18. Haz que pare

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Seulgi corrió tan rápido hacia el hospital que no sentía que estuviera pisando el suelo. 

No sabía cómo había llegado a la sala de urgencias, sus pies la llevaron por puro reflejo y su cerebro parecía haberle fallado desde el momento en que recibió la noticia.  

De pie junto a ella, Seungwan lucía igual de falta de aliento y de sangre, escudriñando la frenética sala blanca con el miedo golpeando su rostro.  

Las máquinas de reanimación rugían furiosamente durante los intentos de devolver la vida a los cuerpos, y los médicos instruían a las enfermeras gritandoles que les pusieran otra inyección de adrenalina porque, evidentemente, sus esfuerzos estaban fracasando. 

A Seulgi se le doblaron las rodillas al oír el sonido de la asistolia procedente de un monitor cercano, y sintió que la bilis le subía a la garganta cuando se giró para encontrarse con un cuerpo ensangrentado que finalmente daba su lucha por pérdida.

Quería vomitar.  

—Paciente Han Sunwoo, edad 24, hora de muerte 12.11 PM. 

Seulgi se habría dado la vuelta y habría corrido hacia el lavabo más cercano para vomitar su miedo asfixiante, si no fuera porque Joy se precipitó en su dirección desde una de las camas abarrotadas y la tomó de los brazos.

—¡Ey! ¡Estás aquí! He estado tratando de contactarte desde hace un rato.

Seulgi sujetó la bata blanca de la interna más alta y tiró de ella, con las manos y la voz temblando incontrolablemente. —Irene... ¿dónde está? ¿Dónde está? ¿Está viva? 

El rostro de Joy se ensombreció visiblemente ante su pregunta, y Seulgi no pudo evitar llorar y gritarle. —¡¿Dónde está, Joy?! ¡¿Dónde está?! 

—¡Cálmate!— Gritó la chica más alta, tratando de sacudirla de su terror. —¡No está muerta! Ella está... nosotros... no hemos logrado encontrarla todavía.

El corazón de Seulgi se elevó durante una fracción de segundo, solo para volver a caer con más fuerza. Ella se tambaleó hacia atrás. 

—¿Qué?— Dijo con la garganta seca, con el frío, filtrándose en cada uno de sus poros y helándole la sangre. —¿Qué quieres decir con que aún no la han encontrado...? Dijiste que estaba en el coche... 

—Su lado del auto estaba extremadamente dañado. La ventanilla está completamente destrozada y la puerta está hundida. Recibió una colisión directa con la pared de concreto que volcó por completo el coche antes de hacerlo caer al agua. Es posible que no llevara puesto el cinturón de seguridad y saliera despedida por...

Seulgi no pudo oír las siguientes palabras, porque sus piernas le fallaron por completo y lo siguiente que supo fue que chocó contra el carrito de equipo médico que tenía detrás.  

Seungwan fue lo suficientemente rápida para atraparla, pero parecía igual de consternada.  

—La policía y el equipo de rescate... ¿siguen buscándola?— preguntó Seungwan con voz temerosa, y la interna alta asintió cabizbaja.   

—Todavía están en la zona costera. Por suerte, el coche no se había adentrado demasiado en el puente antes de sumergirse. Solo esperemos que haya sobrevivido el golpe... de alguna manera, y que pueda ser encontrada lo antes posible...  

Seungwan sabía exactamente lo que implicaba ese tono oscuro, que la probabilidad de que tal fortuna sucediera era casi nula. Se sintió enferma.

—¿Y K-krystal...?— Temblaba desde donde estaba, todavía sujetando a la enmudecida Seulgi en un esfuerzo no solo de mantener en pie a la chica sino también a sí misma. —¿Está viva...?  

Whisper In Her Ear / Susurro en su oído (Seulrene - Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora