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El dolor de cabeza lo ataco en cuanto abrió los ojos, se dio cuenta de que se encontraba acostado en su cama y su mirada se dirigió hacia todos lados a medida que se sentaba, como si estuviera en un extraño lugar, pero solo se trataba de su cuarto. Está sano y salvo.

Su brazo dio inicios de dolor y lo observo con preocupación, estaba prácticamente normal, a excepción de una cicatriz causada de la navaja. Paso su dedo por la cicatriz sin creérselo, ¿en verdad lo hizo?

Se levantó de la cama y no pudo evitar mirarse en el espejo, impactado de sí mismo. Era prácticamente su cara, pero sus facciones cambiaron drásticamente, sus imperfecciones en el rostro habían desaparecido y su piel era muy suave. La grasa de los cachetes también desapareció, su cara adelgazo y su quijada se marcó. Llevo sus manos hasta su rostro impactado, su cuerpo también gano forma.

Tenía más masa muscular y abdominales prominentes, era un cambio impresionante. Se veía magnífico. Sonrió ante el espejo y su sonrisa fue más brillante. Admitió que se veía hermoso, como siempre había soñado ser.

Renjun no aparto la mirada del espejo. Ahora comprendía la razón de ese raro pacto. Es tan precioso que era imposible creérselo.

Decidió ponerse el uniforme para después irse corriendo hasta la cocina, en donde su madre se encontraba desayunando. Tenía que asesorarse de algo.

─Mamá. ─hablo Renjun esperando alguna reacción de asombro, se colocó frente a ella para que lo mirase de cuerpo completo─. ¿Cómo me veo?

Su madre alzo la mirada de su desayuno y no pudo evitar sonreír con ternura.

─Te ves muy bonito hijo, siempre tan tierno. ─dijo mientras trataba de pincharle uno de sus cachetes con ternura, Ren se alejó adolorido.

─Pero esta vez me veo diferente. ¿Verdad? ¿No me veo mejor?

Su madre negó. Renjun esperaba alguna reacción más sorprendente.

─Tu siempre te ves perfecto ante mis ojos, eres lo más hermoso de mi vida. ─confeso su madre, pero eso no fue suficiente para su hijo. Usualmente la opinión de los padres no servía mucho para los adolescentes.

─Me iré a clases...─susurro con decepción.

─Te llevare yo, escuche que podría llover. No quiero que te resfríes.

(...)

Fue totalmente diferente cuando llego a la escuela. Nadie lo miro mal o se burló. Fue todo lo contrario, muchos lo alagaron y hasta preguntaron si era un nuevo alumno de intercambio.

Mientras caminaba por los pasillos, trago saliva recordando la dura experiencia que tuvo en China, agito su cabeza borrando esos recuerdos.

Todo era como un sueño, podía verse al espejo con facilidad sin sentirse como basura. Su autoestima subía a medida que recibía cumplidos de los alumnos pasando a su lado, se sentía tan agradable esta nueva vida.

─Renjun. ─lo llamo Jaemin por sorpresa al momento que dio el primer paso dentro del aula─. Siéntate a mi lado.

El nombrado quedó mudo. Las miradas de sus compañeros se posaron en él y los susurros se hicieron escuchar, todas alagándolo.

─ ¿No me escuchaste? ─pregunto recargándose en su asiento─. No seas tímido, no muerdo.

Renjun obedeció sus palabras y tomo asiento a su lado, teniendo a Jeno enfrente.

─Dame tu celular. ─exigió extendiendo su mano. El mayor se lo dio sin comprender─. ¿No tienes para poner contraseña? Debes ser un hombre sin secretos. ─Jaemin comenzó a teclear algo en el celular─. Eres mariposa.

─ ¿Eh?

─Estarás en nuestro chat grupal, más te vale no salirte. ─Jaemin guardo su número de teléfono al igual que agregándolo al chat de kakaotalk.

─ ¿Mariposa? ¿A qué te refieres? No entiendo.

─Cada uno de nosotros tiene un animal del bosque. ─le explico Jeno volteándose para verlo.

─ ¿Quiénes son ustedes?

─Es secreto. ─contesto Jaemin mientras se lo devolvía.

─ ¿Tiene algún significado?

Jaemin rodo los ojos al sentirse irritado y Jeno decidió volver a responder.

─Solo se nos asigna de esa manera.

─ ¿Puedo hacerles una pregunta? ─pregunto en susurro.

─Ya haces demasiadas...─contesto Jaemin más para sí mismo.

─ ¿Quiénes saben sobre esto? ¿Qué significa? Mi brazo esta a...

Jaemin interrumpió sus palabras, dejando la mano en el pupitre y negando con la cabeza para que no siguiera hablando.

─Aun puedo cortarte la lengua si quiero. ─le advirtió Jaemin con una fría mirada.

El timbre sonó indicando inicio de clases y los dos menores se acomodaron en sus asientos sin querer aguantar las tontas preguntas del mayor. Minutos después llego Mark entusiasmado, pero en cuando vio a Renjun en su asiento le entro un tremendo pánico.

─Nana. ─lo llamo Mark de inmediato.

─No me llames así, idiota. ─se quejó este sin mirarlo.

─ ¿Por qué él...él...? ─preguntó mientras lo apuntaba ligeramente.

─No preguntes cuando ya sabes la respuesta.

Mark tomó el brazo de Renjun con rapidez para después subir la manga de su uniforme, dejando expuesta la cicatriz. Jeno por inercia y temor la bajo a gran velocidad y espero que nadie los hubiera visto. Todos ellos escondían la herida de alguna manera.

─ ¿Qué animal es? ─pregunto Mark.

─No vuelvas a levantarle la m...

─ ¿Qué animal es? ─repitió interrumpiendo a Jeno.

─Mariposa.

Mark asintió aliviado, por unos segundos se había planteado una idea errónea.

─ ¿Alguien los elige o...? ─volvió con las preguntas, pero Jaemin lo silencio llevando su dedo hasta sus propios labios.

─Shh, el profesor ya llego.

El club de los corazones rotos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora