19. Vuelve

374 66 8
                                    


—Serán 40.000 wones.

Yura miró fijamente a la estoica farmacéutica, con las cejas fruncidas en señal de angustia porque la mencionada cantidad de dinero era demasiado para su delgada cartera y, al mismo tiempo, no lo suficientemente convincente.

Metió los medicamentos de los que no entendía nada en su bolsa, frunciendo el ceño y rezando en su corazón para que, fuesen lo que fuesen, fueran lo suficientemente potentes como para salvar a Joohyun de su miseria.

—¿Está segura de que serán lo suficientemente buenos para curar los síntomas de los que le hablé?

La farmacéutica se limitó a recibir su pago y le dirigió una mirada desinteresada. —Estos son los mejores que puede conseguir sin receta médica. Si quiere medicamentos más fuertes, tendrá que traer una prescripción legal.  

—Pero no puedo. Te dije que la persona no quiere ver a un médico. ¿Puede darme las cosas buenas sin las molestias legales? Te prometo que pagaré. Está tan enferma que podría morir—. Dejó de hablar porque la anciana la miró con fastidio.  

—No puedo, jovencita. Es contra la ley. No puedo repartir medicamentos fuertes sin saber cuál es el diagnóstico. Tiene que llevar a su amiga a un médico. Por lo que has dicho, parece que tiene una grave infección pulmonar y posiblemente sepsis. Si no le desinfectan y suturan bien las heridas, y si no recibe los antibióticos adecuados lo antes posible, puede morir de una infección sistémica.

La anciana le dio el cambio y gruñó. —Cárgate su terca persona sobre la espalda si es necesario. Prácticamente está actuando suicida. Los jóvenes de hoy en día. 

Yura se entristeció y recogió el cambio, saliendo de la pequeña farmacia con pasos lentos e inseguros.  

Una vez fuera, meditó un rato sobre qué hacer, y al final decidió tomar el camino del medio.  

No arrastraría a Irene al hospital en contra de su voluntad, pero tampoco la dejaría morir patéticamente en su pobre y descuidado apartamento sin luchar. 

Ella misma iría al hospital y vería si podía conseguir algo de ayuda para la miserable chica. 

Al fin y al cabo, sabía lo que se sentía ser llevada a la fuerza a un lugar al que no quería ir, donde todos la trataban como si no tuviera mente propia. 

Cambió de ruta y se dirigió al Hospital de Seúl en lugar de a su casa. 



--------------------------------------- 



—Dile a Kang Seulgi que está expulsada de la rotación. 

La vieja neuróloga soltó el veredicto de forma poco amistosa, haciendo a Joy incapaz de otra cosa que agachar la cabeza y mirarse los zapatos. 

—¿Qué cree que es esto? ¿Un chiste o algo así? ¡Una pasante de medicina, una futura doctora con cero sentido de la responsabilidad, es tan buena como suciedad en los zapatos! El campo de la medicina no necesita gente engreída e irresponsable como esta. Dile que reprobó esta rotación. Ya estoy harta de sus ausencias. 

Joy se limitó a asentir débilmente con la cabeza y salió de la habitación después de hacer una reverencia, sin tener palabras para luchar por su amiga porque, efectivamente, era un daño insalvable.

Exhaló un profundo suspiro una vez que estuvo fuera y caminó por el pasillo con la mente volando a otra parte, hasta que iba llegando al mostrador de la enfermera de neurología y divisó una figura que le resultó extrañamente familiar.

Whisper In Her Ear / Susurro en su oído (Seulrene - Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora