Capítulo 39.

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Capítulo 39.

Su gesto se suaviza y esboza una sonrisa burlona, es un estúpido bipolar.

- Estoy aquí porque pienso infiltrarme en la banda de James.

Los murmullos nos rodean, Calum no me mira, se tensa, sé que no le ha gustado, que se aguante, él no me manda, haré lo que quiera, cuando quiera y donde quiera.

- No lo permitiré, no pienso permitir que arriesgues tu vida. – Chilla haciendo que todos se giren en su dirección.

Me cruzo de brazos como una niña pequeña a la que niegan algo, y cuando creo que se ha acabado la batalla, Alex sale en mi defensa.

- La ayudaré, y la protegeré. – Grita Alex.

Mis ojos se abren, no me puedo creer que después de decir que no puedo infiltrarme, me apoye, tampoco le voy a llevar la contraria ahora que está de mi lado.

Calum gruñe y se retira lentamente, lo mismo que hace la multitud, que en seguida se dispersa viendo que se ha acabado el espectáculo, sí, señores, se cerró el telón, a sus chozas.

Cuando todos se han ido me acerco a paso decidido a Alex.

- Te ayudaré. – Me mira fijamente. – Con una condición, me dejarás protegerte.

Le miro, y asiento con la cabeza, mientras sea protegerme le dejo, si se pasa de la raya tendré que ponerle en su sitio.

- Llamarás a James y dirás que quieres quedar con él, que estas harta de los hombres lobo, que odias a Calum, porque te rompió el corazón, y bla, bla, bla, ¿Comprendes?

La verdad es que no quiero llamar a James, ni siquiera verlo, pero para poder meterme en el grupo de los que intentan exterminar a los lobos necesito camelarme a James, y eso será desagradable, pero efectivo.

Cogí el teléfono y busqué el contacto de James, menos mal que lo tenía y que no decidí borrarlo, ni bloquear su número.

Marqué y al segundo dio señal, sí, estaba nerviosa, estaba llamando a un asesino y violador, me intenté relajar tomando unas cuantas bocanadas de aire. Estaba hiperventilando.

Llamada telefónica.

Su risa sonó a través de la línea.

- ¿Te has equivocado de número princesa?

Alex estaba al lado mío, odiaba que me llamara princesa o cualquier apodo, o que simplemente me llamara, antes, de que pasara todo esto James era buen, muy buen tío.

- No. – Solté una risita nerviosa y noté como me ahogaba, colgué la llamada

Fin de la llamada telefónica.

Alex me miró interrogante, no comprendía porque había colgado, la presión había podido conmigo, tenía que controlar la situación, tenía que estar tranquila y relajada lo que le iba a decir, palabra por palabra, tenía que tener una buena coartada para llamarle, por que él sabía que no le llamaría así como así..

Volví a marcar el número.

Llamada telefónica.

- Hey, lo siento se cortó la línea.

- Entonces no te habías equivocado de número, ¿Por qué llamas muñeca?

- Digamos...que los hombres lobo me tienen cansada. – Dije en tono meloso.

- Bien. – Su voz mostraba interés. – Podría ayudarte a algunas cosas, para poder librarte de tu cansancio.

Las imágenes de James golpeando a Calum y desangrándole me vinieron a la cabeza, pero me obligué a relajarme.

Mi vecino es un hombre loboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora