Capítulo 37.
En cuanto se va mi mente maquina un plan, sí, ya sé a quien voy a llamar. Respiro resignada, seguramente le meteré en problemas, pero es el único quien me puede ayudar. Nerviosa y con las manos levemente temblorosas cojo el móvil de la mesa del salón. Busco en mi teléfono los contactos y rápidamente leo el nombre de Alex, presiono y al instante ya estoy llamándolo. Tomó un respiro profundo y me preparo exactamente lo que le voy a decir.
Llamada telefónica.
- Hey. — Saluda Alex.
- Hola. —Contesto insegura.
Alex lo nota.
- ¿Qué pasa? - Pregunta desde el otro lado de la línea.
- Me tienes que escuchar atentamente. — Suspiro.
Las palabras salen solas de mi boca y me explico, sin ninguna interrupción por parte de él, solo el sonido de su respiración me hace saber que sigue ahí escuchándome.
- Vale. — Dice antes de que termine.
Frunzo el ceño, ha aceptado a que su primo le pegue un zarpazo en la cara, debe estar loco de remate.
- ¿Qué? - Pregunto incrédula.
- Que me haré pasar por tu novio. -Dice lentamente como si tuviera un retraso mental.
Una sonrisa se esboza en mi cara, sí, ahora le enseñaré lo que es bueno a Calum, pienso mientras sonrío.
Fin de la llamada telefónica.
Ja, ahora sí que le he vencido, haré que Alex sea mi novio y ya está.
Lo demás del día pasa normal y ya es tarde, miro mi reloj y bostezo, subo las escaleras y me retiro a mi habitación.
Cierro los ojos y en seguida me sumo en un sueño profundo.
Estoy en el prado, otra vez, ruedo los ojos, miro mi ropa, mi pijama, miro alrededor nada que me de una pista de porque estoy aquí, nada, ni una sola pista que me explique porque estoy aquí en este lugar.
Unos sonidos me llaman la atención y me espero al estúpido de Calum ,a la abuelita o incluso a Alex, pero no, mi sorpresa es mayor cuando aparece Daniel, entonces esto no debe ser un sueño, sino una pesadilla. Mis pulsaciones van a mil por hora, se me va a salir el corazón. Le miro fijamente, asegurándome que es real, sí, lo es, al menos en el sueño.
Me digo que es mi sueño y que lo puedo controlar yo, repito varias veces en mi cabeza que se vaya, pero no funciona. Esto no es como lo de Calum.
- No, no soy tan frágil como tu amigo Calum.
Me repito en mi mente que no es real y que es un sueño.
- ¿No quieres saber cómo me he metido en tus sueños? — Pregunta mientras se acerca más a mí.
Niego con la cabeza, él sonríe.
- Bien. — Dice pausadamente. — Digamos que un poquito de sangre de lobo hace muchas cosas.
Mis ojos se abren y tengo ganas de llorar, la imagen de Calum desangrado y Daniel bebiendo su sangre me enferman. Estoy llena de sudor y me repito varias veces que no es real, solo a una pesadilla, pero tengo sensación de que es más que eso, no es solo una pesadilla.
Me abrazo a las mantas con fuerza, como si ellas me pudieran decir si es verdad lo que ha dicho Daniel minutos antes.
Me levanto y abro la ventana, sigo con el sudor incrustado en el cuerpo después de la pesadilla, y no creo que pueda volver a dormir en lo que queda de noche.
Me acuesto en la cama y un ruido me llama la atención, Calum está en la repisa de mi ventana, por un lado quiero tirarlo por la ventana y que se caiga al jardín y por el otro quiero soltar un suspiro eterno por ver que está aquí y no desangrado en medio del bosque.
Su vista está fija en mí, me pregunto como ha entrado hasta que me acuerdo de que he abierto la ventana. Me golpeo la frente con la mano.
- ¿Estás bien? — Su voz suena estrangulada, parece de verdad preocupado.
Asiento con la cabeza.
- Tus pulsaciones han aumentado. — Dice ahora más tranquilo. — No quiero que te pase nada.
¿Puede notar mis pulsaciones?, ¿Está tan pendiente de mí? Le miro fijamente no sé gritarle que me deje en paz, o abrazarle, aún sigo alterada por la pesadilla de Daniel y él único que puede espantar mis miedos, es él. Inconscientemente estiro mis brazos, él se acerca y me rodea con los suyos, su olor me invade y lo respiro como una drogadicta que ha sido privada de su adicción por mucho tiempo, me acurruco sobre su torso y él se acerca más a mí, sé que le debería estar echando, pero no puedo, no puedo ahora que he tenido esa pesadilla con su cuerpo muerto y desangrado.
Hace suaves caricias en mi espalda y me acuna mientras dice algo que no consigo entender al oído.
- ¿Me dirás lo que ha pasado? - Pregunta con voz suave.
Le miro y dudo, no sé si decírselo.
- Una simple pesadilla. — Digo encogiéndome de hombros.
- No será simple cuando te ha puesto así. — Sonríe.
- Daniel aparecía en el claro. — Suspiro. — Decía que estaba en mis sueños gracias a beber sangre de lobo.
Le miro y se tensa, no me mira, no me habla, no comprendo nada. Tiro de su manga para llamar su atención pero sigue sin mirarme e increíblemente tenso.
- Puede que de verdad se haya ido a tus sueños Daniel. - Dice en un susurro apenas audible.
Le miro sorprendida, ¿Él ha matado a los lobos? Le agarro con fuerza.
- Ha habido unos ataques recientes a la manada. — Dice en un murmullo.
Su cara se descoloca, sé que está triste y que necesita mi apoyo, le abrazo con más fuerza y él hunde su nariz en mi cabello olfateando varias veces y suspira, como si mi olor le relajara.
- Mi hermana. — Dice con voz rota.
Noto como comienza a llorar, y yo también lo hago, le separo un poco de mí y le limpio las lágrimas con los pulgares pasándolos por su suave rostro. Agarro sus mejillas las aprieto levemente y junto mis labios con los suyos, sus labios comienzan a trabajar con rapidez sobre los míos y suelta un gruñido, que si os digo la verdad ha sido sexy.
Le agarró del cuello y le atraigo más a mí, su lengua se cuela en mi boca, y yo enredo mis piernas alrededor de su cadera aprisionándolo.
- Eres solo mía. — Dice interrumpiendo un solo segundo el beso.
Se lanza de nuevo a mis labios agarrando mi cintura y acercándome más a él.
Su cuerpo se aleja rápidamente, y siento la pérdida de su calor.
Se separa de mí y me mira fijamente con los ojos muy abiertos, no sé que ha pasado, no sé que le he hecho para ponerse así.
Se va a ir cuando agarro su muñeca, él como si tuviera la peste tira de su mano y salta por la ventana sin ni siquiera mirarme.
Miro al vacío, al jardín, cuando...
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Nuevo capítulo.
¿Qué le pasa a Calum?, ¿Qué pasará?
Hasta el próximo capítulo.
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Mi vecino es un hombre lobo
Kurt AdamSipnosis. Calum es un hombrelobo de diecinueve años que se aleja de su manada, para no tener que ser el alfa, ni encontrar a su alge(alma gemela), pero comete un error a mudarse al lado de Charlotte, una chica de dieciséis años, que le dará más de...