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Renjun tomo su bandeja con comida en ella para después sentarse en una mesa solitaria.

Por mera curiosidad entro al perfil de instagram de Mark. Toda la sección de comentarios eran de personas deseándole que descansara en paz y otros de odio.

─ ¡Renjun!

Ese grito sobresalto al nombrado de inmediato, hasta su celular se resbalo de sus manos. Era Yangyang que había tomado asiento frente a él.

─ ¿Puedo hacerte compañía? ─el mayor asintió lentamente─. Muchas gracias. Wow, es tan irreal que este contigo ahora mismo.

─No es cierto. ─susurro en bajo.

─Escuche que estabas enfermo, ¿ya estas mejor? ─pregunto preocupado─. Han pasado tantas cosas en la escuela que siento que yo también me enfermaría. Eres muy fuerte.

─Yang, ¿no tienes a otras personas con quien juntarte? ─preguntó sin querer sonar grosero, deseaba estar solo.

─No, bueno...tenia a alguien pero él se consiguió a alguien mejor que yo.

─Lo dices como si nada.

─Porque es asi. ¿Para qué deprimirme de alguien que ni siquiera le importo? ─pregunto mientras tomaba sus palillos y comenzar a comer de su bandeja.

─Le debes de importar a alguien, mínimo a una persona. No digas eso.

─Tal vez a mi perro, se llama Bella. ─comenzó a contar borrando cualquier tristeza de su rostro─. Me acabo de cambiar de casa y esta muy deprimida, siempre trato de llegar a casa temprano para que no llore. Los perros lloran con mucha facilidad cuando su dueño no esta. ¿Tienes alguna mascota?

─No, ninguna.

Renjun decidió comer. Yang lo miro y sus ojos quedaron fijos en su brazo.

─ ¿Sigue la herida en tu brazo? ─preguntó apuntando con los palillos─. Oh, lo siento. ¿Es maleducado preguntártelo?

─No, solo sucedió en un accidente. Como Jisung...

─ ¿Puedo hacerte una pregunta? ─cambio de tema repentinamente.

─Claro, adelante. ─le permitió.

─ ¿Conoces el salón N17?

Renjun se puso pálido y lo observo al instante. Su palpitación se aceleró de sobremanera que se tuvo que dar un momento para calmarse.

─ ¿Por qué preguntas?

─Recibí una nota. ─respondió Yang estando en confianza con él.

Sus ojos se agrandaron y recordó que eso también le sucedió meses atrás. No podía ser posible...

─ ¿Puedo verla?

─La deje en casa, lo siento. Pero era sobre un club. Me gustaría entrar a uno, el nombre suena diferente y misterioso.

─No vayas. ─acelero sus palabras y Yang parpadeo confundido.

─ ¿Por qué n...?

─Yang. ─lo nombro de manera seria, esta vez con un diferente tono de voz─. No vayas a ese lugar, no tengas curiosidad por él y menos te acerques.

─La cosa es...

─ ¿Quién te dio la nota?

─No se, solo apareció en mi cuaderno.

Se levantó de su lugar de inmediato y se largo, dejando a Yangyang con miles de preguntas.

El club de los corazones rotos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora