormir hicieron sus efectos y me dormí enseguida.

...

Os juro que un día de estos mataré a Ari por no silenciar su teléfono cuando nos vamos a dormir.

-¡Si no respondes el puto móvil te juro que te cuelgo de la ventana!

-¡Cállate ogro!- Pues sí, esa es mi amiga cabreada.

A los pocos minutos la vi entrar corriendo a mi habitación.

-Eva, haz las putas maletas, ¡Nos vamos a San Petersburgo!

-¿Qué?-Me levanté de golpe en la cama.

-Era Lucho, se ve que los mamones estos han conseguido convencer a la directiva de que nos necesitan para ganar.- Saltó a mi cama.- Volamos en una hora.

Corrí lo más deprisa que pude para cerrar la maleta, ducharme y vestirme para llegar al aeropuerto.

Milagrosamente lo conseguimos y a tiempo. Hablé con Eric, hacía ya media hora que habían aterrizado en Rusia, pero no parecía saber nada de la decisión de Lucho, así que yo tampoco se lo dije.

Subimos al avión dirección San Petersburgo.

LUJURIA/ Marcos Llorente y Eric GarcíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora