Capítulo XXII

759 32 8
                                    

POV ARIADNA

Nos despertamos temprano para viajar de vuelta a Madrid, los chicos estaban contentos por pasar otra fase más, pero sabían que tocaba un gran rival, sí, la Suiza que acababa de eliminar a Francia en penaltis.

Precisamente ese no era nuestro fuerte, sino que se lo digan a Álvaro y Gerard. Pero bueno, la esperanza es lo último que se pierde y con esta pedazo de selección que tenemos sé que llegaremos muy lejos.

Una vez en Las Rozas, Lucho nos llamó a Eva y a mí, lo cual me extrañó.

-Buenos días chicas.-Le saludamos y nos sentamos en el sofá de enfrente.

-Sabéis que no me gusta dar estos sermones porque soy el tío cachondo de la selección.-Esto no podía ir bien.-Pero creo que fuimos claros con lo de mantener vínculos amorosos con ellos ¿no?

Miré a Eva totalmente asustada, pensaba que nadie del staff sabía lo de Eva con Eric y mucho menos lo mío con Marcos.

-Todos sabemos lo que pasa entre esos jugadores y vosotras, por lo tanto creo que no habéis cumplido vuestra parte del contrato.-Nos miró apenado.- Debéis abandonar la concentración en las próximas horas.

-Luís...-Le intenté llamar.

-Chicas, sabéis que yo sigo órdenes, a mí no me importa lo que hagáis con ellos, pero a los superiores parece que sí.

-Te juro que no fue intencional, evitamos todo tipo de vínculo con ellos pero...-Siguió Eva, pero fue interrumpida con el míster.

-Fue irremediable, lo sé.-Nos miró.-Yo he intentado cubriros, pero se han enterado y no les ha hecho gracia.-Entrelazó sus dedos.- No quieren que se descubra lo vuestro, ni mucho menos el porqué de vuestra compañía en estos viajes.

-Pero, ¿no hay nada que podamos hacer?-Le pregunté.

-No sería justo chicas, si vosotras estáis aquí, deberíamos permitir la estancia de todas las parejas de los chicos y eso no es posible.

Esto no podía estar pasando, ahora que realmente sentía que todo iba sobre ruedas, ahora que por fin disfrutaba de esta estancia.

POV EVA

No pude evitarlo, mis ojos empezaron a llorar desesperadamente.

-Lo siento de verdad, chicas.

Sabemos que no es culpa de Lucho, al final él ha sido el portavoz de los de arriba, pero no por eso duele menos.

Me levanté y fui a las hamacas del jardín, necesitaba coger aire.

-Eva, vienes a...-Ferrán me miró preocupado.- ¿Estás bien?-Negué con la cabeza.

-Nos vamos.

-¿Cómo que os vais? ¿A dónde?-Me abrazó en un intento de calmar mi llanto.

-A casa Ferrán, nos han despedido.

-¡Pero eso no puede ser! Si habéis sido increíbles con nosotros, no entiendo...-Le interrumpí.

-"Vínculos amorosos" que estaban totalmente prohibidos.-Hice las comillas con mis dedos.

-Ferrán, Eva, ¿venís a...?- Eric apareció por la puerta corredera del jardín.- ¿Eva?- Vino y se sentó en la hamaca enfrente de mí y mi amigo.

-Las han echado, tío.-Dijo mi amigo al ver que mis palabras no salían.- Han incumplido su contrato.

-Pero, ¡No os podéis ir!- Se levantó apenado.-No ahora, sin vosotras no vamos a conseguirlo.

-Claro que lo haréis chicos.-Puse mis manos en mis rodillas.-Porque sois increíbles y no necesitáis que estemos aquí para destrozar a cualquier selección de este campeonato.-Le dije.

-Pero yo sí te necesito a ti.-Lo miré pasmada y Ferrán se levantó para irse, entendió que debíamos estar solos.- Yo no puedo salir al campo si sé que no estás en ese banquillo animándome.-Puso sus manos sobre las mías.-Eva no puedo separarme de ti ahora que sé que sientes lo mismo que yo.

-Ese es el problema Eric, sabes que no tenía permitido que esto pasara, ni los besos, ni acostarnos, ni mucho menos que nos enamoráramos.- Sorbí mi nariz.- No he cumplido con lo que firmé y tiene sus consecuencias...

Y fue allí que me derrumbé, mis sollozos cada vez eran más frecuentes y mis lágrimas no cesaban.

Eric se sentó a mi lado para fundirse en un abrazo conmigo.

-Voy a hacer lo que sea para que te quedes, y aunque te vayas, quiero que tengas claro que esto no se queda aquí.-Lo miré confusa.- No me voy a olvidar de ti, Eva.

Las horas pasaban y los chicos se fueron enterando del drama y vinieron a vernos en numerosas veces para que no hiciéramos las maletas, pero todos sabemos que debíamos irnos antes de que cayera la noche.

Eric por su parte estaba muy dolido, cuando me marché a recoger la habitación lo dejé con lágrimas en los ojos, al igual que Ferrán, que iba a perder a la que había sido su mejor amiga durante un par de semanas.

Ari tampoco estaba mejor que yo, hacía poco tiempo que se había dado cuenta de todo lo que sentía por Marcos y cuando por fin tuvo el valor de decírselo, el destino hace que vuelvan a separarse.

-Ari, Estamos juntas en todo ¿recuerdas?- Asintió.- Hasta en los peores momentos.- La abracé.

-Hasta cuando tengamos el mundo en contra.

-Porque nada ni nadie pasa por encima de nosotras.- Le sonreí.

LUJURIA/ Marcos Llorente y Eric GarcíaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora