3. Vigilancia nocturna

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Odio a Krystal.

Fue el pensamiento de Seulgi antes de agacharse de cuclillas, en el sucio piso del baño y comenzar a tallar las amarillentas y desagradables baldosas con un gran cepillo y un cubo de agua fría. 

Hizo una pesada mueca, arrugando su nariz de vez en cuando, mientras cepillaba uno a uno los olfativamente ofensivos retretes; gruñendo incluso más de lo que ya lo hacía en su disgustado estado de ánimo normal.

Estos baños compartidos eran terribles.

Parecía que nadie nunca se hubiera molestado en limpiarlos antes.

Seulgi hubiera apostado a que Krystal estaba parcialmente feliz cuando la atrapó en su escapada hacia el techo el otro día y halló la razón perfecta para esclavizarla como conserje temporal.

Como si quitar a Kai y obligarla a hacer siete turnos nocturnos consecutivos por su cuenta no fuera lo suficientemente malo. "Reflexiona en tus errores mientras limpias las tazas del baño", había dicho.

—Oh, miren quien está trabajando tan duro en limpiar suciedad a esta hora de la mañana.

—Cállate, Joy—. Seulgi ni siquiera tuvo que voltear para saber de quién era esa voz retorcida.

Dicha chica se desmoronaba de risa, sonando demasiado feliz ante el predicamento de Seulgi y se rio: —Aww, no seas tan gruñona, Kang. Es apenas el segundo día. Todavía te quedan cinco días más para hacer esto. Resiste, ¿si?

La burla excesivamente tierna hizo que Seulgi le arrojara una jicarada de agua para ahuyentarla. 

Sin embargo, tras un chapuzón poco ceremonioso, no fue Joy quien soltó un chillido estridente por haber sido bañada con agua fría, sino otra persona.

—¡Seulgi unnie!—. Escupió Yeri cuando el agua le golpeó la cara tan pronto puso un pie en el baño.

Seulgi se quedó boquiabierta, mientras que Joy soltó una carcajada de hiena y se sostuvo sus costados, luchando contra el calambre que le carcomía el abdomen.

—¿Qué demonios está pasando aquí?—. Krystal se precipitó por la puerta y las tres internas se apresuraron a colocarse en sus posiciones de espalda recta, listas para servir.

Krystal las miró como si pudiera arrancarles la cabeza de una mordida, sus ojos deslizándose peligrosamente de la vasija en la mano de Seulgi a la figura empapada de Yeri y la sonrisa que Joy contenía mordiéndose la mejilla.

—Estoy bastante segura de haberte ordenado que lavaras los baños y no el rostro de tu amiga—. Estalló Krystal, con los ojos clavados en Seulgi. —¿No te es suficiente una semana de castigos, Kang? ¿Necesitas más?

—No, señora—. Seulgi tuvo que esforzarse para no replicar, su cabeza inclinándose, pero sus ojos lanzando una mirada mordaz a Joy, quien comenzó a secar el rostro de Yeri con teatralidad y susurró: —Pobre de ti, el día acaba de empezar, pero tu ropa ya está arruinada.

—Tú. No eres mejor. Cállate también—. Krystal apuntó amenazantemente hacia Joy y le dio a su plan de venganza una muerte prematura.

—¿Acaso tienen diez años? ¿Les parece que este lugar es un patio de juegos porque no hay nadie desangrándose hasta morir o fracturándose un hueso?—. La psiquiatra se pasó una manó por el rostro. —¿Necesito romper sus huesos primero para que tomen en serio el área de psiquiatría? 

—¡No, señora!—, respondieron Joy y Yeri al unísono y Krystal suspiró.

—Joy, ve a conseguirle un cambio de ropa a Yeri y pónganse a trabajar. Seulgi—, hizo una pausa, dedicándole a la morena una mirada de desaprobación. —Sígueme.

Whisper In Her Ear / Susurro en su oído (Seulrene - Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora